Glosas -no emilianenses- con estrambote al mensaje final del congreso de teología

Reconozco que tengo mi punto de masoca. Por eso me he tomado mi tiempo para leer, releer, vuelta a releer y meditar el mensaje final del congreso de teología de la asociación Juan XXIII.

Pues aquí está el mensaje, al que no me resisto a hacer algunas glosas que coloco en negrita para que se distinga bien lo que es el mensaje (letra normal) y los comentarios de servidor, en negrita.

Del 6 al 9 de septiembre de 2012 nos hemos reunido en Madrid cristianos y cristianas (y jóvenes y jóvenas, y ancianos y ancianas) y de las diferentes tradiciones eclesiales (me temo que todas son la misma) y de todos los continentes (¿quién era el australiano o vecino?) para reflexionar sobre Cristianismo, mercado y movimientos sociales, intercambiar experiencias y buscar alternativas. Queremos compartir el siguiente mensaje

1 El mercado-centrismo es la institución suprema del neoliberalismo que convierte a los seres humanos en mercancía y en piezas subalternas del sistema, identifica la justicia con el cumplimiento de la legalidad (a ver si la justicia va a ser ahora ciscarse en la legalidad y hacer lo que me venga en gana por el artículo 33), dictada por el mercado (no, dictada por los parlamentos), y reduce los derechos humanos al derecho de propiedad. El mercado genera situaciones de muerte para millones de seres humanos y para la naturaleza (puede ser, pero si quitamos la libertad de mercado nos vamos a la planificación comunista o nos dedicamos al trueque, que dan un resultado bastante peor).

2. Vemos con especial preocupación y nos provocan indignación las consecuencias de la crisis, provocada por los poderes financieros (y por los sindicatos, y por los partidos), que castiga injustamente a los sectores más vulnerables de la sociedad en todo el mundo, y de manera especial en algunos países de Europa como Grecia, Portugal y España, donde se está produciendo un espectacular incremento de la pobreza en una sociedad con recursos suficientes para satisfacer las necesidades de la población.

3. En medio de esta situación valoramos positivamente los gestos de solidaridad de algunos miembros del clero y de la jerarquía eclesiástica (menos mal, una cosa buena), pero expresamos nuestro malestar e indignación ante el silencio de la Conferencia Episcopal Española, tan locuaz en otras ocasiones y ante otras cuestiones (se les ha olvidado citar expresamente las maldades de Rouco). La sociedad percibe dicho silencio como escándalo y complicidad con quienes han provocado la crisis. Nosotros lo consideramos insensibilidad ante la injusticia, alejamiento del mensaje liberador del Evangelio y falta de compasión con las víctimas. Creemos que tal actitud se debe a la cómoda instalación de la Iglesia institucional en una situación de privilegio. Lo que contrasta con los recortes en todos los terrenos (Todo esto es más viejo que los yacimientos de Atapuerca).

4. Nosotros mismos, los participantes en este Congreso, no estamos exentos de contradicciones e incoherencias entre nuestro modo de pensar alternativo y nuestra forma de vivir acomodaticia, nuestra actitud crítica y nuestra práctica conformista; la crítica al consumo y nuestro consumismo; la opción por los pobres y nuestra falta de testimonio de pobreza. (Menos mal, aquí pecadores todos, creía que sólo pecaban Rouco, el opus y los kikos).

5. La respuesta a la crisis requiere un nuevo paradigma que se traduzca en transformaciones estructurales, revolución de la subjetividad y de las conciencias, (aquí me he perdido, lo del paradigma y la revolución de la subjetividad y de la conciencia me ha llegado al alma) de los hábitos de vida y de las relaciones personales, bajo la guía y la prioridad de los valores éticos, presentes en todas las tradiciones religiosas, morales y espirituales, si bien con frecuencia incumplidos (es decir, que nos llamamos cristianos pero en definitiva qué más da cualquier religión o sistema ético). Entre ellos cabe destacar: la dignidad humana frente al trato inhumano que reciben millones de seres humanos; el respeto a la vida, contra la violencia en sus diversas formas; la justicia global; la verdad, la honradez y la igualdad de género (Estas cosas dichas con el apoyo de “católicas por el derecho a decidir” ya sabemos lo que significan).

6. Reconocemos la importancia de los movimientos sociales (¿qué movimientos sociales?), que constituyen mediaciones necesarias para transformar la realidad; son alternativa al pensamiento único y a la globalización neoliberal (anda que no es viejo de nuevo este lenguaje); recuperan valores que parecían en vías de extinción (¿cuáles?) y se rebelan contra una realidad caracterizada por la explotación, la dominación y la tendencia a reducir la razón a mero cálculo. (mande?)

Especial significación ha reconocido el Congreso al feminismo como teoría de la emancipación y de la igualdad no clónica entre hombres y mujeres; práctica de la sororidad internacional y defensa de las reivindicaciones de las mujeres, que, con frecuencia, se ven relegadas en nombre de “intereses generales superiores", incluso en los propios movimientos sociales (Insisto en lo de antes: el feminismo según “católicas por el derecho a decidir es que mi cuerpo es mío, que hago con él lo que quiero y aborto libre y gratuito)

8. No podemos instalarnos en el pesimismo y el fatalismo históricos. Existen alternativas. Por eso apoyamos y hacemos nuestras las iniciativas siguientes para salir de la crisis: creación de una asamblea constituyente (se acabaron el estado de derecho, la constitución, la democracia, una asamblea constituyente, ¿constituida por quién?) desobediencia civil (anarquía), banca ética, tasa Tobin, reparto del trabajo, universalización de los servicios sociales, reconocimiento de la ciudadanía a todos los residentes en nuestro territorio, pactos de ayuda mutua sin subordinación, soberanía alimentaria, cambio en los modelos de producción, etc. (Y los sueños sueños son…)

9. Como cristianas y cristianos nos comprometemos a:

. Recuperar la herencia de Jesús, que se caracteriza por la opción por los excluidos y marginados (no es cierto, ya está bien de soltar la frasecita de siempre), la compasión como principio de actuación y la afirmación de la autoridad de los que sufren (¿y esto exactamente qué es?)
. Seguir el espíritu y la práctica de Jesús, que consiste en humanizar el mundo comenzando por los últimos, luchar contra el olvido de las víctimas y ponernos de su lado (¿quiero entender que se refiere esto a ponerse del lado de las víctimas del terrorismo, por ejemplo?).
. Afirmar la incompatibilidad entre Dios y el Dinero y luchar contra el Imperio del Dinero (me interesaría saber exactamente cómo)
. Practicar la resistencia al sistema desde la no violencia activa (idem)
. Participar activamente en los movimientos sociales, los antiguos y los nuevos, y de manera especial en los diferentes Foros Sociales, que trabajan por “Otro Mundo Posible", y en el movimiento de los Indignados, en cuyo horizonte se sitúa Jesús de Nazaret, Indignado con las autoridades religiosas, el patriarcado y los poderes políticos y económicos de su tiempo. (Menos mal que en algo son claritos: con los indignados, con los que andan gritando que menos crucifijos y más trabajo fijo, con los que intentaron machacar la JMJ lo que pudieron…)

