Un pequeño paréntesis
Me gusta decirlo porque como uno escribe al menos cada dos o tres días, si de repente dejo de hacerlo durante una semana se van a preguntar que si pasa algo. Si además de lo dicho, resulta que los receptores del mail semanal, “El serranito” este próximo miércoles se quedan sin su correo, más interrogantes.
Esta tarde comienzo una tanda de ejercicios que voy a dirigir a un grupo de sacerdotes de la diócesis de Alcalá de Henares. Hace algún tiempo me llamó el vicario general de parte de D. Juan Antonio Reig Pla pidiéndome el favor. Por supuesto que ante algo algo así, salvo imposibilidad del todo insalvable, me parecía que era mi obligación aceptar.

Cuando un servidor llegó al convento, año 1973, los dos libros básicos para cualquier trabajo o actividad eran los documentos del Vaticano II y el catecismo holandés. En aquellos años el catecismo holandés era algo así como el paradigma de la iglesia conciliar y el compendio de la teología más avanzada.
Una vez más no me queda más remedio que reconocer el sentido común y las buenas ocurrencias de mi amiga Rafaela. Lleva unos días en los que, cuando quiere tomarme el pelo, y es especialista, se dirige a mí llamándome no D. Jorge, ni siquiera Jorge a secas, qué va. Ni mucho menos. Simplemente me dice: “oye, curo”.
Por favor, a estas alturas no seamos ingenuos. Tenemos, en España, un nuevo gobierno formado por socialistas y comunistas. Es decir, la izquierda y la ultraizquierda. Aquí hay que estar al loro.
Pero es a lo que nos dedicamos.





