Los 25-V

En estos tiempos que corren, parece extraño ver a gente joven un domingo por la tarde concentrados delante de un hospital con carteles que no se refieren a determinados políticos ni que se quejan de ciertos recortes. Estos jóvenes se manifiestan a favor de un derecho fundamental, de naturaleza divina, que por desgracia hoy en día se ha convertido en algo que se puede someter a referéndum. El derecho del que hablo es el derecho a vivir. Y constantemente, desde el gobierno, ya nacional, ya autonómico, se está conculcando ese derecho en nombre de la democracia con la ley del aborto. Una ley inicua, perversa y satánica que convierte al médico que practica ese aborto en un carnicero asesino e indigno de llevar un nombre tan grande como es el de médico. Ya los antiguos griegos juraban en el Juramento Hipocrático defender la vida desde su inicio hasta su final natural.

Hace ya bastante tiempo que la manifestación de la que hablaba al principio se lleva a cabo en Barcelona, delante de clínicas abortistas. La del pasado 25 de septiembre, que se convocó delante del Hospital de san Pablo, tomó un cariz distinto. Grupos pro-abortistas, feministas, pro-gays y lesbianas y otros grupúsculos que ni siquiera sabemos su nombre, pero que reciben subvenciones de partidos como Esquerra Republicana de Catalunya, se presentaron en el mismo sitio que los defensores de la vida. Después de oír unas palabras acerca de la realidad del aborto, se inició el rezo del Santo Rosario para pedir por la inmediata derogación de esa ley maldita, por los niños asesinados –llamemos las cosas por su nombre- en el vientre de sus madres y por las madres que piensan en abortar. Ya antes de iniciar el rezo del Santo Rosario, aquellos grupos pro-abortistas abuchearon a todos los asistentes, con gritos a favor del aborto. Pero cuando se empezó a rezar, entonces los gritos se tornaron en blasfemias y en insultos hacia el Papa, los sacerdotes y los católicos en general.

Ante esta manifestación de “tolerancia” por parte de los que son tolerantes con los musulmanes –feministas defendiendo al Islam, que hace de la mujer poco más que un esclava- con los presos de ETA, y con toda clase de delincuentes; ante esta manifestación, solo cabe la serenidad y la valentía. Serenidad ante las auténticas blasfemias proferidas con odio hacia Dios, serenidad ante los ataques de personas que solo hablan de democracia cuando les conviene, que abominan de las dictaduras mientras imponen la dictadura peor, la del pensamiento único; serenidad ante los que se quejan por la visita de SS Benedicto XVI y aplauden a Santiago Carrillo, el genocida de Paracuellos, porque estas personas que ponen delante nuestro a insultar lo más sagrado son los mismos del 15-m, son los “indignados” que aun no saben porque están indignados, cuando son ellos los que con sus votos nos imponen a esta clase política. Y valentía. Valentía para seguir rezando aun cuando te lanzan huevos, globos de agua o intentan pegarte. Valentía para rezar aun más fuerte que sus blasfemias, pidiendo al Padre perdón porque “no saben lo que hacen”, pero también para defender como sea los derechos de Dios o de su Iglesia, como un joven que cubrió con su espalda a un sacerdote con sotana la patada que a él iba dirigida, por el mero hecho de ser sacerdote.

Esta es la España que tenemos. Una España dormida en un “Estado del bienestar”, aunque ese bienestar solo sea material, y los espíritus y los intelectos estén corruptos por el relativismo liberal hijo de la Revolución Francesa. Nos decía el Papa a su llegada a España que estos tiempos se parecen a los de la 2ª República de 1931. La persecución que sufren los católicos españoles –persecución promovida por nuestro presidente, que ante la UE se muestra defensor acendrado de los derechos de los cristianos en países islámicos- es una persecución en toda regla, en todos los medios. Es una persecución intelectual y moral, que aun no es cruenta, pero que provoca más apostasías que si lo fuera.