En el congreso estuvieron presentes muchos religiosos (y religiosas, que nadie se ofenda). Teniendo en cuenta especialmente en ellos su voto de pobreza, echo en falta su compromiso de renunciar al patrimonio inmobiliario que poseen y que está infrautilizado para que puedan vivir esos inmigrantes sin papeles o la gente que se ha quedado en la calle por desahucio. Pero en fin, no me hagan caso, que uno es un tanto tiquismiquis.

23 comentarios

  
Luis Fernando
Oiga, se ha ahorrado lo menos media hora en el purgatorio leyéndose eso.

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Jorge:
Por eso lo he hecho...
10/09/12 10:08 AM
  
Luis Fernando
Conste que no me parece mal la tasa Tobin, :D
10/09/12 10:14 AM
  
Percival
Si se quitan las dos o tres menciones a Cristo (que son un mero pretexto) queda un discurso chavista. Un poco más corto.

Eso sí, con un lenguaje alambicadísimo y demasiado abstracto para gente que se preocupa tanto por la tierra-tierra; y que mezcla conceptos de los 60' con vocablos del último grito de la moda ecologista y feminista. Un estilo preciosista tipo Che.
10/09/12 1:40 PM
  
Al Neri
No creo que se deba dar ni la más mínima difusión a las opiniones de todos estos herejes comunistas. Es hacerles publicidad.
10/09/12 3:05 PM
  
Criistiano Indignado
Vamos a ofrecer una visión distinta, D. Jorge, a las matizaciones que usted le hace al documento de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Casi como una "contrarréplica" hecha por un creyente de a pie de calle y joven (para que nadie pueda decir que sólo son jubilados los que comulgan con las ideas de estas asociaciones).

1.- Legalidad y Justicia, aunque pueda pensarse que sí, pueden ser dos cosas completamente distintas. Las leyes pueden ser injustas cuando discriminan, amparan conductas reprobables o simplemente no atienden los intereses del bien común. La Ley de Vagos y Maleantes, por ejemplo, era perfectamente legal, pero no justa. O cualquier ley emanada de un gobierno antidemocrático. En Derecho natural se sabe desde hace siglos.

En cuanto a que las leyes las dicta el mercado, y no los parlamentos, no le quepa la menor duda. Porque la nueva reforma laboral, el rescate a la Banca y la amnistía fiscal para los defraudadores efectivamente han surgido de Cortes, pero han sido ideadas, promovidas e impuestas por el poder económico, al que se pliegan esos parlamentos. Y no al revés.

Si se elimina la libertad de mercado no tenemos por qué ir ni al modelo comunista (que como inciso le diré que, con todos sus errores, es manifiestamente mejor que el neoliberal) ni al trueque. Se puede, y se debe ir, a un sistema más justo en el que la riqueza y las plusvalías del factor trabajo y el factor capital se distribuyan equitativamente entre todos los sectores de la población, y no sólo entre los privilegiados o los que pueden hacer fuerza para imponer sus criterios.

2.- Efectivamente, esta crisis fue ideada y gestada por los poderes financieros de las grandes potencias, especialmente EE.UU (Reagan) y Reino Unido (Tatcher). Su modelo de desregulación del sector bancario provocó la creación de todo un sistema de activos financieros (derivados) que trajo como consecuencia la especulación masiva y el deterioro de la microeconomía de las empresas, lo que se ha traducido en un sistema en el cual sólo cuenta el dinero, e importan poco ni esos sindicatos que vd. menciona (a los que día a día se les quita la capacidad de poder intervenir al eliminar la virtualidad de la negociación colectiva y los mecanismos de conflicto colectivo y huelga) o los partidos políticos que, salvo excepciones, son correa de transmisión de las oligarquías financieras (cuando no conformados por los mismos elementos que intervienen en ellas, como nuestro ministro de economía actual, por ejemplo).

3.- Que la CEE es abiertamente progubernamental es algo que no se le escapa ni al peor informado. No se ha pronunciado al respecto de la crisis ni de otros males que aquejan a nuestro país, siendo sin embargo muy críticos con el tema de EpC (asignatura imprescindible en el momento actual) y cuestiones menores que sólo importan a un sector de la población, pero no al común. Que mantiene unos privilegios que contradicen el Evangelio no es menos cierto (exenciones de IBI, Concordato, etc.).

4.- Nada que objetar a ese párrafo. Su argumento es un poco vacuo y sólo arremete contra un sector, obviando que aquellos que vd. menciona, en un caso concreto (Opus Dei) suelen manejar grandes finanzas y fungir como una "masonería laica" con el único fin de llegar al poder, y conservarlo, para imponer su punto de vista.

5.- Un cambio de paradigma es un cambio de mentalidad global, completamente distinto al antiguo sistema. Aquellos que creen en un mundo más justo, se llamen católicos, ortodoxos, protestantes, budistas, sintoístas o cualquier otra religión que sirva para acercar a Dios estarán en el camino de hacer buena la máxima del Evangelio de amar al prójimo como a uno mismo. A muchos les interesa que nada cambie, aunque lo disfracen de otros ropajes, para seguir manteniendo sus privilegios, canonjías y fortunas sin remordimientos de conciencia.

6.- Los movimientos sociales son todas aquellas agrupaciones de personas que se organizan para un fin común. El 15-M es un buen ejemplo. Surgido de la base y para la base, pretende trabajar por la regeneración política y la igualdad entre todos los ciudadanos. Un gesto muy loable. En contra de lo que muchos piensan, está conformado por gente de toda naturaleza, incluso muchos cristianos (entre los que me cuento). Y sí, se oponen a la ideología del pensamiento único y neoliberal, y no es nada viejo ese mensaje, sino tremenda (y dolorosamente) bien actual. El Neoliberalismo ha inoculado en amplios sectores de la población la idea de que no es posible hacer las cosas de otra manera que la que ellos promueven, y no es cierto. Excede del ámbito de este comentario hablar sobre las formas de implementar esos cambios (jurídicas, económicas, sociales,...), pero existen alternativas. Y al estar en franco retroceso el derecho inalienable a la libertad de expresión, el pueblo encuentra vías alternativas de manifestar sus ideas y sentimientos sobre la cuestión.

