Jueves santo, viernes santo y vigilia pascual no son de precepto. Son gratis

Me gusta remarcárselo a mis feligreses año tras año para que no haya duda. Jueves y viernes santos, así como la vigilia pascual, no son de precepto. Precepto domingo de ramos y domingo de pascua, pero simplemente por ser domingos. A muchos los resulta algo paradójico. Normal. Cualquiera de nosotros haría obligada la asistencia a los oficios de estos días.

Teníamos nuestros miedos. La parroquia, pequeña en feligreses. Apenas llegamos a los nueve mil. Mucha gente que nos había dicho que salía ya ayer mismo. Desde primera hora las carreteras colapsadas. Y encima, para más INRI, se anunciaba lluvia por la tarde. No solo se anunciaba, sino que media hora antes de la salida de la procesión, más que llover, jarreaba, que dirían los castizos.
A mi amiga Laura, divorciada hace dos años.
Ya pueden imaginarse que la principal preocupación a la hora de abrir la capilla de adoración perpetua de la parroquia fue la de garantizar que no se produjese una profanación de la Eucaristía.
Demasiado silencio, dice los fieles. O al menos eso me hacen llegar. Cada día nos desayunamos, comemos, merendamos y cenamos, amén de algún aperitivo, con nuevas noticias de ofensas a los católicos y faltas de respeto por lo más santo. Lo malo, como en tantas otras cosas, es que nos acostumbramos a que esto sea lo normal.