Soy hija de un monstruo
Buenas tardes señora Regàs, Soy hija de un monstruo, como dice usted en el artículo publicado en El mundo. Se llama Carme Riu y Pascual y lucha por todos los monstruos de Barcelona. Elegida por sufragio universal unas cuantas veces desde que el Ayuntamiento de Barcelona decidió dar este espacio de participación a los monstruos de la ciudad. Este monstruo que es mi madre, ha sido también representante de las mujeres de toda Cataluña en la ONU. Es curioso, esto le debería de ofender mucho a usted. Sí, sí, un monstruo representando a las mujeres, ¿como puede ser? Y escogida por el Consejo Nacional de Mujeres de Cataluña!!!
La cosa todavía va más lejos: fue nominada por el gobierno español para representar a todas las monstruos en el Consejo de Europa para la redacción de un documento que trazara las políticas a aplicar para que estas monstruos no fueran esterilizadas, violadas o directamente abortadas por sociedades pro-nazis. Este monstruo que es mi madre, se casó con un hombre normal, la unión de la cual nacimos mi hermana y yo.

Ya desde los tiempos en que el Génesis nos anunció que Caín mató a Abel, al ser humano se nos ha recordado no sólo que hay buenos y malos, sino quiénes son los buenos y quiénes los villanos.
“Mis queridos amigos:
Tengo una circunstancia personal que me ha tenido preocupado en las últimas semanas y que me ha hecho pensar, hablar, pedir consejo, meditar y rezar sobre ella. Tanto me ha ocupado y también preocupado (parafraseando a un clásico deportivo) que me ha llevado a tener algún problema de estrés o de ansiedad, que es la forma en la que el mundo llama al sufrimiento. Se trata de que estoy pendiente de que se resuelva un asuntillo laboral que llevo entre manos. Como tantas cosas en la vida, el asunto no está mis manos sino que depende de la decisión de otras personas. Soy sabedor de que no es fácil de que se resuelva así por las buenas ya que hay algunas, digamos, dificultades. Ya saben Vds. a que me refiero; a dificultades de dos patas.









