Joseph Shaw (presidente FIUV): "La peregrinación de este año deja claro que no hemos desaparecido"
D. Joseph Shaw es Doctor en Filosofía. Tutor titular en el St. Benet’s Hall, de la Universidad de Oxford, es además presidente de la Latin Mass Society de Inglaterra y Gales, asociación para la defensa y promoción de la misa tradicional, y ha sido recientemente nombrado presidente de la Federación Internacional Una Voce (FIUV), en la que previamente había ejercido varios años como secretario. Shaw pertenece igualmente al Consejo organizador de la peregrinación Populus Summorum Pontificum, integrada por sacerdotes y fieles de la liturgia antigua, que todos los años acuden a Roma en la festividad de Cristo Rey según el calendario de 1962. Prolífico autor de numerosos artículos sobre temas litúrgicos, ha sido además editor de los “Position Papers” (informes de situación), que la FIUV publicó, con estudios sobre distintas materias relacionadas con la liturgia romana clásica.
Nos recomienda la revista, Gregorius Magnus, que se publica dos veces al año, e informa sobre el trabajo de la FIUV, además de mostrar las actividades y reflexiones de los miembros de todo el mundo.
En esta entrevista valora la 10ª peregrinación Populus Summorum Pontificum que tendrá lugar en Roma del 29 al 31 de octubre.
¿Qué ha supuesto para usted ser elegido presidente internacional de Una Voce?
La Federación funciona como un paraguas que agrupa a los laicos vinculados a la antigua liturgia latina de la Iglesia Católica. No ejercemos ninguna autoridad sobre nuestros miembros, sino que acuden a nosotros para recibir asesoramiento, y nosotros representamos sus intereses ante la Santa Sede y en los medios de comunicación mundiales.
Los miembros de la Federación eligen un Consejo, que actualmente está formado por unas 20 personas de todo el mundo, y también un presidente. El Consejo elige al tesorero y al secretario, y asigna otras tareas a sus miembros. Debido a la dispersión geográfica de los consejeros, nos comunicamos principalmente por correo electrónico y hemos establecido reuniones periódicas a través de Zoom.
El presidente, generalmente con uno o dos compañeros, viaja a Roma una vez al año para reunirse con distintos funcionarios de la curia, clero, periodistas y otros, para estar al día de lo que está pasando. Como secretario, he asistido algunos años a esos viajes y ha sido muy interesante. Además de información concreta, uno llega a percibir las suposiciones y la mentalidad que rigen en la Santa Sede, y esta visión se ve reflejada en la manera en que llevamos a cabo todo nuestro trabajo. Si queremos apelar a estas mentalidades a la hora de ejercer de representantes ante la Santa Sede, o modificarlas, hay que saber cuáles son.
Parece que hoy en día, tal y como están las cosas, se ve más clara la importancia de esta asociación en la defensa y promoción de la liturgia tradicional…
Sí, sin ninguna duda. Hubo un momento, después de que el Papa Benedicto XVI publicara el motu proprio Summorum Pontificum, en el que algunos comenzaron a decir que el trabajo de los grupos de laicos que hacían campaña en favor de la Misa Tradicional había terminado, y hasta que tenían que echar el cierre. Se trataba de una idea fuera de lugar incluso entonces, porque los grupos locales de Una Voce estuvieron más ocupados que nunca, ayudando a los sacerdotes a aprender el Vetus Ordo y a establecer lugares nuevos para su celebración. La Federación, por su parte, asesoró sobre la incorporación de nuevos santos en el calendario de 1962 y de nuevos prefacios en el antiguo Misal, como en efecto sucedió. ¡Habría sido muy extraño finalizar nuestro trabajo en aquel momento!