7.- El feminismo no es sólo lo del "derecho a decidir" (en mi opinión el único punto negro del congreso), sino en devolver a la mujer su dignidad como ser sujeto de todos los derechos que puedan pertenecer a un hombre. Y sí, también el del sacerdocio, ya que no hay apologética bienintencionada que pueda decir que Cristo prohibió dicho sacerdocio a ninguna mujer. El hecho de que escogiese a hombres para que lo acompañasen no implica absolutamente nada, ni que después no puedan instituirse mujeres en dicho sacramento (en los primeros siglos hubo diaconisas, como bien se sabe). El resto es el machismo atávico de la tradición histórica de la humanidad.

8.- Las Asambleas constituyentes se conforman cuando es evidente que tiene que producirse el cambio de paradigma antes citado, y que aquellos que detentan el poder no están dispuestos a consentir. En el caso de España, por ejemplo, con una Constitución descafeinada, abiertamente capitalista y tutelada desde las instancias de la dictadura anterior, el proceso es doblemente necesario. Mientras tanto, y entretanto no se adecuan los medios de gobierno al sentir del pueblo, acciones como la desobediencia civil son perfectamente legítimas. También la practicaron los primeros cristianos frente al poder de Roma o del Sanedrín hebreo, sin que hubiese ningún tipo de violencia en ello. Ahí están los ejemplos recientes de Gandhi (liberó a un país de la dominación colonialista de Gran Bretaña sin verter una gota de sangre) o Mandela (luchó contra el Apartheid sin violencia) para testificar en su favor.

Los sueños, sueños son,... si nos atenemos sólo a Calderón de la Barca. Sin embargo, para que un cambio haya beneficiado a la Humanidad es necesario que alguien lo soñase antes. Newton soñó con poder entender el lenguaje de Dios a través del movimiento de los planetas, y formuló la Ley de la Gravitación Universal. Pasteur soñó con mejorar las condiciones de vida de sus semejantes, y acabó con la ignorancia en materia médica. Luther King tuvo el sueño de que hombres blancos y negros fuesen iguales, y hoy los afroamericanos pueden estudiar en las mismas universidades y sentarse en los mismos sitios en el autobús que los WASP (aunque es evidente que a la sociedad norteamericana le queda aún mucho que avanzar en el sueño del hermano King...)

A un nivel mucho más amplio, ¿No es el Reino un sueño utópico que sin embargo Jesús nos trajo como esperanza? Un Reino del cielo, pero también en la tierra, donde todos seamos iguales, no nos odiemos. No nos matemos ni acumulemos riquezas en perjuicio del hermano. Bello sueño que muchos hombres y muchas mujeres han sentido como propio y tratado de regalar a sus semejantes.

"You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one"...

9.- Eso de que no es cierto que Jesús dedicase atención preferencial a los pobres y excluidos es la justificación habitual del Poder para no cambiar sus leyes inicuas. Ciertamente se sentaba a la mesa con publicanos y ricos, pero siempre con la admonición de que compartiesen con sus hermanos. Cosa que no hacen muchos ahora, por mucho que se cuelguen filacterias morales de buen cristiano.

Y, por cierto, marginados no son sólo aquellos que carecen de rentas. Lo son también aquellos que son vilipendiados por su orientación sexual, por ejemplo ("amancebados sodomitas", y esas cosas,...)

Luchar contra el Imperio del dinero se hace volviendo a la estatalización y regulación completa del mercado financiero. Es decir, convirtiendo a los bancos en reservas de capital de los pequeños inversores, tuteladas por el Estado y evitando la especulación. Por vía de expropiación si es necesario. Se hace acabando con el mercado de derivados, terminando con la capacidad de empresas privadas para determinar primas de riesgo fantasmagóricas. Se hace regulando el mercado inmobiliario para evitar la especulación. Aplicando impuestos directos verdaderamente progresivos y que apliquen la mayor carga fiscal a las rentas más altas, preferiblemente de capital, y no del trabajo. Se hace promoviendo el reciclaje, evitando los paraísos fiscales, la explotación laboral (también la infantil),... Mire vd. si hay medios.

La no violencia activa: desacatar las normas injustas. Manifestarse pacíficamente a pesar de las prohibiciones. Atendiendo inmigrantes a pesar de las medidas del gobierno. Ocupando para servicios sociales locales que estén desocupados por la Administración,... También hay muchas formas.

Esto es un pensamiento compartido por muchísimas personas dentro de la Iglesia. Cristianos de a pie de calle que consideran que un mundo más justo es posible y exigible. Que consideran que el diálogo con el otro enriquece a ambas partes, y el miedo a él se cura leyendo. Que los asuntos de amor se quedan en la alcoba de cada uno y no tenemos ningún derecho a imponer nuestra visión sobre ellos. Que la regulación de la natalidad a través de los anticonceptivos es necesaria en un mundo superpoblado y para poder dar a un niño todo el amor y bienestar que se merece. Que hombre y mujer fueron creados iguales por Dios y, por tanto, son sujetos de los mismos derechos y obligaciones, incluso dentro de la Iglesia.

Sí, será que yo seré también un soñador,... pero es la forma en la que Dios me creó. Y para honrarle, hay que ser fiel a uno mismo, y al camino que nos ha sugerido para sentarnos algún día junto a Él. Porque muchos son los caminos que llevan a Dios, y un buen Padre entiende la diversidad de sus hijos.

Espero que mis palabras contribuyan a un debate sereno y equilibrado, en el que todas las posturas estén presentes. Un saludo.
10/09/12 3:48 PM
  
Yo2
@Indignado, demasiado texto (más, mucho más que el propio post).
Sólo voy a señalarte dos temas de tu penúltimo párrafo:
1- Dios no te creo como eres, tú te has hecho con tus decisiones libres como eres. No otorges categoría divina a tus propias decisiones.
2- Para honrar a Dios no hay que ser fiel a uno mismo, sino a Él, a su doctrina y a su ley (hasta donde yo recuerdo, no matarás, no cometerás actos impuros, y no consentirás pensamientos ni deseos impuros son tres de sus mandamientos). Para honrar a Dios hay que abandonarse a sí mismo para entregarse plenamente a Él.
Un saludo en la Fe
Pd: este es un blog católico, los principios que usted defiende son, como poco, protestantes.
10/09/12 4:52 PM
  
Yolanda
Cristiano Indignado:

Mezclas verdades con barbaridades, insostenibles para personas ilustradas y con conocimientos y capacidad crítica. Es imposible meter mano a ese panfleto de doscientas páginas: sólo en separar el grano de la paja me tiraría dos días.

