Váyanse todos a hacer puñetas
Si dijera que el titular me ha sorprendido, estaría mintiendo. Aquí lo único que sorprende es que alguien se atreva a proclamar la fe de la Iglesia y recuerde sus implicaciones morales. Es que esta mañana he podido leer la noticia en Infocatólica, en portada estaba, según la cual el cardenal Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente del episcopado europeo (COMECE), aboga por bendecir parejas homosexuales y por un evangelio sin normas ni prohibiciones.
Se vayan a hacer puñetas todos: el cardenal Hollerich y todos los que se lo consienten a base de no decir nada, no pedir nada y no exigir una rectificación. Perfecto. Tomemos nota, porque si todo un cardenal de la Iglesia católica dice que en el evangelio no caben normas ni prohibiciones yo me lo apunto y lo malo no es que me lo apunte yo, sino que la gente toma nota.

Ella lo resume en un coloquial “se cabrea” si se trata de palabras o un “ponerse en jarras” si mejor nos dedicamos a los gestos. Ya le digo que eso hoy se puede llamar “empoderarse”. Su respuesta: pues lo mismo un día de estos me empodero, o nos empoderamos Joaquina, María y servidora y así, empoderadas del todo, nos metemos en el despacho de nuestro cura y sea lo que Dios quiera.
Me da la gana de enviar desde aquí un fortísimo abrazo a D. José Luis Aberasturi, mi colega de blog en Infocatólica, que lleva sin escribir desde el día 12 del pasado agosto por prohibición expresa para hacerlo.
Reuniones, encuentros, congresos, charlas, simposios, círculos, tertulias, conferencias, asambleas… ¿Quién de nosotros no recibe invitaciones o se encuentra en la necesidad de asistir a unas cuántas de estas iniciativas?
O casi todos, que tampoco hay por qué exagerar, pero en esta ocasión creo que la unanimidad es grande, y, desde luego, un servidor no puede estar más de acuerdo.





