¿Un crucifijo sobre la mesa del altar?

Desde hace unos días luce así el altar principal de la parroquia. Seis candeleros y el crucifijo en el centro de la mesa.

He de reconocer que el cambio no me hacía especial ilusión. Es verdad que hasta este momento disponíamos solo de dos velas y el altar quedaba un tanto pobre. Colocar tres a cada lado no cabe duda de que es un paso grande hacia la dignidad y solemnidad de la celebración. Otro problema era lo del crucifijo.

En la parroquia tenemos un enorme Cristo crucificado sobre el altar y una preciosa cruz procesional en madera tallada que estaba ubicada junto al altar y semi girada para que pudiera ser contemplada por el celebrante.

Poner un crucifijo sobre la mesa no parecía necesario e incluso me daba un cierto miedo de que pudiera ser una barrera entre pueblo y dones eucarísticos.

El caso es que, cosas de Dios deben ser, cuando fui a por los cuatro candeleros para completar la media docena a su lado descubrí un crucifijo de altar de calidad parecida y con peana del mismo mármol. La gente donde suelo comprar estas cosas me conoce desde hace mucho y nos tenemos confianza. Así que me traje el crucifijo “a prueba”. Si lo colocamos y parece bien, pues perfecto, y si con el paso del tiempo no lo vemos, pues se devuelve. Sin problemas.

Este pasado fin de semana ha sido el del estreno. Misas solemnes de sábado –Todos los Santos- y de domingo –Fieles Difuntos-. Pues me ha pasado una cosa en ellas que quería comentar por si a alguien le vale.

Fue acabar la liturgia de la Palabra y pasar al altar para el ofertorio y clavarse mi mirada en Jesús crucificado. Justo delante, como para mí solo, ayudándome a comprender y vivir lo que estaba pasando sobre el altar. Otra vez la cruz, Cristo entregado por nosotros, el calvario, su sacrificio, su entrega.

Como humanos todos somos un tanto proclives a la distracción, o al menos yo lo soy. Me pasa que de repente me descubro en misa con la realidad de que he puesto “el piloto automático” mientras que la mirada se dispersa, va y viene, está a lo suyo, y con ella la mente. Pobre realidad de pecadores. Desde que está la cruz digo la misa de otra forma. Es llegar al altar y sentir que Cristo en la cruz concentra toda mi atención, absorbe mis sentidos, atrapa todo mi ser. Ofrecer, rezar, comenzar la plegaria eucarística, el sanctus… ¡la consagración! y Cristo delante para que no se me olvide que es Él quien nos reúne, quien se entrega, quien se da.  

Le miro y le remiro. Me atrapa. Me introduce en el calvario con él. Nos damos juntos, porque cada misa nos debe llevar a los sacerdotes a ofrecer nuestra vida del todo con Él. Me ha tocado ese pequeño crucifijo. Del todo.

Ayer he vuelto a la tienda. La culpa, unas tulipas que había encargado para las velas, ya que en el templo la climatización es por aire y sin ellas las velas o se apagan, o se atiza la llama más de la cuenta y se queman. Al llegar, la encargada: ¿qué tal el Cristo? ¿Qué le parece? ¿Qué me parece? Tengo que venir un día con más calma a buscar otro para la capilla de diario.

41 comentarios

  
Miki V.
Pater, se empieza poniendo el crucifijo sobre el altar, se sigue celebrando 'ad orientem' y antes que nada le veo con Misa en Forma Extraordinaria al menos una vez por semana :)
04/11/14 1:22 PM
  
Tony de New York
Las velas y el crucifijo en el altar, dan mas presencia el SACRIFICIO que sucede en cada misa.
04/11/14 1:35 PM
  
GKC
Muy bueno su post, padre. Cuando la misa se hace hacia el pueblo, lo que ya es lo normal, el sacerdote, según se dice, tiene que estar orientado hacia Dios interior y espiritualmente. Pero me parece que este post pone de manifiesto que la ayuda externa, poder fijar la mirada en Cristo de manera física, ayuda a que esa orientación interior también se dé de manera más facil. La mayoría de los sacerdotes miran hacia un punto indeterminado del fondo de la Iglesia durante la consagración, o se repliegan sobre sí al escuchar las lecturas. Normal, no van a estar mirando a las feligresas... Creo que todos esos signos externos que se han venido fraguando en la tradición de la Iglesia durante siglos tienen un sentido, y si se quitan, al menos primero hay que intentar comprender qué sentido tenían y porqué ya no son necesarios y no hacerlo a la torera.
04/11/14 1:40 PM
  
