PSOE e inmatriculaciones. El problema es que se les ha acabado el chollo
Los organismos públicos en general, y los ayuntamientos en particular, tienen una cierta predisposición a convertirse en dueños de todo lo que ellos consideran que es “del pueblo”. A nada que te descuidas, y he sido cura de pueblo muchos años, te das cuenta de que cosas que la gente te dice que habían sido de la Iglesia desde siempre mira por donde han devenido en propiedad municipal. Como es del pueblo, el ayuntamiento se lo adjudica, administra, utiliza, compra, vende, permuta y desde luego se lo apunta en su haber.
¿Por qué pasan estas cosas? Pues parte por desidia de la Iglesia y de los señores curas párrocos que hemos estado convencidos de que lo material no era lo más importante –cosa que es verdad- y por otra parte porque los ayuntamientos, que nos creíamos que eran buena gente y colaboradores de la parroquia, y algunos particulares, salieron demasiado listos.

Como nota previa, decir que por favor se abstengan personas carentes de al menos una mínima dosis de sentido del humor.
Partimos de que nuestros feligreses, muy en general, son gente digna de todo elogio. No obstante, mis compañeros curas y la gente más colaboradora, sabe que hay ciertos personajes del todo inevitables, tan hijos de Dios como los demás, pero especializados en sus puñeterías. Qué le vamos a hacer.
Acabo de escuchar en la radio que el partido popular ha registrado en el Congreso de los Diputados una cosita a la que llaman