Ante este estado lamentable de la sociedad, los católicos debemos responder con actos como los del 25 de cada mes. Puede parecer poca cosa, y que no hacemos nada saliendo a la calle. Pero solo Dios, ante el Cual no hay héroes anónimos, sabe el fruto real de ese santo Rosario rezado entre insultos y blasfemias. Estos son tiempos duros, difíciles, recios. Pero también son tiempos de santidad verdadera, de santidad forjada cada día en lo escondido de la vida ordinaria. Que la Reina de la Paz nos ayude a seguir adelante con estas iniciativas, que cada vez seamos más los que luchemos por los derechos de Dios en la sociedad, y que el Inmaculado Corazón de María acelere el reinado de Cristo en la tierra.

Luis Mª Rodríguez de Mier Salvador

8 comentarios

  
Marcos
Muy buen artículo, Luis me gusta como escribes, yo pude estar allí y ver lo que sucedió, es increible que gente que se llena tanto la boca con libertades no sea capaz de respetar una opinión diferente a la que ellos profesan, pero parece claro, y se confirma una vez más, pues no es un caso aislado, que de aquello que presumen más es de lo que con más fuerza carecen.
POR CRISTO, POR MARIA, POR ESPAÑA, MÁS, MÁS, MÁS
27/09/11 2:35 PM
  
Rafael
Totalmente de acuerdo. Secundo todo lo que el Sr.Rodríguez de Mier Salvador expone, propone y anuncia.

Se me ocurre apostillar aquello de: "Buscad el Reino de Dios y su Justicia que todo lo demás se os dará por añadidura".

Asimismo, aquello de "¡Por Cristo, Por María, por España: Más, Más y Más!".

Don Luis, no está solo.




Reciba un cordial saludo.




Atentamente,
Rafael Mª Moreno Domínguez
27/09/11 2:49 PM
  
Menka
La iniciativa me parece muy buena. Participo cada vez que pueda. Y me parece que va en aumento. Saludos.
27/09/11 3:16 PM
  
Clara López Campillo
Yo asistí a esta manifestación a favor de la vida y doy fe de todo lo comentado en este artículo.

Aquel grupo pro-abortista nos insultaba, gritaba y amedrantaba. Nosotros, pacíficamente, rezábamos por aquellos que desde el vientre de su madre no pueden defenderse y a los que ni siquiera se les da la oportunidad de vivir.

Sigamos asistiendo a esta manifestación, sigamos unidos por la vida.
27/09/11 8:27 PM
  
Alejandro Tamarit
Ánimo! La oración y el sacrificio darán sus frutos tarde o temprano!
27/09/11 9:35 PM
  
SursumCorda
Cuanta verdad se lee en este artículo, lo sabemos los que allí estuvimos. Volveremos todos los 25, para poner la otra mejilla.
27/09/11 11:20 PM
  
Eljoven que recibió la patada
Luis, muchas gracias por escribir este articulo.

Indignante que aquellos que se declaran defensores de la libertad, de cualquier libertad se dediquen a escupir, insultar e intentar pegar a la gente. Totalmente inadmisible...

Cuando caminaba con el sacerdote y otro compañero por la calle pude ver el odio en la cara de esa gente, pude oír todo lo que nos gritaban, todo de lo que nos acusaban....solo por no pensar como ellos...!

Llegábamos tarde a la manifestación, por lo que subíamos la avenida Gaudí sobre las 9 de la noche, cuando de repente un grupo de unas 15 personas tras el grito de "a por el cura" salieron corriendo hacia nosotros. Intentaron robarle al sacerdote la Biblia que llevaba entre las manos, le robaron el fajín ( que por suerte recuperamos al momento), nos escupieron, amenazaron...pero claro, eso NO es noticia
28/09/11 4:38 PM
  
Nova
Me parece admirable la fe y la firmeza de esas personas defensoras de los nascituri. Pero, si esa firmeza no se trasalada luego a las urnas, nunca podremos ver la derogación de toda legislación abortista en España.
05/10/11 11:49 PM

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