Un 34,3 % menos de católicos en Italia desde este pasado domingo
Nos empeñamos en dedicarnos a lo que ni nos va ni nos viene y así nos pasa que acabamos haciendo el memo, el canelo y definitivamente el ridículo. Un ligero peloteo al jefe es algo que hasta uno puede llegar a comprender, pero cuando el peloteo es descarado no es que se rían de ti, es que se carcajean, y con razón.
Estos días de atrás tuvo su envenenado minuto de gloria un desconocido, al menos para mí, obispo siciliano, de Mazara del Vallo, llamado Domenico Mogavero, que según leí en Infovaticana se ha despachado contra Salvini, líder del partido político “Liga Norte”, afirmando, nada menos, que “quien está con él (con Salvini) no puede llamarse cristiano porque ha renegado del mandato del amor”.

Es que me pongo de los nervios… Se ha convertido en una especie de muletilla fácil que aquí emplea todo quisqui sin el menor pudor. Hagan la prueba si tienen humor para ello. Fíjense en homilías -ahí algo menos-, escuchen a clérigos de cualquier nivel, acudan a jornadas me da igual de pastoral, de Cáritas, de juventud, liturgia, economía parroquial, vida ascendente, catequesis o medios de comunicación. Varias veces les van a explicar qué es lo importante.
Me llegó hace unos días el libro
Con motivo del fallecimiento de mi madre, va para cinco años, conté en este blog su devoción tan enorme al Corazón de Jesús. Precisamente en el día del Corazón de Jesús Él se la quiso llevar.





