Carta a mis feligreses y a los amigos de Infocatólica
Cada semana envío un correo a los feligreses de la parroquia con noticias, novedades, avisos, reflexiones… y que llega a cerca de quinientas direcciones de correo electrónico.
Acabo de mandar el de esta semana. Y es tan epecial que he querido compartirlo con vosotros. Ahí va:
Queridos amigos:
Decía nada menos que Napoleón que “lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes”. Nosotros además decimos, como creyentes, que “para Dios nada hay imposible”. Sabéis que desde hace años vengo acariciando el sueño de abrir en la parroquia una capilla para la adoración perpetua al Santísimo Sacramento. Sí. 24 horas al día. 365 días del año. Cada vez que lo digo me llaman loco y me dicen que es imposible. Yo, simplemente sonrío: imposible para nosotros, no para Dios.


A raíz del post que publiqué hace unos días sobre las dificultades en Caritas, un comentarista de forma pública, y otros a través del correo, me sugieren que dé públicamente el número de cuenta de Cáritas de mi parroquia por si alguien quiere echarnos una mano.
Posiblemente, si exceptuamos el Quijote, nada hay más citado y menos leído que los documentos del concilio Vaticano II. Y resulta que como nunca se leyeron, o en caso de hacerlo ha pasado tantísimo tiempo, al final mucha gente ha acabado citando cosas que el concilio jamás dijo.
La situación es complicada. El jueves tuvimos reunión de lo que llamamos la “mesa de Cáritas del arciprestazgo”, a la que asisten representantes de Cáritas de las diez parroquias de la zona junto con trabajadores sociales de la institución y que preside un servidor como coordinador de la zona.





