Tocada de narices a los católicos en Cenicientos

Digo tocada de narices porque me he levantado generoso. Hace tres meses, y con cargo a una subvención del llamado “Plan Prisma” de Madrid, el ayuntamiento de Cenicientos decidió colocar un viacrucis de piedra desde el centro de la población hasta la ermita de Nuestra Señora del Roble, patrona de la localidad.
El viacrucis, discretísimo, consiste en unas estelas de piedra sin más signo que la correspondiente numeración de cada estación en números romanos. Pues bien, ha durado apenas tres meses, el tiempo justo de llegar una alcaldesa del PSOE.

Me van a perdonar si alguien se siente ofendido, pero si tras las lecturas de la misa de ayer domingo, algún sacerdote de limitó a hablar de bastón, alforja, túnica para sacar la conclusión de que la Iglesia ha de hacer una apuesta por la sencillez y por acoger a todos, simplemente cometió un fraude con los fieles.
Nos viene bien recordarlo a los curas, y no está de más que también lo tuvieran en cuenta más arriba. El dueño hace y deshace con lo suyo como quiere. El administrador es aquél que está puesto por alguien para llevar sus asuntos según le pide el administrado. Si un administrador se cree dueño o toma decisiones en contra de su señor, está defraudando.