La última forcanada
De Benjamín Forcano, claro. La verdad es que en un primer momento, tanta era la claridad de Forcano y el entusiasmo y convencimiento con que defendía a Juan Carlos Monedero, que hasta llegué a pensar que a lo mejor le había escuchado en confesión, cosa difícil me temo por ambas partes, pero este mundo hace tiempo que funciona al revés.
El caso es que el reverendo Forcano, en un artículo publicado en Religión Digital y que hoy se recoge en Redes Cristianas, se alía al coro de voceros en defensa de Monedero llegando hasta el extremo de declarar que “nadie puede señalarle, ni acusarle, ni castigarle, porque “Donde no hay delito, no hay pena", “Nulla est poena sine delito". Así, sin medias tintas. Por eso decía yo lo de la confesión…

Partimos de que nuestros feligreses, muy en general, son gente digna de todo elogio. No obstante, mis compañeros curas y la gente más colaboradora, sabe que hay ciertos personajes del todo inevitables, tan hijos de Dios como los demás, pero especializados en sus puñeterías. Qué le vamos a hacer.
Acabo de escuchar en la radio que el partido popular ha registrado en el Congreso de los Diputados una cosita a la que llaman 
 Dos años hoy de la inauguración de la capilla de adoración perpetua. Y nos viene el arzobispo esta tarde para celebrarlo. Así que estamos a carreras. Ayer
Hace ahora diez meses