Documentos de lectura obligada y repetida
Los post que abordan el tema de la liturgia suelen ser post especialmente leídos y comentados. Eso quiere decir, es evidente, que los fieles son conscientes de que en la liturgia nos jugamos mucho y por eso se preocupan. Resulta además que los supuestos desmanes eclesiales donde llegan realmente a los fieles es en la santa misa, porque otras cosas apenas se siguen, pero lo de ir a misa es lo de todos de cada domingo y, muchas veces, de cada día.
Hay una instrucción de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, del año 2004, que lleva por título “Redemptionis sacramentum” y por subtítulo “Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía". Impresionante e imprescindible. Un documento de esos que hay que leer y releer, aplicar y exigir su cumplimiento.
No voy a hacer un resumen porque sería bueno que lo leyeran o releyeran, pero sí quiero señalar algunas frases que me parecen especialmente significativas, por la cosa de abrir boca, señalando el número dentro del propio documento:

Estamos en esa época en la que está de moda lo de preguntar al pueblo. A las bases dirían algunos. También seguimos viendo manifiestos, escritos, declaraciones. Y, por supuesto, nos preocupa y mucho lo que digan los medios de comunicación. Esto es normal en muchos sitios y me temo que en la Iglesia no nos es ajeno.
Me da mucho respeto escribir sobre liturgia cuando en este portal tenemos a D. Javier Sánchez Martínez, auténtico especialista en ese tema. Si lo hago no es desde la profundidad de los estudios y reflexiones litúrgicas, que eso es cosa de D. Javier, sino desde la cosa del día a día que es con lo que un servidor más o menos se maneja.
Hay gente que necesita responsabilizar siempre a los otros de sus problemas. Es más viejo que la tos. Hartitos estamos de conocer ateos porque el cura de su pueblo una vez dijo, hizo o dejó de hacer lo que el hoy ateo entendió incorrecto en su momento. Fantástico. Ya tiene disculpa para ser un cómodo agnóstico apuntado a la cosa anticlerical, como la tiene la señora que si no va a misa es por culpa de sor Veremunda que, allá en sus años colegiales, soltaba unos pellizcos de monja de no te menees, tenía su punto de soberbia y, además, un día la encontraron ojeando el “Luna y Sol”.
En la cosa eclesial siempre hemos sido grandes campeones. Teólogos, santos, evangelizadores. No se puede comprender la historia de la Iglesia sin destacar la gran contribución de España a la causa de Cristo. Por eso hoy me siento triste al descubrir que España, en las cosa de la fe, vuelve a ser campeona europea, aunque esta vez por todo lo contrario.





