Mal negocio pretender quedar bien con todos
Lo tengo comprobado y más que repetido. Todo aquel que pretenda quedar bien con todos lo único que conseguirá será no acabar bien con nadie. Pobre Iglesia nuestra.
No seamos ingenuos, por favor. Ante la Iglesia de Cristo hay gente a favor, gente indiferente y gente que ataca con todos los medios a su alcance. Y esto de atacar es desde el siglo I, y si no ahí tenemos a los mártires. Loa de entonces, y los de ahora. Posiblemente la mayor persecución religiosa contra cristianos la hemos sufrido en el siglo XX. Hay gente que odia a la Iglesia a los católicos. Punto. No es momento de guerra santa ni de gritar a por ellos, pero sí de saber dónde estamos y al menos andarnos con ojo. Hablo de mártires, y hablo de disidencias varias.

Nos movemos entre dos cuestiones. Una, la sensibilidad, que, en el caso del DOMUND, no necesita especial trabajo, aunque ahora la cosa esté un poco de capa caída. Ya sabemos: que si todo el mundo se salva, que si no tenemos derecho a predicar, que si hay que respetar la religión de cada cual… Incluso, para justificarnos, reconvertimos la cosa del anuncio explícito del evangelio en un trabajo social, que no está mal, pero que no es eso.
Últimamente nos estamos poniendo muy serios. Entre la Amazonía, los alemanes, el desentierro y entierro de Franco y la recién aparecida sentencia del “procés”, de verdad que se nos está poniendo cara de pepinillos en vinagre. Así que he decidido hoy tomarme la mañana con humor y filosofía, esperando que se lo tomen con humor.
Y lo hago harto de que pretendan decirme lo que debo pensar, lo que debo creer, cómo he de actuar, hablar y comportarme.





