Mejor acabar con la hermandad
Estoy de fiestas en los pueblos. La verdad es que llevando cuatro parroquias lo raro sería no tenerlas. En pocos días, procesión de minerva en Braojos, que organiza la hermandad sacramental. Fiesta de la Virgen de la Paz en Gandullas, de la que se encarga su hermandad, y la hermandad de la Virgen de las Candelas de Piñuécar dispuesta para mañana, su gran día.
Hay que elegir entre lo óptimo y lo que hay. Y lo que hay son apenas restos de lo que fue y que hoy es casi nada. Por eso no es de extrañar que surjan voces, entre los fieles o el mismo sacerdote, que opinen que para eso mejor suprimir la hermandad. Algo de esto me contaron en Gandullas, que tuvieron un párroco empeñado en acabar con ella porque no tenía sentido. No sabemos, me dijeron, a usted que le parecerá.