Leire Navaridas: “El aborto es muy duro y turbio, aunque la industria diga que es seguro e inocuo”
Leire Navaridas Zomeño es una donostiarra nacida en 1982. En 2005 se licencia en Publicidad y RRPP por la Universidad del País Vasco y la Universidad de Hamburgo. Gracias a una Beca de Excelencia de La Caixa y la DAAD concluye un Postgrado en Comunicación Visual en la Escuela Superior de Bellas Artes de Hamburgo. En enero 2009, tras viajar por China, Colombia o Vietnam y un año de residencia en Australia, se enraíza en Madrid. Desde 2016 es voluntaria de la Fundación Redmadre.
Ese mismo año ficha por la consultora de comunicación Art Marketing. En diciembre del 2017 nace Lander, su tercer hijo. Y será en 2018 cuando se entregue a visibilizar públicamente las consecuencias del aborto. Desde entonces ha visitado colegios y universidades de toda España y participado en el debate público a través de artículos, entrevistas y programas de radio y televisión. En 2021 forma un grupo de acompañamiento: “Unión Postaborto", formado por madres y un padre de España y Latinoamérica por el que han pasado más de 100 mujeres.
En marzo de 2023 hereda la cuenta de Instagram @unabortodespues donde mujeres hispanohablantes comparten su testimonio y acaba de emprender un nuevo proyecto de entrevistas audiovisuales para seguir dando voz al trauma postaborto. En octubre de 2023 nace Amasuve, la asociación para acompañar y visibilizar el trauma postaborto.
Le entrevistamos con motivo de su participación en el coloquio de la película El Grito Silencioso, que se presenta hoy a las 20:00 en La Vaguada, Madrid.
¿Qué supone para usted participar en el coloquio de la proyección de El Grito Silencioso en Madrid?
Yo soy víctima de lo que muestra la película, no solo del aborto, sino de toda esa ingeniería social que te hace separar sexo de amor y reproducción, y, finalmente, despreciar la maternidad y creer que el aborto puede ser una solución inocua y encima feminista. Que me llamen para el coloquio posterior supone para mí, además de un honor, una oportunidad de visibilizar el daño que toda esa ingeniería y manipulación hace en las madres que nos sometemos al aborto. Desvelar y denunciar la verdad es una forma también de hacer justicia, además de prevenir a otras que podrían venir detrás igual de engañadas y/o desamparadas.
¿En qué medida usted sufrió todo lo que se relata en la película?
Que el Tribunal Supremo de EEUU en complicidad con el movimiento feminista de la época defendiera el aborto como un derecho, me hizo creer, como a millones de personas en todo el planeta, que es algo positivo para la mujer. Así cuando rechazas el embarazo, te crees que el aborto lo va a borrar de tu historia sin dejar rastro. Hasta que tarde o temprano tienes que enfrentar que ese día te mataron a un hijo (cuando no más), cuyos restos no es posible saber dónde acabaron. Eso es muy duro y también turbio. Pero la industria lo ha vendido muy bien para que parezca todo muy seguro e inocuo.