6.12.13

Si el cura empieza tirando la toalla, apaga y vámonos

En poco tiempo, dos casos. El primero, en vivo y en directo. Reunión de sacerdotes. Uno de ellos, hablando de su parroquia, con miles y miles de habitantes, nos dice que es una parroquia “con poco que hacer”. ¿La razón? Pues que entre los que se van a la parroquia de Santa Veneranda, los que acuden a la de San Serenín y los que tienen a sus hijos en el colegio de las madres gundisalvas, apenas hay unos cientos que acudan a su parroquia. Por tanto poco trabajo: las misas, algunos niños y poca cosa más.

El otro me lo cuenta un feligrés. En su parroquia apenas se abren las puertas y el párroco difícilmente pasa en ella más de una hora al día. Salvo la estricta hora de las misas, “campo de soledad, mustio collado”. Y el caso es que está en una zona de paso rodeada de oficinas y otras posibilidades como para dar un poco de marcha. Nada. La ocurrencia del párroco es que como la parroquia no tiene vida quizá fuera mejor su supresión, mientras va agonizando lentamente.

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5.12.13

Un morito caganer

El caganer es una figurita de nacimiento que se suele colocar en los belenes sobre todo en Cataluña. Representa una figura humana en el trance de hacer sus necesidades “mayores”. Tradicionalmente era un campesino ataviado con faja y barretina, colocado en un lugar discreto, habida cuenta la situación, y parece ser que el simbolismo era de fecundidad, uniendo heces y fertilidad del campo.

Del campesino de siempre, el caganer ha ido dando paso a un sinfín de personajes de la actualidad catalana, española y mundial, deportistas, actores y actrices, sin que se hayan librado de aparecer en tan comprometida situación el rey, la familia real y hasta el papa. Tanto, que uno hoy puede encontrar prácticamente cualquier personaje en tan especial momento.

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4.12.13

Economato. Solo por Carmen ya mereció la pena

Carmen, evidentemente nombre ficticio, lleva más de un año recibiendo comida de Cáritas. Dos niños y un marido que un día se largó y hasta el momento. Se le entrega lo que buenamente se puede: pasta, arroz, legumbres, leche, galletas para sus dos niños… y poco más. El día que le toca recibir comida deja a los niños con su madre, porque aunque no se separa de ellos por nada del mundo, no quiere que la vean pedir limosna. Ya se sabe lo que son las colas de Cáritas.

Ingresa apenas unos pocos euros echando algunas horas como asistenta en una casa. No hay más. Y con esos mínimos ingresos compra lo más indispensable, que es, en definitiva, casi nada. Dos niños en el cole: libros, cuadernos, material, y aunque la ropa la consigue en un ropero de caridad no hay manera. Así que comer, lo que se dice comer, legumbres, arroz, pasta y mucho tomate frito acompañado por una lata de atún cuando se puede.

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3.12.13

Te nombro "encargao"

En las parroquias aparecen de cuando en cuando personajes, normalmente ociosos, pero con ganas de que trabajen los demás en cosas que básicamente sirven para poco, pero entretienen.

Te encuentras con Manuela, prejubilada desde los cincuenta y siete, soltera y sin más tarea que pasear a Fifí, que de repente un día aparece por la parroquia y te suelta: “aquí lo que vendría bien sería un centro para señoras de mi edad, que pudiéramos acudir alguna mañana, hablar de nuestras cosas, leer el periódico y tomar café”. Otro día es Paco, que ha pensado que podría estar bien que en la parroquia hubiera un equipo que se encargara de organizar eventos deportivos y campeonatos de mus, dominó, oca o parchís. Infinita la bondad y la solidaridad de Paulita, acercándose a los setenta, y muy preocupada por los niños, y que ahora, cercanas las fiestas de Navidad, piensa en los pobrecitos que no tienen juguetes y sugiere organizar una recogida masiva. También se agradece la sugerencia de Pablo, que tiene en casa a su madre con ochenta y seis tacos, y propone un centro de mayores y que haya gente que vaya a buscar a su casa a los que no pueden salir por sus propios medios.

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1.12.13

Me retiro a los cuarteles de invierno

El fin de semana está siendo muy intenso. Estamos embarcados en plena campaña del kilo y mañana se inaugura el economato. Esto quiere decir que el día hoy se presenta calentito: seguir en el centro comercial al menos hasta las dos de la tarde, transportar en coches particulares hasta la parroquia todo lo recogido, y la tarde para colocar, poner precios, y dejar todo como un jaspe. Mi compañero y yo, naturalmente, misas y confesiones toda la mañana.

Mañana… mañana otra locura.

Aprovechando esta vorágine y la bendición del economato, estoy diciendo a los voluntarios que servidor se retira a los cuarteles de invierno en lo que toca a Cáritas. Es decir, que el proyecto queda en sus manos, que yo estoy ahí apoyando, echando una mano, dando la cara y lo que sea menester, pero que la coordinación y el funcionamiento es cosa de ellos. Hasta ahora he ido por delante, me ha tocado tirar del carro, animar, poner en marcha, moverme, moverlos… Ya está todo listo. Desde mañana… servidor se retira a un segundo plano.

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