¿Qué es eso del espíritu del concilio?
Suele pasar que los libros cuanto más citados, menos leídos: El Quijote, la Biblia… y los documentos del Concilio Vaticano II. Sinceramente… ¿los hemos leído enteritos alguna vez? ¿Cuándo fue la última?
Y como no se leen, mucho menos se citan. Eso sí, se habla del Concilio, de que el concilio dice, el concilio afirma, el concilio establece, el concilio hace, hizo, pretende o deja de pretender. Y cuando preguntas en qué documento se dice eso, donde está escrita tal afirmación, lo único que te responden es que eso es el espíritu del concilio. Ahhhhhhhhhhhhhhh.
Después de mucho escuchar y leer eso del espíritu del concilio sin cita alguna que lo avale, he llegado a una conclusión, mía, muy posiblemente equivocada, pero mía, y como mía la expongo y la razono. Y es que eso del espíritu es un invento para hacer que el concilio diga lo que nunca dijo ni pretendió decir. ¿Qué a alguien se le ocurre una genialidad? Pues nada, eso es vivir conforme al concilio. ¿En qué documento aparece? No hace falta mirar documentos. Es el espíritu conciliar. Y a ver quien calibra el espíritu.

Desde el año 1970 llevamos nada más y nada menos que siete leyes orgánicas reguladoras de la educación en España. Quizá recordemos hasta las siglas de algunas: LGC, LOECE, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE. Leyes hemos tenido que apenas han durado cuatro años.
Los católicos solemos ser bastante escrupulosos en cosas de sexto mandamiento. Sabemos que en este tema no hay parvedad de materia y cualquier falta es siempre pecado grave. Y somos de lo más puntilloso en cosas de liturgia. Baste como ejemplo las controversias y aportaciones que suscita cualquier post sobre este asunto.
Tiene mucho, pero que mucho que leer y pensarel motu proprio de Benedicto XVI dedicado al
Perdón por la frase un tanto basta. Pero es que uno se cansa de bobadas y más bobadas que se disfrazan nada menos que del cristianismo más puro y evangélico.