Ejercicios en Alcalá: fin de fiesta con el credo legionario
Acabo de regresar a casa tras cinco días dirigiendo los ejercicios espirituales de un grupo de sacerdotes de la diócesis de Alcalá de Henares. Vuelvo contento. Espero que ellos también. Al menos no me han tirado al río, y eso que pasaba por medio de la finca donde estaba la casa de retiros.
Horario sencillo. Laudes, desayuno, meditación, tiempo libre para la oración, misa y comida. Por la tarde, segunda meditación, exposición del Santísimo, reserva y vísperas. Ejercicios en silencio y mucha tranquilidad. Muy grata la visita el miércoles de D. Juan Antonio Reig Pla, obispo diocesano, con el que tuve la oportunidad de charlar largo y tendido y eso que era un “ratito” porque tenía que marchar de nuevo a Alcalá.
Alguna noche nos encontramos para hablar de cosas del día a día, pero poca cosa.
Ya. Que están moscas con lo de credo legionario.
Comprendido. Que qué tiene que ver la legión con los ejercicios espiritiuales de los curas de Alcalá.

Cuando un servidor llegó al convento, año 1973, los dos libros básicos para cualquier trabajo o actividad eran los documentos del Vaticano II y el catecismo holandés. En aquellos años el catecismo holandés era algo así como el paradigma de la iglesia conciliar y el compendio de la teología más avanzada.
Una vez más no me queda más remedio que reconocer el sentido común y las buenas ocurrencias de mi amiga Rafaela. Lleva unos días en los que, cuando quiere tomarme el pelo, y es especialista, se dirige a mí llamándome no D. Jorge, ni siquiera Jorge a secas, qué va. Ni mucho menos. Simplemente me dice: “oye, curo”.
Por favor, a estas alturas no seamos ingenuos. Tenemos, en España, un nuevo gobierno formado por socialistas y comunistas. Es decir, la izquierda y la ultraizquierda. Aquí hay que estar al loro.