Rematadamente locos. El cardenal Marx propone una bendición para parejas homosexuales

Se nos van haciendo normales las discrepancias entre obispos. En principio, nada que objetar, siempre han existido. Son muchos los temas que admiten libre discusión y es normal el debate. Lo malo es cuando la discusión puede afectar a cosas que uno entiende pertenecen al depósito de la fe o de la moral, en cuyo caso las discusiones deberían sobrar.
Esta última semana nos ha llegado lo que espero sea un simple globo sonda, que no lo será, según el cual el cardenal Marx propone algún tipo de bendición para parejas del mismo sexo. No solo propone, sino que parece ser, estamos siempre en el parece, que ya hay una comisión, un adelanto, un empezar a hacer.

Depende de cómo quieran entenderlo. Técnica y formalmente, queda mucho mejor hablar de creatividad pastoral –de la fetén, que un no olvida el foro- que de ocurrencias del señor cura párroco. Depende.
Somos duros e insensibles de corazón y eso de los milagros nos cuesta. Las más de las veces nos quedamos en un “vete a saber” y “anda que después de tanto tiempo”. En definitiva, una forma de quedarnos en nuestra incredulidad y vivir tan panchos.
Del arzobispo y de quien no es el arzobispo. Porque que un tiparraco suelte en Santiago un pregón de carnaval metiéndose gravemente con el apóstol y hasta faltándole gravemente al respeto a la Virgen del Pilar es para que el personal, desde el arzobispo al último fiel medio decente, se indignen. Solo faltaba. Ya lo dijo en su día el papa Francisco: que no consentiría que nadie ofendiese a su madre.