Ojo con ese cura
Hace ahora un año del cambio de párroco en la parroquia de Conchita y Fede, un matrimonio conocido de hace años y muy colaboradores en su comunidad, hasta el punto de estar los dos metidos en los consejos parroquiales. Recuerdo que les pregunté por el nuevo cura y no me gustó su cara.
¿Sabes? Ya hemos tenido la primera reunión del consejo para presentarse. Y no nos gusta. Ha comenzado diciendo que lo importante es que podamos expresar libremente lo que pensamos y sentimos, que desea que le digamos a la cara lo que sea, que critiquemos sus decisiones, que si somos hermanos entre nosotros ha de haber confianza y una transparencia total. Vamos, un cura para no fiarte. La confianza, me decían, no se pide. Se regala, se conquista.