Pero sólo una curiosidad: ¿tú a qué llamas "joven"? Porque esa jerga tuya, esos eslóganes, esas frases hechas, etc ya los oía yo en mi infancia más tierna, machaconamente, repetidamente, insistentemente, sólo les faltó inyectármela en vena...

Por cierto, lo que llamas la única mancha del congreso, la reivindicación del aborto, ¿no te hace poner ya un poquito de distancia crítica con esa gente?
10/09/12 5:24 PM
  
aníbal ramos
A todos los comentaristas que leen este blog:

Lo acaba de anunciar el forista "Cristiano Indignado": 2la regulación de la natalidad es necesaria en un mundo superpoblado, ergo, se deben usar anticonceptivos".

Ergo: solo un puñado de católicos son fieles a la doctrina moral de la Iglesia católica -solo un puñado, y puede que exagera-. Entonces, ¿qué hacen los obispos que "no llaman a capítulo" a todos los que es un secreto a voces que incumplen con la doctrina moral de la Iglesia católica y ahí siguen, no pocos de ellos y ellas "enchufados" en Cáritas, en la escuela católica, en el profesorado de Religión católica en la escuela pública...

Como otros han concluido por aquí, de risa si no produjera sobre todo pena, espanto.
10/09/12 5:37 PM
  
josé
hay algunos puntos interesantes... pero hay comunión con toda la Iglesia????
10/09/12 7:29 PM
  
Cristiano Indignado
Yolanda:

A ser joven le llamo tener menos de 35 años, como es mi caso.

Creo no haber escrito ninguna barbaridad, porque pretendo hacer mi aportación desde el lenguaje respetuoso a los demás. Otra cuestión es que las ideas que se plasman en el texto puedan sonar demasiado fuertes, pero también es fuerte lo que está viviendo la sociedad de hoy en día. Lo que antes sonaba de esa forma ahora sigue sonando igual, porque no hemos avanzado, sino retrocedido en derechos y libertades.

Sí, no comparto el supuesto "derecho a decidir", porque soy un defensor de la vida. También contrario a la pena de muerte, a la tortura e incluso a los espectáculos donde se maltrata a animales, o a la caza y la pesca por pura diversión. Pero malo sería que estuviésemos 100% de acuerdo con el ideario de alguien. Eso sí que nos convertiría en personas completamente acríticas, y por tanto manipulables. Seguro que a ti te pasa lo mismo.

Aníbal:

Necesaria no, imprescindible. Tener 10, 12, 15 hijos es una barbaridad en un mundo al que le falta la comida. Y no sólo de pan vive el hombre. Un niño necesita un ambiente propicio para poder educarse moral y humanamente, y las coyunturas de la sociedad actual no permiten familias tan numerosas sin que esa calidad se vea perjudicada, salvo que se trate de personas adineradas, algo poco frecuente.

Más que "llamar a capítulo" lo que necesita la Iglesia es comprender, finalmente, que el tema de la sexualidad y la reproducción es algo que debe ser abordado de forma realista. La gente siente impulsos sexuales, no hay nada de malo en ello, siempre que se ejerzan con respeto al otro y de forma sana, no impulsiva ni descontrolada. En el CVII y en encíclicas como la Humanae Vitae ya se pensó en abordar valientemente este tema, pero al final pesó más el miedo o la tradición. Las personas divorciadas no son menos cristianos que el resto y probablemente arrostran con ellas el sufrimiento de una relación fallida. No se les debe castigar más. Las relaciones entre dos personas las bendice Dios, siempre que sus intenciones sean buenas y encaminadas a amar al otro como Él nos ama a nosotros. Es lo que me dice mi conciencia y mi percepción del Padre.

Y sí, Aníbal. Probablemente ni el 3% de los católicos practicantes cumplan con la actual doctrina moral de la Iglesia en ese tema. Por cuestiones obvias. Sólo tienes que atender al número de hijos de esas parejas.

Yo2: Cada vez que alguien me saca a colación esa crítica pienso siempre en la Parábola de los Talentos. Dios nos da a cada uno una personalidad y unas capacidades. Si ese ser fiel a uno mismo es potenciar esas capacidades que el Padre nos otorga, se hará Su voluntad, y no la nuestra. De forma natural. Las decisiones que tomamos en nuestra vida pueden ayudar a cumplir ese designio o retrasarlo, pero la forma, el modo o el tiempo de hacerlo es una de las muestras más grandes de amor que Dios nos da: hallar nuestro camino hacia Él de forma meditada y consciente, y no seguir ciegamente postulados que pueden o no estar equivocados.

Por cierto, no creo que exista nada de protestante en mis afirmaciones. En todo caso a mí lo de católico o protestante me parecen apellidos para el mismo nombre: cristiano. No le veo mayor importancia ni trascendencia, y podría acudir a celebraciones de cualquiera de esas confesiones, u otras, sin ningún problema.

Un saludo a todos y todas.
10/09/12 11:41 PM
  
Jorge
Cristiano indignado:
Los comentarios a los post no deben nunca ser mayores que el propio post. Le aconsejo que cree su propio blog o lugar con sus propias reflexiones. Bastará un link desde aquí para que quien lo desee pueda leer sus opiniones con la extensión que usted desee.
No obstante le voy a comentar alguna de las cosas que acaba de dejarnos:
" Tener 10, 12, 15 hijos es una barbaridad en un mundo al que le falta la comida" Espero que no nos diga ahora que los pobres es mejor que no tengan hijos, o que es partidario del modelo chino.
En lo que dice sobre moral sexual no me interesa especialmente su opinión, sino lo que dice la Iglesia, que por lo que veo no tiene nada que ver qon lo que usted sostiene.
"Probablemente ni el 3% de los católicos practicantes cumplan con la actual doctrina moral de la Iglesia en ese tema" ¿Esto por qué lo sabe? ¿Es confesor? ¿Una encuesta de Gallup o Metroscopia?
En cuanto a lo de ser fiel a uno mismo le invito a leer mi post de hace unos días sobre el tema.
"a mí lo de católico o protestante me parecen apellidos para el mismo nombre: cristiano. No le veo mayor importancia ni trascendencia, y podría acudir a celebraciones de cualquiera de esas confesiones, u otras, sin ningún problema". Este es un blog que intenta animar a la fidelidad a Cristo y a la Igesia. Por eso importa el evangelio según lo ha transmitido y lo comprende la Iglesia. Por eso expresiones como "ser fiel a uno mismo", "mi conciencia", "a mí me parece" yo las cambiaré siempre por el evangelio dice y la doctrina de la Iglesia enseña.
11/09/12 12:18 AM
  
aníbal ramos
Indignado cristiano:

De tu largo comentario comparto algunos planteamientos; no en balde, me considero más bien de izquierdas, aunque no progre, porque prácticamente desde siempre, con todas las luces y sombras de mi vida, he tratado de ser fiel al Magisterio.

