Ni perros ni personas así
La noticia me ha llegado gracias a la amabilidad de una buena amiga. Una familia de cinco personas, una de ellas en silla de ruedas, hace una reserva para pasar tres días en un hotel de Benidorm. Al llegar a recepción les dicen que no pueden quedarse en el hotel porque ellos “no admiten perros ni personas así”. Incluso, según la denuncia formulada por la familia, desde la dirección les dijeron que “heriría la sensibilidad de los clientes, que se quejarían de ver a una persona así". La noticia puede leerse aquí y aquí, recomendando especialmente los comentarios vertidos en esta última.
No voy a entrar en si hubo malentendidos entre familia, agencia y hotel, que pudo haberlos. Ni en legislación sobre accesibilidad. Creo que en la noticia hay cosas que subyacen, tanto en la propia noticia como en comentarios que suscita. Voy a intentar exponer algunas reflexiones:

Interesantes los comentarios a mi post de ayer, porque vuelven a poner de manifiesto una vez más cómo es el ser humano. Veintiocho comentarios, que no está nada mal. La página vista más de 1.300 veces. ¿Qué dicen los comentarios? Pues creo que todos van en la línea de algunos reproches y muchos buenos consejos sobre lo que debemos hacer los curas.
Reunión de sacerdotes con nuestro obispo. El tema: espiritualidad sacerdotal. Como es natural se nos habló de formación permanente, asistencia a reuniones de arciprestazgo y diocesanas, participación en los grandes acontecimientos diocesanos. Días de retiro y ejercicios espirituales, oración personal. De paso salieron otras cuestiones de organización parroquial: consejos parroquiales, libros, economía, catequesis, caritas y más ahora… 
Seguro que más de una vez han escuchado una cosa así. Una pareja que acude a una iglesia a solicitar fecha para su enlace matrimonial y la iglesia que les pide una cantidad como señal por dejar cerrada la fecha. Como es natural, horror, terror y pavor: la Iglesia pesetera, siempre pidiendo dinero, dificultades para todo…





