Fratelli tutti. Una primera impresión
Si es que no puede ser, si no hay manera… Pero es que se empeñan en meter el dedo en la boquita y al final tienes que decir alguna cosa. Lo comprendo. Son muchos los lectores que pasan por este blog y entiendo que quieran conocer mi opinión al respecto.
Vaya por delante que la lectura que he hecho de la encíclica no me es suficiente. Tendré que hacer una segunda lectura más pausada.
Dicho esto, así, y en principio, hay cosas que no me entusiasman.
- Es una encíclica que ha pasado desapercibida en los grandes medios de comunicación. No digo ofrecer el texto, que tampoco, sino que ni una mínima alusión al hecho. Resulta curioso que sean tan solo “El País” uno de los diarios de tirada nacional en España de ideología, digamos, de izquierda, y “La Vanguardia” los que hayan sacado un cuadrito en portada.

Una de las noticias de esta pasada semana, que ha pasado sin especial repercusión, ha sido la nueva propuesta sobre la clase de religión que la conferencia episcopal ha presentado a la ministra de educación. Leo en
Gordos, gordos… muy pocos. Precisamente, además, son los graves los que menos importan, porque grave, gravísimo, es que se cambie la plegaria eucarística, se permita la comunión eucarística de personas que viven en pareja de manera ilícita, no haya confesiones, se siga explicando la cristología iuxta modum, al cura no se le encuentre más que a la hora de misa y a carreras o el archivo parroquial lleve sin actualizarse años y años.
Hay un dato que nos tiene que hacer pensar alguna vez. Y es la cantidad de gente sin más formación religiosa que lo que Fulanito decía en mi casa o lo que comenta Menganita tomando café.
¿Pi… qué?