Estoy contigo en lo de que ni el 3% de los católicos en edad fértil son fieles a la doctrina moral de la Iglesia católica. Para mí incluso ni llegan a ese 3%, si bien la estadística final poco me importa: lo incuestionable es que son pocos, no hay más que ver a las parejas, en su inmensa mayoría no pasan de dos; ergo, lo más probable es que utilicen anticonceptivos.

Utiliza anticonceptivos todo quisque en la Iglesia, es una evidencia, un secreto a voces: profesores de Religión católica, catequistas, educadores de la escuela católica, profesores y profesoras de facultades católicas de Teología...

Sin embargo, como yo no soy progre -como sospecho que eres tú-, aunque sí soy de izquierdas, la solución que planteo a este hecho -incoherente, hipócrita, perverso...-no es que la Iglesia debe modificar su doctrina, esto es, negar la validez de un texto magisterial como la "Humanae Vitae" -lo cual es imposible, ni un papa lo puede hacer, ni Martini lo habría podido hacer-, sino preguntar a los pastores -admito que con disgusto, con rabia, pues además no en balde me he sentido muy jodido por la Iglesia católica en cosillas que ahora no vienen al caso-, ¿cómo es posible que pueden admitir en la Iglesia este orden de cosas en tanto siguen predicando la vida, la apertura a la vida, el no a la anticoncepción...?

¡Coño -con perdón-!, si aquí ni los que enseñan Teología son fieles a la doctrina moral de la Iglesia, ¿qué hacen los obispos y demás responsables eclesiales que no van poniendo de patitas en la p. calle a toda esa peña?

Y la verdad es que me parece tan hipócrita, tan cínico, tan manifiestamente incoherente -no sigo, los adjetivos descalificativos me salen a borbotones, a mansalva- el que las cosas sean así...

Por eso, recogiendo unas declaraciones que yo mismo en persona le escuché a un obispo español ya fallecido, moderamente progresista -pero según creo, fiel pastor de la Iglesia-, don Antonio Palenzuela: "La Iglesia en España es que es muy poco creíble".

He aquí el problema.
12/09/12 12:39 AM
  
aníbal ramos
Es decir, Indignado Cristiano, dicho en la lengua de Sancho Panza: si los propios obispòs y resto de autoridades eclesiásticas son los responsables últimos de haber ido colocando, a menudo "a dedo", en la Iglesia católica, a tantos y tantas que ni son militantes ni cumplen con la doctrina moral de la Iglesia, y sí unos meros tecnoburócratas enchufados -se ve claramente, no es juzgar conciencias, es lo que se ve: "por sus frutos los conoceréis"...-, ¿a qué tanto rollo con la doctrina moral de la Iglesia?, ¿ a qué tanto lío con la "Humanae Vitae" si resulta que su enseñanza no la sigue en la Iglesia ni el apuntador...?

No sé a ti, pero a mí esta situación me produce una congoja tan grande, un desánimo tan profundo... Que me lleva a considerar -en lo cual coincido contigo, al menos parcialmente- si no será verdad que muchos obispos católicos, en efecto, no pasan sino por unos perfectos burócratas sin talante profético alguno. Bueno: no lo sospecho, estoy convencido de que es así. Convencidísimo.

Nada más.

Postdata: estas mismas ideas en varias ocasiones he intentado explicarlas a chicas del movimiento de los indignados -donde me he hecho presente, por supuesto, en medio de asambleas aromatizadas con fuerte olor a yerba...-con el resultado de que algunas me llegaron a recomendar: "No te comas la bola con eso, tío, y folla más" (sic)
12/09/12 12:54 AM
  
Criistiano Indignado
Para Aníbal:

En realidad, yo tampoco milito mucho en el "progresismo" y sí, como tú, en algunos postulados de izquierda. En los clásicos de la Escuela de Frankfurt y demás (aunque no en todos). Creo que en ese progresismo hay mucho más de nihilismo y anarquismo que de auténticos postulados sociales. Mucho porro y libertinaje y pocas ideas, para terminar pronto.

La doctrina moral de la Iglesia en esos temas hace siglos que se quedó desfasada. No tanto en el tema de la indisolubilidad del matrimonio (pacta sum servanda, dicen en Derecho), aunque también aquí habría que hacer el matiz de los separados por no querer cumplir el contrato con Dios y el cónyuge de los que se ven abocados irremisiblemente a ello por temas de malos tratos, infidelidades o simplemente porque es el otro el que se aleja. Más bien en el tema de la moral reproductiva. Jesús de Nazaret, obviamente, jamás se pronunció sobre la anticoncepción, aunque ya en aquella época existían métodos que intentaban conseguirla. Eso es un invento de la Iglesia posterior, fundado uno no sabe bien en qué, porque numerosas confesiones no católicas, pero bien cercanas (como la ortodoxa) o incluso algunas católicas no entran en esos temas. Porque en realidad son temas bien menores para tanto como hay que hacer en este mundo. Muy pocos católicos pueden permitirse tener más de dos hijos en esta sociedad actual en la que, además, se acentúan cada día las desigualdades sociales. El análisis visual que tú has hecho de las parejas católicas lo he hecho yo también, llegando por tanto a esa conclusión. Hoy en día, sólo aquellos que militan en movimientos como el Opus Dei o CNC siguen a pies juntillas ese postulado. El resto, que son la amplia mayoría (a lo mejor hemos sido muy generosos con lo del 3%) entienden que es imposible por completo seguir esa moral.

Una ley que no se cumple no sirve absolutamente para nada. No entiendo, entonces, esa obsesión de los jerarcas eclesiásticos de "genitalizar" tanto esa clase de cuestiones. Quizá el planteamiento valiente y realista sería entonces adecuar ese magisterio (que no es inmutable, ya que no proviene del Evangelio) a los tiempos actuales. De ahí lo de la superpoblación y demás.