Cristian Iglesias
Felicitaciones Padre... En ese Cristo -Ratzinger dixit- deben encontrarse las miradas de los fieles con la mirada del Sacerdote.
04/11/14 1:44 PM
  
Joaquín
En mi parroquia (que no está lejos de la de usted, padre: está en Las Tablas) siempre hemos colocado un crucifijo en el centro del altar.
04/11/14 1:51 PM
  
Ruben Giraldo
Hermoso el altar; por alguna razón, algunos altares y el ambiente del templo invitan mas que otros al recogimiento. Es cierto que en todos sin excepción está presente nuestro Señor, pero la forma en que están dispuestos los objetos e imágenes sagrados influye mucho.
04/11/14 1:59 PM
  
Hija de Dios
Gloria a Dios a si tiene que ser como Dios quiere,solo lo que EL dice es VERDAD CAMINO Y VIDA.
Gran ejemplo para todos.
04/11/14 2:13 PM
  
Diana
Gracias Padre, siempre vi el crucifijo el el altar cuando fui a misa, y no había entendido lo beneficioso que es para el celebrante.
04/11/14 2:30 PM
  
Marc
"Poner un crucifijo sobre la mesa no parecía necesario e incluso me daba un cierto miedo de que pudiera ser una barrera entre pueblo y dones eucarísticos."

Mis reflexiones sobre la misa vaticanosegunda y la trentina:

La misa vaticanosegunda siempre tendrá el inconveniente -insolayable e irresoluble- de que la gente sólo mira al sacerdote-hombre.

Lógico, porque la mente mira rostros vivos, no rostros ni figuras de arte, ni tampoco los dones eucarísticos, porque las copas son opacas e impiden la visión directa de su interior.

Las medidas que se describen en este artículo son apaños (de buena fe), pero que no evitan la centralidad de la mirada dirigida al sacerdote-hombre (aunque en algunos casos el protagonista exclusivo, a los efectos prácticos, es el sacerdote, por su vedetismo, por sus deseos de ser visto como un político, o una estrella o famosillo artista o deportista).

La misa trentina permite dar el pleno protagonismo a Cristo en la figura de crucificado. Es una misa que no necesita nunca de apaños. Por su propia dinámica los elimina (por eso no es querida por los sacerdotes-vedettes, deseosos de dar espectáculo)

La misa trentina permite el cumplimiento íntegro del voto de pobreza: el protagonista es Cristo, no el sacerdote-hombre. En la misa trentina, el sacerdote-hombre no se hincha de orgullo o soberbia, acaparando el protagonismo en los momentos clave. Y trata por igual al sacerdote, al obispo, al cardenal y al Papa: el centro es Cristo.
04/11/14 3:57 PM
  
Tulkas
Viendo el mapa creo q muchos agradecería una Misa dominical semanal Usus Antiquior en es parte de Madrid.
04/11/14 4:46 PM
  
José Ronaldo
Un pequeño post con alta dosis de catequesis.
Ayer, una denuncia; hoy un anuncio; así son los profetas.
Gracias padre Jorge.
04/11/14 4:46 PM
  
Anonimo
Que verguenza, usar un altar de marmol con seis velas y crucifijo en vez de una mesa plegable con mantel multicolor... Que poco franciscano y primaveral.

Fuera de coñas.

Si la iglesia durante siglos puso un crucifijo delante del celebrante, seria por algo. Benedicto XVI recordo esta conveniencia, y como se ve da resultado.
04/11/14 4:47 PM
  
Alvaro
Me quedo en la duda de si este post lo escribe Don Jorge o más bien Don Camilo, el genial personaje creado por Giovanni Guareschi, por su tan estrecha relación con el Cristo del altar...

¡Cuántas misas cambiarían muchísimo (a mejor) si los sacerdotes que las ofician experimentaran lo que nos describe!

PD: Ahora que lo pienso, no es este el único post en el que D.Jorge nos recuerda a D.Camilo. Aún recuerdo lo del candelabro de bronce... :-)

Un saludo.
04/11/14 5:01 PM
  
G.K.Chesterton
Q alegría escuchar esto, padre! Yo como fiel me ayuda muchísimo a orientar mi oración y participación en la Santa Misa.

