La inmadurez de san Luis Gonzaga
Mucho me temo que se nos estén confundiendo madurez con acomodación al sistema dominante establecido. Algo así como una rendición ante lo que se lleva, que se nos disfraza de sentido común, responsabilidad y un saber estar en los tiempos que corren. Madurez como resignación, como una opción por vivir como todo el mundo, no ser nota discordante en el actual estado de cosas y abandonar incluso principios, abandonar o posponer, para no desafinar en medio del más vulgar, perdido y chabacano acorde. Según los criterios de nuestro mundo actual nada menos que san Luis Gonzaga sería claro ejemplo de infantilismo.
¿No me creen? Repasemos su vida. ¿Ustedes, amigos lectores, creen que es sensato y maduro un voto de virginidad a los once años? ¿Es sensato renunciar a un brillante porvenir de lujo y buena fama para hacerse nada menos que religioso jesuita? El colmo fue su manera de actuar en la peste que asoló Roma varios años y que le costó la muerte con tan solo veintitrés años. Lo sensato hubiera sido quedarse encerrado en el convento dedicado a la oración. Lo sensato y lo maduro.

La primera vez que Rafaela escuchaba la palabreja: Kigali. La pronunció don Jesús en el sermón del domingo, donde, sin saber muy bien a cuento de qué venía, dijo que en estos tiempos era una buena noticia para los católicos y para todo el mundo que la Santa Sede hubiera decidido a adherirse a la enmienda Kigali al protocolo de Montreal, ya que eso garantizaba una mayor protección del medio ambiente y en especial del agujero de ozono.
En Braojos, en la octava del Corpus se celebra el Corpus chico con procesión con el Santísimo por las calles. Pero… como seguimos afectados por el coronavirus, uno no sabe muy bien si las procesiones son posibles. Desde luego la del Corpus no la hicimos. Y hoy…
El razonamiento es muy simple. Si el templo está abierto y hay misa, puede que haya fieles, o puede que no. Si el templo está cerrado, claramente no habrá.