Y ojo, que ningún lector confunda lo que escribo con la contracepción. El aborto es un tema de muy distinta índole al que tratamos, y que tiene mucha menos justificación (si la tiene)
12/09/12 11:27 PM
  
Criistiano Indignado
Y claro que coincido contigo en lo de la burocratización de los jerarcas eclesiásticos, y en su alejamiento del Mensaje. Porque si estuvieran más pendientes de éste y menos de cuestiones menores la mitad o más de las cosas que se contienen en el documento de la Asociación Juan XXIII no les sonarían a chino mandarín, como ahora. Por eso quise escribir el (largo) comentario, porque no fui capaz de condensarlo más (eran muchas las ideas que se expresaban en él), con el ánimo de que hubiera un sano debate sobre él en lugar de una enmienda a la totalidad, como parece el caso.

El problema es mucho más de fondo de lo que parece. Algunos tienden a asociar las ideas aperturistas con anticlericalismo, masonería y qué sé yo cuántas cosas más, cuando en realidad lo que está haciendo que las personas abandonen la Iglesia en masa no es la descreencia, la vida fácil o el Maligno, sino el alejamiento de ciertos postulados de la verdadera naturaleza del ser humano y la excesiva connivencia de las altas esferas de esa Iglesia con los poderes terrenales, en especial con ideologías conservadoras, como poco. Y en el neoliberalismo, el mundo financiero, la especulación y la tiranía hay mucho menos de cristiano que en aquellos que postulan un mundo justo, sin explotación, sin fronteras y con un reparto equitativo de los recursos. Entre ellos, la Asociación Juan XXIII, digna de mi respeto.

Ya no vivimos en el Siglo XI. Ahora, la gente tiene muchos medios para formarse una propia opinión sobre el estado de este nuestro mundo, y para encontrarlo injusto y piramidalizado. Como en época de Cristo, vaya, solo que Cristo trajo otro mensaje bien distinto: El amor a Dios y la fraternidad entre los hombres. La prima de riesgo, la represión de las protestas, la bursatilización de la política y cosas peores casan muy poco con la enseñanza del Maestro, y que la alta jerarquía de la Iglesia mire para otro lado y desconozca esos problemas (no las bases ni los misioneros), y predique una cosa y haga otra muy distinta provoca mucho desaliento. En ti. En mí también, y en muchos que no han aguantado y han acabado por tirar la toalla y marcharse.

(Como ejemplo, el recibimiento con honores en la JMJ a "financiadores" como BSCH, BBVA y demás, responsables de la crisis que estamos padeciendo, y la expulsión del templo de la Almudena de gentes desgraciadas que querían buscar el respaldo de la Iglesia a sus justas reivindicaciones...).

No soy optimista con el futuro, porque creo que esas altas esferas, al ver la desbandada, han optado por la opción incorrecta: abandonar la tarea de la evangelización a sectores y movimientos ultraconservadores, que están radicalizando sus planteamientos y haciendo la brecha cada vez más insalvable. Habría que preguntarse si merece la pena llenar las iglesias a ese precio. Yo creo que no.

Un saludo para ti, Aníbal. Una pena que no haya habido debate. Estoy seguro que hubiésemos aprendido todos muchísimo.
12/09/12 11:43 PM
  
aníbal ramos
Cristiano Indignado:


Lo vuelvo a repetir en público por vigesimoquinta vez, con independencia de que tú estés o no de acuerdo con mis postulados y por supuesto con independencia de lo que puedan pensar de mí los que me lean, pues ya me voy acostumbrando a esa lluvia torrencial de denuestos contra mi persona -"que si resentido, que si envidioso, que si odiador, que si revanchista...; me la suda ya a estas alturas-. A saber: siento que la mayoría de obispos y responsables eclesiales de escuelas católicas, organizaciones asistenciales, docentes, sanitarias y de lo que sea, son unos redomados hipócritas porque siguen predicando esa doctrina del Magisterio contraria a la anticoncepción, en tanto siguen permitiendo que en la Iglesia católica se sigan ganando la vida, profesionalmente hablando, toda clase de trepas, figurones, mediocres, burócratas antimilitantes y meros enchufados que pasan de la militancia, del compromiso, y por supuesto que de asumir la moral sexual de la Iglesia católica.

Es decir, en esto discrepo de ti. Porque ya ves: no pertenezco ni al Opus Dei ni a los kikos ni a ningún movimiento de esos llamados neoconservadores, y sin embargo me sigo empeñando en no negar la validez de la doctrina moral de la Iglesia, expresada no solo en la muy contestada "Humanae vitae" de Pablo VI, sino anteriormente en la "Casti Connubi", de Pío XII, posteriormente reforzada por el magisterio de Juan Pablo II ("Evangelium Vitae", "Familiaris Consortio", "Fides et Ratio", "Veritatis Splendor"...), asimismo refrendada por Benedicto XVI.

Lo que me indigna hasta extremos increíbles es la incoherencia de quienes se siguen empeñando desde la Iglesia católica en defender esa doctrina -que desde la experiencia personal no sé si es vivible o no, pues nunca he convivido en pareja, hasta eso-, y luego en la práctica la conculcan. Máxime cuando creo tomar conciencia de que a mí -que sí he manifestado por activa y por pasiva, por escrito y de todas las maneras posibles, que deseo vivir en plenitud la fidelidad al Magisterio-, en la Iglesia católica me han jodido muy bien. "Me han arruinado la vida", suelo reconocer. Y no me dan ganas sino de mandarlos a la mierda, a la gran puñeta. Pero quizás Dios interpone su santa mano y luego reparo en que yo también soy muy mediocre y pecador, y entonces recapacito y acabo tratando de perdonar. Me cuesta, lo confieso, pero en cristiano no hay otra.

De manera que es desde esa experiencia de haberme sentido machacado, ninguneado, puteado y yo diría que hasta humillado por la siniestra hipocresía eclesiástica, desde donde suelo discrepar de algunas sensibilidades católicas conservadoras, pues estas enseguida aprovechan para acusarme de resentido, envidioso, desafecto hacia la Iglesia, anticlerical, afecto a las izquierdas y otros hierbas parecidas.

Yo percibo en la Iglesia católica una hipocresía tan descomunal, tan incrustada en el propio tejido de todo este "tinglado" que es la ICAR -como suelen llamarla los progresistas o progres-, que a menuno no sé ni por qué no arrojo la toalla, te lo aseguro. Máxime -repito- cuando tomo conciencia del estado de "parálisis" de mi vida, no solo ocasionado por la crisis que padecemos y por mi imprudente ingenuidad, sino por la inmisericorde hipocresía eclesiástica.

