9.10.13

Campanillas: variaciones sobre un mismo tema

Campanilla en la consagración

Es interesante cómo las cosas aparentemente más simples acaban convirtiéndose en un conjunto de variaciones sobre un mismo tema que a uno le dejan asombrado.

Hace aproximadamente un mes que empezamos a tocar las campanillas en todas las misas en el momento de la consagración. La cosa no tiene mayor problema. Cuando hay monaguillos, los monaguillos, y en las otras misas, especialmente en las de días laborables, cualquier feligrés. Sin mayor dificultad.

Lo curioso es que voy observando variantes que pudieran parecer imposibles. Porque vamos, digo yo, tocar una campanilla en la consagración admite pocas florituras. Pues nada de eso, en un mes he podido observar unas cuantas variantes.

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8.10.13

Beatificación el próximo domingo y rasgamiento de vestiduras. Con dos recomendaciones


El rasgamiento de vestiduras debería ser declarado deporte olímpico en los próximos juegos. O quizá mejor deporte nacional español. Porque hay que ver con qué facilidad nos rasgamos las vestiduras y nos sentimos escandalizados cuando nos conviene.

El próximo domingo los católicos tendremos el gozo de ver cómo son elevados a los altares 523 hermanos a los que les fue arrebatada la vida en la guerra civil española por su condición de católicos. Con estos pasan ya de 1.500 los beatos y creo son 11 los santos mártires en la guerra civil española. Su único delito: ser católicos, y en su mayor parte religiosos y sacerdotes.

Pues hay que ver cómo escuece este acontecimiento a algunos llamados católicos. Por eso lo de rasgarse las vestiduras. Los argumentos son viejísimos: fascistas contra el gobierno legítimo de la República ¡legítimo, ja!, curas delatores de rojos, iglesia franquista e ¡impulsora de la guerra civil!, beatificaciones que impiden que se cierren las viejas heridas… Una iglesia que lo que tiene que hacer es pedir perdón por su desastrosa actuación en la guerra civil. No hace falta seguir, me temo.

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7.10.13

Parroquia o "traperos de Emaús"

Bolsas de ropa. Así me las he encontrado esta mañana cuando sacaba a pasear al perro. No es la primera vez. Ropa y cualquier otra cosa. Para la parroquia, todo vale.

La gente en general es muy buena y generosa. Pero de verdad que no se hacen idea las cosas que nos traen con el pensamiento de que serán útiles en la parroquia o para alguna persona necesitada. ¿No lo han pensado? Pues vamos a ello. Además, por “lotes”.

ROPA. Lo más abundante y con diferencia. Especialmente en otoño y primavera que es cuando se impone cambio de vestuario y el espacio en cada armario se convierte en artículo de primera necesidad. Uno no llega a entender de dónde se ha sacado la gente que en todas las parroquias del universo existen inmensos roperos atendidos por legiones de voluntarios para vestir al desnudo. Un ropero exige muchísimo espacio y un ejército de voluntarios para clasificar, recoger, lavar, planchar. No en todas las parroquias se puede tener ni es necesario. Pues nada, sin preguntar: bolsas y bolsas. Y cuando dices que en la parroquia no se recoge ropa te dicen que es igual, que te la dejan ahí y que tú sabrás que hacer con ella… Y eso, si preguntan, que demasiadas veces pasa lo de hoy: ahí queda eso.

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5.10.13

Francisco: perplejidad y entusiasmo. Y sobre todo, tranquilidad

Vaya la que lió Rafaela el otro día con su llamada de teléfono. La pobre no comprendía algunas cosas y simplemente intentaba aclarar sus dudas. La ingente cantidad de lecturas del post y los 135 comentarios a estas horas, dan prueba de ello.

Hay un hecho incuestionable. Y es que a día de hoy el papa Francisco es siempre noticia de primera página en todo tipo de medios, sean del tipo que sean (religiosos, generalistas, políticos) o de la tendencia que fuere. El papa está en la cabecera y sus palabras son leídas, pensadas, comentadas más de lo que nunca fueron las de cualquier otro papa.

Y hay otro hecho incuestionable: la cantidad de católicos que se sienten “perplejos” ante unas formas y un modo de expresarse del santo padre que les resulta extraño. Puedo decir que no pasa día en el que no se me acerque gente a comentar que no entiende algunas cosas, que otras le causan extrañeza, que se pierden, que están algo confusos. Sobre todo laicos, pero también sacerdotes y religiosos. También cada día encuentro personas entusiasmadas con el papa Francisco y que consideran que su llegada es por fin una señal de esperanza y vuelta al evangelio. Nada que objetar. Pero es lo que hay.

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4.10.13

Lampedusa: una verguenza y complicada solución

“Es una vergüenza”. Así se expresaba el papa Francisco I ante la tragedia de Lampedusa. Es lo menos que puede decirse cuando los muertos se cuentan por centenares y además existen testimonios de náufragos según los cuales hubo barcos que, viendo la tragedia, parece que no ayudaron. Cada día ocurren cosas parecidas en Lampedusa, Ceuta, Melilla o la salida de Cuba. Personas que mueren en el intento de alcanzar la libertad y un porvenir donde les sea permitido alimentarse cada día. Mala cosa que acabemos acostumbrándonos.

Hemos visto el rostro de la muerte y el dolor. Lo juzgamos como una tragedia que nos saca los colores y encoge el alma. Con el papa Francisco gritamos “vergüenza” y rezamos por las víctimas. Pero seamos claros, ¿qué se puede hacer?

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