10.11.23

Jaume Clavé desarrolla su libro San Juan Evangelista “vio y creyó (Jn 20,8) ¡Y nosotros también!

Jaume Clavé Cinca (Sanaüja, 1947) está casado y tiene dos hijos. Estudió muchos años en los seminarios de Urgel y Solsona hasta que abandonó por una crisis de fe, superada. Trabajó en la banca y ha publicado libros de toponimia y de temática religiosa, como La revolución de Marte. Jesucristo al alba del milenio (1998), Recuperar la fe en dos días. Un nuevo paradigma para el siglo XXI (2010) y ahora San Juan Evangelista “vio y creyó (Jn 20,8) ¡Y nosotros también! en AMAZON, versión catalana y castellana.

Su libro hace un recorrido por las fuentes históricas sobre la Pasión del Señor y especialmente sobre la Sábana Santa. ¿Cómo le vino la idea de hacer este libro?

Fue un 1 de marzo, cumpleaños de mi hijo mayor, del año 2014 o 15, cuando pensando en los lienzos que vio san Juan Evangelista en la tumba del Señor, se me ocurrió que los lienzos en realidad eran pinturas en la mente del apóstol, tal como ocurre con el lenguaje actual: un lienzo de Velázquez, un lienzo de Picasso, etc. y me di cuenta de inmediato que aquellos lienzos eran exactamente las dos imágenes de la Sábana Santa, en plural, pues hay dos, la posterior y la anterior del cuerpo de Jesús ¡Descubrí que el Nuevo Testamento hablaba de la Santa Sábana de Turín! Pasaban los años y no escribía ni una línea. Procrastinar y más procrastinar hasta que me saqué la pereza de encima y empecé a desentrañar el misterio.

En realidad, no me sirvió de mucho. Pasan los años y el libro no hace mella, a pesar de ser algo muy impactante. El Centro Español de Sindonología pasa del libro. Por lo visto les molesta mucho que sus teorías que parecían tan fundadas se derrumben, concretamente la que dice que los lienzos, fajas, vendas o sábanas aparecían hundidas debido a la espiritualización del cuerpo de Cristo. No es eso lo que pasó ni lo que vieron Pedro, Juan, José de Arimatea, María Magdalena, las mujeres, la Madre de Jesús, etc. Quede claro que vieron las pinturas o, si se quiere, las dos “fotos” del cuerpo de Jesús.

En su obra se comprueba la verosimilitud histórica de muchos pasajes del Evangelio y de la vida de Jesús. ¿Por qué cree que es importante remarcar eso?

Si tenemos en cuenta que es precisamente el Evangelio de San Juan el que relata que el apóstol Juan “vio y creyó”, o sea, que al presenciar la Sábana Santa creyó en la Resurrección de Jesús, queda demostrado que él es el autor de este Evangelio, tal como dice la Tradición, y que se oculta con el seudónimo del “discípulo amado”, por otra parte fácil de adjudicar. Demostrar que el evangelio de San Juan fue escrito por el apóstol Juan, algo puesto en duda por muchos autores, es de una importancia trascendental. Como explico en el libro, san Juan no podía ser explícito sobre la Santa Sábana por miedo a los judíos. Me baso en el libro de Santiago Vázquez La Santa Sábana. Lo jamás contado. A los apóstoles no les hubiesen perdonado que se salvasen o sacasen de la tumba trapos de gente muerta o manchados de sangre. Eran impuros. Estaba prohibido por la Ley. Igual los mataban.

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9.11.23

Hagamos que todo calle, un libro que brota a los pies del sagrario, manantial del Agua Viva

Raúl Eguía Recuero es un esposo muy feliz, padre y escritor. Ha trabajado como editor y consultor de guion en New York con productores de Oscar, ha sido finalista del premio Sundance,… Formó parte del equipo de Infinito Más Uno con Juan Manuel Cotelo («La última cima», …). En la actualidad escribe cuentos, relatos, novelas y poesía y sirve como guionista y consultor de guion en diferentes producciones de cine y TV.

Su tercer poemario titulado «Hagamos que todo calle» son 133 poemas escritos a los pies del Sagrario. Lo publica la Editorial Monte Carmelo.

Para comprar «Hagamos que todo calle»:

https://montecarmelo.com/product/home/libros-por-temas/poesia/hagamos-que-todo-calle

Para comprar los cuentos, relatos, novelas y otros poemarios de Raúl Eguía Recuero:

https://www.amazon.es/stores/Raúl-Eguía-Recuero/author/B0BNN9VFZ7

¿Por qué decidió escribir un libro de poemas a los pies del Sagrario?

Por necesidad, sin más. Por estar juntos. Él conmigo y yo con Él.

¿Por qué debemos hacer que todo calle en nuestras vidas?

Dice Santa Isabel de la Trinidad de cuyas palabras ha surgido el título del poemario: «Hagamos que todo calle para escucharle a Él». Ahí está resumido todo. Nos lo pide el Padre: «Este es mi hijo amado, escuchadlo».

Si lo hacemos descubriremos que nos llama con insistencia, misteriosamente escondido, desde lo más profundo del corazón y que debemos ir hacia ahí, hacia Él, con alegría y asombro. Bajando hacia dentro comenzaremos a oír su Voz, cada vez más cercana, empezaremos a conocerla. Entonces, el deseo que tiene de nosotros nos arrastrará con fuerza más adentro. Si nos dejamos nos irá uniendo a Él cada vez más íntimamente y gozaremos de su sencilla Bondad. Esto es Vivir.