De esto que afirmo estoy tan cierto como que de existe la luz que me está alumbrando. Como también lo estoy de que no pocos obispos son meros burócratas, trepas, mediocres e hipócritas, que no sirven a las personas sino al aparato eclesial entendido como estructura de poder y de ascenso y gloria personal. Así que fíjate.

Sin embargo, acaso por una gracia inmerecida de Dios, en la Iglesia católica continúo de manera visible, practicante, militante; no faltarán, me figuro, quienes sostengan que lo hago por obtuso, por majadero, por miedoso (a la condenación eterna, etcétera). No te puedes imaginar con cuánta rabia interior -el 95%, como poco, de los que se ganan la vida gracias a la Iglesia católica, follan con condón, seguro, y yo que hasta intento mantenerme casto y que creo en la doctrina moral de la "Humanea Vitae", a morirme de asco por culpa de la miserable hipocresía eclesiástica-.

¿Entiendes que en efecto la Iglesia católica "sí está muy podrida"?

Saludos.
13/09/12 12:45 PM
  
Julio
A Anibal Ramos.

Me gustaría ponerte verde, y decir que eres un resentido y que no tienes razón. Que los obispos son santos y la mayoría del pueblo de Dios también. Pero no. Tienes toda la razón. La doctrina moral en matería sexual y de anticoncepción no la cumple casi nadie, pero eso no es lo peor, lo peor es que ni obispos ni sacerdotes corrigen dicha situación predicando el Magisterio. Hay miedo a perder fama, a ser "ultraconservador", hay miedo, no, hay horror, como dice el Padre Jose María Iraburu, a la Cruz, a ser vilipendiado y perder simpatías. Y esos tienen la inmensa responsabilidad, mucho más de quienes esten en contra de la doctrina moral de la Iglesia, porqué ellos son nuestros Pastores.
14/09/12 1:34 PM
  
aníbal ramos
Julio:

Yo opino creo que libremente. Por eso afirmo: con el paro tan espeluznante que hay en España, la crisis económica que no cesa y demás, que todos esos fieles de ambos sexos -cuyo número exacto solo conoce Dios- encima se ganan la vida gracias a la Iglesia católica, sin realmente amarla con pasión, a mí, libremente lo digo, me parece una canallada por parte de quien tolera todo eso.

Saludos.
15/09/12 12:16 AM
  
Yolanda
"Probablemente ni el 3% de los católicos practicantes cumplan con la actual doctrina moral de la Iglesia en ese tema" ¿Esto por qué lo sabe? ¿Es confesor? ¿Una encuesta de Gallup o Metroscopia?

___________________

Padre, ¿hace falta ser confesor o hacer encuestas?

¿Es que no se ve con los ojos de la cara, es que usted lo ve?


Indignado: lo malo de tu discurso es esas pizcas de verdades con las que fácilmente se llega a barbaridades. En realidad, en la lógica interna de tu discurso no habría por qué condenar cualquier clase de aborto, incluso el más caprichoso.

Estoy mucho más cerca de las opiniones de Aníbal Ramos (que no comparto del todo porque no estoy tan segura como él de que ese género de corruptela moral esté tan generalizado) porque parte de una experiencia personal e íntima muy dolorosa a pesar de la cual desea ser fiel (¡y que lo sean quienes deben velar por esa fidelidad!) al Magisterio.

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Jorge: nunca he sido especialmente partidario de "se sabe", "se ve"...
15/09/12 11:35 AM
  
Criistiano Indignado
No creo que en mi discurso haya barbaridades, Yolanda. Es evidente que mis postulados sociales son los que son, de la misma forma que los de otros comentaristas de esta página se pueden observar muy fácilmente. En principio no hay nada censurable en eso. Pero sí me gustaría que me dijeses cuáles, para poder tener un debate sobre ideas. Debate del que está muy falto la Iglesia, a la que tú (y yo también) pertenecemos.

En mi lógica no cabe el aborto, porque contracepción es distinto a anticoncepción. Si te fijas, una política de prevención correcta, acorde con la naturaleza del ser humano, que fue creado sexual y en el cual esas tendencias son tan básicas y vitales como comer o respirar, ayudaría, y mucho, a que el número de abortos descendiese, y a situar su innecesidad en su verdadera dimensión. Más vale prevenir que curar, dice el refrán, y en este caso mucho más.

Lo que no se puede hacer es poner puertas al campo. La continencia, como método anticonceptivo (el único que reconoce la Iglesia) es de por sí tan antinatural como imposible de llevar a cabo en la mayoría de los casos. Viene a ser aproximadamente lo mismo que la anorexia o la hipoxia: una forma de restringir una necesidad natural del cuerpo que puede acarrear desórdenes. Cuánto más si esa continencia debe darse entre personas que se aman (no estoy hablando aquí del sexo casual ni otras cosas por el estilo, que sí pueden ser reprobables).

Todo el embrollo no viene de muy lejos en la Iglesia. La primera vez que se habla directamente del tema es en la Casti Connubii de Pío XI, que es de 1930 (ítems 57 a 62). Más tarde, en la Humanae Vitae de Pablo VI ya se hace un intento de legislar sobre la materia, hablando de la licitud de las relaciones en períodos infecundos para espaciar los nacimientos. Un intento tímido que además se quedó corto porque ya algunos hablaron de admitir el uso de anticonceptivos, y demasiado abierto a la especulación.

Por tanto, y como ves, el tema no ha sido tratado por el Magisterio de la Iglesia hasta muy tarde. Y de igual modo que cambió entonces, lo puede hacer ahora.
15/09/12 12:09 PM
  
Cristiano Indignado
Por otro lado, la diferencia con el aborto es abismal. No es lo mismo evitar que se produzca una concepción que eliminar a un ser humano. Viene a ser más o menos como evitar que la semilla caiga a la tierra o arrancar el árbol. La diferencia es apreciable.

Y aquí llevo el desarrollo más lejos aún. El aborto es un ataque contra la Vida, pero para ser coherente, aquél que se oponga a él debe actuar, más que como un antiabortista, como un Pro-vida. ¿Parece lo mismo, verdad? Pues no.

Un Pro-vida también debe oponerse a cualquier forma de eliminación del ser humano, aunque no sea en sus primeros estadios. Debe oponerse firmemente a la pena de muerte y a las guerras, cualquiera que sea su naturaleza. Y también a la degradación de esa vida, y por tanto a cosas como la tortura, la castración de personas discapacitadas o el encarnizamiento terapéutico en enfermos terminales.

