Sobre las vacunas. Degenerando
Me pregunta Rafaela, y no es la única, que si se vacuna o no.
- Mira Rafaela, no soy médico ni científico experto en estas cosas. Pregunta al médico del pueblo.
- Ya. Te lo pregunto a ti porque el papa dice que nos vacunemos, y si lo dice el papa eso ya entra en tu terreno. ¿Hay que hacerle caso o no?
No es sencillo explicar a Rafaela, aunque de tonta tiene lo justo, que una cosa es una definición ex cathedra, otra una encíclica, otra las declaraciones y discursos y otra muy diferente las personales opiniones del santo padre sobre cosas cotidianas.
El santo padre puede ser fan declarado del Boca o del san Lorenzo de Almagro, más de macarrones que de ravioli. Eso no significa que las hermanas Úrsulas tengan que hacer la opción fundamental por los macarrones al pesto o la putanesca, una vez realizadas prudentes investigaciones.

Durante todo el tiempo de cierre de templos en Madrid en la primera parte de la pandemia estuve transmitiendo en directo las celebraciones litúrgicas desde la parroquia de La Serna del Monte. Los medios, como pueden imaginarse, de lo más rudimentario. Tan solo un teléfono móvil y una tarifa plana para datos. Técnicamente, pues, muy limitado.
Me sorprende la cantidad de engañabobos que existen por estos mundos de Dios, y más aún la cantidad de simples que se asombran ante estos vendedores de nada. Hay gente que ve nombres como Coelho, Gibran, Benedetti, Boff o Frei Betto, de quien vamos a hablar, y se les hace el trasero pepsicola.
Ya he dicho algunas veces que una de las tareas de este blog es contar las cosas desde el punto de vista y la opinión del cura, que será mejor o peor, pero es la del cura. Quizá es que para conocer las cosas bien hay, precisamente, que mirarlas desde ópticas distintas.