Le deseo muchos frutos, como sin duda su parroquia ya está dando gracias a todas sus iniciativas (adoración, economato, liturgia, etc.) que buscan lo que nunca debimos abandonar: Que Dios siempre tiene que estar en el centro de nuestra vida
04/11/14 5:11 PM
  
María de los Ángeles
Felicidades Padre, qué lindo este post.
04/11/14 6:27 PM
  
Hermenegildo
Le felicito por el paso que ha dado, D. Jorge, pero creo que el crucifijo que ha puesto es demasiado pequeño, sobre todo, en proporción a los seis velones.

En cuanto a que el crucifijo pueda convertirse en barrera entre el celebrante y el pueblo, le recuerdo las palabras de Joseph Ratzinger: “La idea de que sacerdote y pueblo en la oración deberían mirarse recíprocamente nació sólo en la época moderna y es completamente extraña a la cristiandad antigua. De hecho, sacerdote y pueblo no dirigen uno al otro su oración, sino que juntos la dirigen al único Señor” (Teología de la Liturgia, Ciudad del Vaticano 2010, pp. 7-8).
04/11/14 6:36 PM
  
David de Noruega
Lo mejor de su altar es la banqueta que tiene al lado para dejar cosas. El altar es un lugar sagrado y no esta hecho para dejar papeles o notas o micrófonos. Mal por la repisa del altar, pero imagino que no la usa usted.

Felicitaciones.
04/11/14 6:44 PM
  
Haddock.
Pues a mí el resultado me encanta:
Da sensación de solemnidad.
Empezando por las velas, que han de ser dos, cuatro o seis,; a ver si se entera más de uno. A un lado, el misal, con sus divinas palabras , dignamente colocado en un atril; y luego, a pesar de su proporcional pequeñez, el crucifijo , que es el centro gravitatorio , el punto de fuga - que por definición en el arte de la perspectiva se supone colocado en el infinito - en el que convergen las demás líneas, y ojalá que también la mirada y oraciones de todos los oficiantes.
04/11/14 7:19 PM
  
Eduardo Jariod
No tenga tantas dudas, Padre, un crucifijo nunca puede quedar mal ante el altar. Y supongo que es bueno tenerlo enfrente cuando se celebra.
04/11/14 7:54 PM
  
Eduardo Jariod
Me he expresado mal: más que "ante" se trata de "sobre" el altar y ante el celebrante. Pero se entiende.
04/11/14 8:10 PM
  
Daniel
Gol del Miguel Vinuesa!!! jo jo jo jo
04/11/14 8:13 PM
  
Mariasol Martin
Se me ensancha el alma al leer esto máxime cuando en Málaga veo sacerdotes celebrando sin cogulla, desapareció el lavabo, se inventan frases..etc.etc.
04/11/14 8:25 PM
  
clara
jeje, Páter, es que las personas necesitamos imágenes para centrar nuestra atención en lo que hay que estar centrado. Siempre he pensado que para un sacerdote es complicado celebrar de cara a los fieles sin distraerse, mientras que los fieles tenemos la cruz que está detrás del sacerdote.
En los oratorios del Opus Dei siempre he visto la cruz en el altar. En la cara que mira el sacerdote está Cristo crucificado, y en la de los fieles, la Virgen María.
04/11/14 8:43 PM
  
vicente
yo quitaría el crucifijo que hay sobre el altar y pondría solo dos velas.
04/11/14 8:51 PM
  
emora
Felicidades Padre creo que voy a reproducir este artículo con su permiso, para compartirlo con algunos conocidos que les vendría muy bien leer su testimonio, a nosotros los fieles nos toca orar constantemente por los Sacerdotes, en especial por el Papa, para que El Señor los inspire y entusiasme en las cosas propias de la Adoración de Dios Nuestro Padre, eso aunque no lo crean es lo que necesitan los jóvenes de nuestro tiempo, laicos y sacerdotes en realidad comprometidos con su Fe sin ambigüedades, que digamos las cosas como son sin temor a nadie o a grupos que se auto idolatran.
04/11/14 9:20 PM
  
Juan
En mi opinión hay dos maneras de entender la mesa del altar. "Mesa del ágape fraterno" con asimetría de velas, cartelería varia (DOMUND, viva la Virgen de mi pueblo...) o como el altar del sacrificio: seis candeleros y cruz en el centro.