Llevado a sus más altas cotas de coherencia, este postulado exige también el mayor respeto hacia otras formas de vida creadas por Dios, en este caso los animales y las plantas. No hablo de no comer ni una cosa ni la otra, puesto que en ellos se fundamenta nuestro alimento, pero sí de respetar, fuera de esta premisa básica, nuestro entorno natural. Y por supuesto, no utilizar el dolor y la muerte de seres vivos como regocijo, deporte o diversión. Un verdadero Pro-vida jamás defenderá los espectáculos taurinos, la caza o la pesca deportivas y la degradación del medio ambiente por prácticas empresariales o inmobiliarias.

De eso veo poco en los movimientos antiabortistas, y de ahí que, coincidiendo básicamente con lo que defienden, me aleje de ellos. Porque los veo muy preocupados en los abortos pero, en algunos casos, muy permisivos con algunos regímenes que practicaron eliminaciones sistemáticas de vidas (unos 80.000 cadáveres quedan todavía por las cunetas en este país, a pesar del palio y la comunión diaria, que pueden dar fe de ello), así como con temas como la "Fiesta Nacional" (fiesta para algunos, ya no demasiados). Etcétera, etcétera.

Por tanto, la regulación de la natalidad no tiene absolutamente nada que ver con el aborto, y sí por el contrario es muy necesaria para que la obra del Padre en este mundo pueda seguir existiendo. Muy necesaria también para que cada individuo nacido lo sea con plenitud de derechos y como sujeto de amor por sus padres. E igualmente, para reforzar el vínculo afectivo entre ellos, sin desnaturalizaciones ni represiones estériles que, en algunos casos, han conducido al desfallecimiento ético y psicológico de algunos, con las consecuencias de todos sabidas. Extensible, por tanto, a los sacerdotes esta necesidad de que puedan casarse, tener hijos y mantener relaciones sexuales como cualquier ser humano, a salvo de que aquellos que quieran (y puedan) mantener la castidad lo hagan.

Hablaba con Aníbal de porcentajes de incumplimiento de esta doctrina moral. Pero es que salta a la vista, Yolanda. En tu comunidad eclesial, ¿quién tiene ocho, diez, doce o quince hijos? ¿Nadie, verdad? Tampoco pensarás que esas personas "duermen" con sus cónyuges una vez cada tres años para crear a esos dos o tres hijos máximo que tienen, y después no vuelven a hacerlo hasta la menopausia. Lo natural (y lo deseable) es que las parejas "duerman" juntas las máximas veces que sea posible sin menoscabo de su integridad física o psicológica. Eso refuerza su vínculo y mantiene alejados los fantasmas de la infidelidad, al mismo tiempo que profundiza en su amor mutuo de una forma sana. Si a ello le sumas la certeza de que ese acto de amor, connatural al matrimonio y reconocido como uno de sus fines, además de la procreación, por el propio Catecismo (Ítems 2360 a 2363), tiene en cuenta también la "la armonía y la tranquilidad de la familia y mejores condiciones para la educación de los hijos ya nacidos" (Humanae Vitae, ítem 16, primer párrafo)...

...¿Se observa entonces algo contrario al plan de Dios en la regulación de la natalidad?

Éste es el debate que debiera plantearse la cúpula eclesial en estos momentos.

Un saludo.
15/09/12 12:34 PM
  
Yolanda
Don Jorge, el "se sabe" "se ve" es, en efecto, un mal método para convencer con la verdad, con el "se sabe" "se ve" se convence fácilmente mezclando mentiras.

Pero hay cosas flagrantes. Hay una tasa de natalidad en Espña (eso es un dato objetivo) que hace años que no pasa de 1,5 hijos por mujer, lo cual no asegura ni de lejos el relevo generacional.

Y sin conocer esos datos basta vivir en cualquier lugar de España y pasearse por ella de norte a sur, para comprobar que han desaparecido las familias de 6, 8,10, 12 hijos.

Eso es una prueba contundente de que la moral sexual de la Iglesia se incumple.

Hay más, claro, ero eso es visible y eso sólo basta.
15/09/12 2:42 PM
  
aníbal ramos
Cristiano Indignado:

Confieso que yo debo ser más raro que un 8 tendido -en horizontal-, pues habiendo sufrido en mis carnes y en mi espíritu la más miserable y canallesca de las injusticias por parte de la hipocresía eclesiástica, me sigo alinenando con la doctrina moral del Magisterio en materia de sexualidad humana y de anticoncepción, y no exactamente con tus matizaciones a esa doctrina.

Igual tendría que hacérmola ver por algún especialista, esa rara suerte mía de "síndrome de Estocolmo" . Con todo, el problema es la vergonzante incoherencia de los pastores que predican A -la doctrina moral de la Iglesia, si es que la predican, que no siempre es así- y hacen B -admiten en este u otro trabajo a una inmensa mayoría de profesionales que se pasan por el foro de sus caprichos la prohibición católica de no usar anticonceptivos-.

A mí algunos eclesiásticos me han arruinado la vida. Los muy hipócritas. Hasta el extremo de que creo que cualquier persona normal y corriente, por lo que me han hecho a mí -y aun por menos-, ya los habría mandado a todos a tomar por el culo, a la gran puñeta, considerándolos un atajo de redomados e incurables hipócritas. Que es, por cierto, lo que mucha gente hace, por hache y por be -por estas u otras razones-.

Sin embargo, debo ser idiota, repito, masoquista o muy afectado por esa suerte extraña de "síntoma de Estocolmo" al que me he referido.

Con todo, me quedo con esta certeza: la incoherencia de la actuación de la Iglesia católica, al menos en España, ya es que produce asco, me parece. Y a mí en concreto, además, ha producido una cierta ruina de mi vida. De manera que ya me la suda que me digan resentido, envidioso, revanchista o no sé qué más; algunos eclesiásticos -llamados clericanallas por un amigo mío, otrora muy piadoso católico- me han hundido en la miseria, y a mí no me da la gana callar.

En fin, ¿qué le vamos a hacer, más que joderse uno? Porque nada va a cambiar, todo va a seguir igual en la Iglesia católica: el nepotismo y la incoherencia de vida de muchos, a la orden del día. Y los obispos reivindicando privilegios al Estado para luego elegir a dedo a quien les da la gana -en no pocos casos, mediocres que así no hagan sombra a lo tremendamente mediocres que ellos son no raras veces, digo los obispos-.

Aunque parezca que no, mucha gente desencantada sabe todo esto. Conoce todo esto que pasa en la Iglesia católica; y claro, qué van a hacer sino pasar de la Iglesia. Es lógico. Consecuencia inevitable.
16/09/12 12:12 AM

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