Abra usted su propio blog
Cuánto despistado o lo que sea, que no voy a entrar en ello, que aparece por cualquier blog con la vana pretensión de dictar sus normas y criterios sobre su funcionamiento.
Hay un grupo, numeroso o no es lo mismo, que vamos a llamar de los doctrinarios. Son esos que te sacuden porque unas veces no eres suficientemente ortodoxo, otras porque lo eres más de la cuenta, te zumban por omitir cuestiones supuestamente de extrema gravedad o intentan zaherirte por plantear lo que entienden nimiedades.

La pastoral, como la buena cocina, es cosa lenta. Pobres de nosotros como nos pillen las prisas. Demasiadas veces nos ponemos nerviosos porque la gente no responde, no encontramos apoyo en lo que hacemos, toda actividad parece inútil. En la vida cristiana, en la vida pastoral, lo único que va con prisa es la destrucción de lo existente. Me explico.
Piénsenlo y verán como tengo mucha razón.
Mucho me temo que se nos estén confundiendo madurez con acomodación al sistema dominante establecido. Algo así como una rendición ante lo que se lleva, que se nos disfraza de sentido común, responsabilidad y un saber estar en los tiempos que corren. Madurez como resignación, como una opción por vivir como todo el mundo, no ser nota discordante en el actual estado de cosas y abandonar incluso principios, abandonar o posponer, para no desafinar en medio del más vulgar, perdido y chabacano acorde. Según los criterios de nuestro mundo actual nada menos que san Luis Gonzaga sería claro ejemplo de infantilismo.