Enhorabuena por la decisión.
04/11/14 9:21 PM
  
crucifixus
Le felicito, pero me parece un poco ridículo por lo pequeño que es... B XVI explica muy bien la necesidad de que todos los fieles estén contemplando el crucificado. Mons. Marini tiene un articulillo en la web vaticana explicándolo. No obstante peor es el de la capilla de Domus Sancta Marthae. Que parece de Playmobil.
04/11/14 10:23 PM
  
Myrian
Me gusta. Cristo Crucificado es nuestro símbolo más significativo y está bien donde quiera que esté, desde siempre lo tengo a la entrada de mi casa para que se vea bien y si a alguien molesta pues que no entre; El está en su casa!! En mi parroquia siempre está sobre el Altar con dos velas de cada lado a pesar que en la pared que está detrás también tenemos un cristo gigante, parecido al de tu parroquia. Saludos
04/11/14 10:29 PM
  
Japo
Yo soy numerario del Opus Dei, y desde hace 30 años en las casas de la Obra siempre he visto el crucifijo en medio del altar. Resulta que no somos tan raros.
04/11/14 10:59 PM
  
Nacho
Gracias Padre por su reflexión, me ayudó a entender mejor el sentido de la presencia del crucifijo en el altar. Justamente, hace poco estando en misa me preguntaba por qué ya casi no se ven crucifijos en los altares, al menos en mi país, Argentina. Esto nos recuerda también que somos cuerpo y alma, no espíritu solo, y por lo tanto necesitamos de los signos visibles. Y qué mejor que el Hijo de Dios encarnado para recordárnoslo.
04/11/14 11:56 PM
  
Adriana
Exquisito y solemne.... me encanta.
05/11/14 2:36 AM
  
lasartenledijoalcazo
Está mandado que haya un crucifijo. Muy mal por no tenerlo hasta ahora. Una vergüenza de cura que hace lo que le da la gana. Como siempre.

- - - - - -
Jorge:
El cazo dijo a la sartén: el que se pica ajos come, y el que se cabrea pierde la garrota y cuando la encuentra ya la tiene rota.
05/11/14 8:20 AM
  
MIGUEL25
EDITADO:

Todo lo referebnte a la misa por modo extraordinario está como bien sabemos en el motu proprio "Summorum Pontificum". No creo necesario añadir nada más.
05/11/14 9:18 AM
  
Isabel. Granada.
La idea de poner un crucifijo en el altar donde celebra la Eucaristía y así poder tenerlo siempre a la vista, me parece estupenda, y cómo usted dice una forma de tener más presente a quien dio la Vida por nosotros.
El altar queda muy sencillo y bonito, y ya se sabe que en la sencillez está el gusto.

Buenos días nos dé Dios.
05/11/14 10:09 AM
  
M. A. Labeo
Peligrosísimo, padre, peligrosísimo.

Necesita usted un reciclado urgente en Pauperismo Litúrgico: quema de casullas, fuera lavabo, moniciones a discreción, nada de Credo que la Misa se alarga, la música preconciliar es antievangélica, el Canon, ni tocarlo,... Bruno puede ponerle en contacto con Higinio para inscribirse en uno.

Hágame caso, por favor, que a este paso nos lo misericordiean en dos días.

- - - - -
Jorge:
Buena idea. Hablaré con Bruno para que me ponga en contacto con Higinio.
05/11/14 12:20 PM
  
Vicente
Ay mi "cura" Jorge.
Que inmensa humildad noto en todo el escrito, contándonos lo de su capilla, como lo de su querido altar, lo de las velas y lo del aire, que o las apaga o las liquida en un pis pas.
Ay mi cura Jorge.
Que verdad en lo que dice y siente, con esa pequeña Cruz, con Cristo en ella crucificado.
Esto que sintió y siente desde que la tiene, me iguala a usted, mi cura Jorge.
Sucedió a mis 17 años, y desde que un día me dijera por entonces mi cura y confesor: Josemaría (santo) Escrivá de Balaguer, que debiera tener siempre sobre mi mesa de trabajo, un pequeño crucifijo para que así Él pudiese guiar mi mano, mi imaginación, mis sentidos y así poder desarrollar los trabajos que tuviera que hacer. Que siempre lo mirara en esa pequeña cruz a Él, a Jesús, pues Él mucho antes que yo, ya me estaría mirando y cuidando para que fuera capaz de trabajar. Que siempre pensara en su Amor por mí.

Al leer su escrito, y siendo ya mayor como usted, pues ambos debemos andar por la misma quinta, he sentido en mi alma que yo deseaba ser usted.
Cuanta felicidad rebosa, cuanto orgullo por su altar, y que decir de su fijeza y cambio gracias a esa, su pequeña cruz, con nuestro Jesús crucificado.
Gracias a Dios por haber creado un cura como usted, Jorge. Le doy gracias por haber leído su escrito. Ha inundado mi alma, de Su Amor.
He notado que ¡si! que somos "hermanos en Él".
Sepa, mi cura Jorge, que desde que ahora que le he conocido le quiero y siempre rezaré por usted. Le ruego haga lo mismo por mi. Me llamo Vicente, Vicente José.
Cuando pueda y le que un ratito, escribamé.
Gracias cura Jorge.
Gracias Jesús, por presentármelo esta mañana.
Un abrazo mi cura, de su hermano, Vicente José.
05/11/14 1:23 PM
  
JUAN NADIE
Dios le guarde Don Jorge.
05/11/14 11:16 PM
  
Geilin Miguel Chaves Zúñiga
Creo que la vida y personalmente la mía se compone de pequeños detalles; muchas veces desapercibidos. Siempre he creído que todo esta puesto en este mundo para la edificación humana y que no es el uso, sino el abuso lo que provoca que nos alejemos de Dios. Hoy día hay personas que descalifican lo que no entienden o traspasa sus categorías mentales.
Eje. Idolatría.

Gracias padre; a veces lo ordinario se convierte en extraordinario y produce resultados positivos e inesperados en las personas.
06/11/14 3:09 AM
  
carelocarnovale
Estoy seguro que el que Espíritu Santo, ha actuado e inspirado al sacerdote que escribió esto. ¿con que fin?, es para que al contemplar el setido verdadero de esa imagen, ese cura en minutos serà protagonista del milagro más grande que se produce de a millones de veces por hora, sobre el altar.
Pero hay una cosa: La santa Misa, es el Sacrificio del Señor en la Redenciòn de todos nosotros, y como sabemos dede el catecismo, eso puede ser un llamado a que vuelva a las raices de la Iglesia fundada por Èl, y luego cambiada por hombres (Concilio II), violando claramente las palabras de san Pio V, en el motu prioprio "Quo Primum tempore" y el del Papa benedicto XVI del 7 de Julio del año 20o7, Suimmorum Pontificum. Busquen en internet en los buscadores estos diocumentos POR Favor. Vean la dsobediencia de los obispos y sacerdotes a estas disposiciones de los sucesores de Pedro. Algunos de ellos santos. Meditemos, volvamos a la verdadera Iglesia: la de la sagrada Tradicion.
06/11/14 3:23 AM
  
Emilio
Me gusta el artículo.
Y pienso que sería bueno tener en cuenta además lo que dicen los números 306, 307 y 308 de la Ordenación General del Misal Romano, de la tercera edición, acerca de las cosas que se ponen sobre el altar.
La cruz, SIEMPRE: durante las celebraciones y fuera de ellas.
El misal (atril incluido) SOLO mientras se usa: desde la presentación de los dones hasta después de la comunión.
Los candeleros se requieren durante las celebraciones. Fuera de ellas se pueden retirar.
06/11/14 11:43 PM
  
Fernando
Buen artículo padre. En una escena de la película "El Gran Silencio" están los monjes en el recreo. Comentan de la importancia, o no, de lavarse las manos antes de entrar en el refectorio. Dicen que lo importante es saber el porqué de los detalles de la Liturgia. De este modo no se plantea uno el dejar, o no, de cumplir con ciertas normas. Es bueno saber el porqué de las cosas, porque de este modo, las hacemos con mayor atencion y devoción. De lo contrario, la Liturgia va perdiendo valor y sentido. Creo recordar que uno de los monjes de la película comenta que en otro convento no sólo no han quitado los surtidores para lavarse las manos si no que han puesto más.
24/02/17 9:37 AM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.