Es necesario hacer que todo calle para escucharlo. Es necesario escucharlo para Vivir. «Y los que hayan oído vivirán» (Juan 5, 25).

¿Por qué los ruidos interiores nos impiden como a Marta, a diferencia de María, escoger la mejor parte?

El amor propio, fuente de todo pecado, llena de ruido el alma. Nos cierra, nos encierra, nos inquieta, nos lleva fuera, lejos de la mejor parte: estar con Él, dejándonos mirar, escuchándolo.

Además, no solo es que nos aleje de estar con Él, sino que con nuestro amor propio haciendo tanto ruido —como ese niño mimado y caprichoso que necesita constante atención— no escuchamos al Señor que nos habla en voz baja, en el silencio humilde.

Por eso San José y Nuestra Madre María, especialmente,son los que han escogido la mejor parte: vivir con Él en humildad; con esa sonrisa de asombro de unos padres que contemplan la debilidad de Dios hecho niño por Amor, su hermosura incomparable, el saberse mirados por sus ojos. San José y María han sido heridos por su Amor en el silencio humilde. Nuestra Madre, además, ha escogido permanecer con Él en el momento más difícil, de pie junto a la Cruz. Contemplándolo, escuchándolo. Se ha dejado traspasar al rajar el Corazón de su pequeño y hubo silencio y noche.

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8.11.23

Enraizados y Exaudi convocan el I Certamen de Canciones y Poemas como regalo a la Inmaculada

La Asociación Enraizados, en colaboración con la agencia católica de noticias Exaudi, convoca el I Certamen de Canciones y Poemas para conmemorar el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, patrona de España.

“No se nos ha ocurrido un mejor regalo para honrar a nuestra madre del cielo que exaltar la maternidad, la vida y la familia en forma de canción o poema, el día de la Inmaculada Concepción“, expresó José Castro Velarde, presidente de la entidad cívica.

Alberto Ramírez Puig, CEO de Exaudi, explicó que “participar en este I Certamen es una buena ocasión para agradecerle a nuestra madre del cielo todo lo que nos cuidaEstamos en deuda con ella, por tanto amor. Es una buena ocasión para corresponder sus atenciones y cariño".

El concurso está abierto a personas de todas las edades y los participantes podrán presentar una única obra inédita por categoría: canción y/o poesía.

Las madres son una inspiración permanente, nos empujan a ser mejores personas y nos enseñan lo grande que es tener una familia. De ellas nos llega la comprensión, la paciencia y el primer aprendizaje sobre el perdón cuando nos equivocamos. La corrección amorosa. Las madres son siempre la primera lección de tantas y tantas cosas", comentó Castro Velarde.

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7.11.23

El P. Christian Díaz Yepes habla de su libro Bajamar, canto a la necesidad de sentido y trascendencia

P. Christian Díaz Yepes. Nace en Caracas, Venezuela, en 1980. Ganador en Venezuela de los concursos Nacionales de Poesía Juvenil de la Casa de la Poesía y el Ateneo de Caracas en 1996.

Publicó su primer libro de poesía, Las Ruedas, a la edad de 19 años, después de que resultara ganador del Concurso de nuevos autores hispanoamericanos de Monte Ávila Editores Latinoamericana en 1999. Publicó el libro Una Barca bajo el sello de la Casa Nacional de Las Letras Andrés Bello de Venezuela en el año 2004. Publicó el libro Aquedah, en Caracas, 2014.

Ha colaborado con diversas publicaciones dentro y fuera de su Venezuela y España, tales como la Revista Nacional de Cultura, la revista “Ateneo” en Venezuela y las revistas Gens, Sophia y Clan-Destino en Italia. Ha sido invitado a recitar su poesía en eventos como el Festival Mundial de la Poesía y la Semana Internacional de la Poesía de Caracas, la Bienal Mariano Picón Salas de Mérida, el Museo de Arte Contemporáneo y el Festival Atempo de Caracas, así como en el Festival de Culturas Contemporáneas en Sión, Suiza, y en el Centro Internacional de Castelgandolfo, Italia. En 2010 recitó parte de su poesía en el Aula Pablo VI del Vaticano, ante un público de más de siete mil personas, además de múltiples transmisiones en el mundo entero. Su poesía ha sido traducida al árabe, inglés e italiano y ha sido compilada en diversas antologías.

Es sacerdote de la Archidiócesis de Madrid, donde sirve como Capellán de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense. También es profesor de Teología en Venezuela y articulista en el periódico La Razón.

En esta ocasión le entrevistamos acerca de su libro Bajamar, compuesto por poemas independientes, puede leerse como un único canto a la necesidad de sentido y trascendencia. La intimidad del mar, que se descubre con asombro y esperanza, es la metáfora que guía al lector a conocerse a sí mismo a la luz de aquello que las palabras no expresan. El autor vuelve a cautivarnos con su tono místico y gozoso, velando y esclareciendo la realidad que nos compone y nos supera. Un libro que no deja indiferente a nadie ni en su conjunto ni en cada una de sus partes. Así continúa el recorrido de los libros previos del autor, Una barca, Aquedah y La noche y el deseo, en esa exploración de la hondura del ser y del existir.

¿Por qué un libro de poesías sobre el mar?

En verdad, yo nunca he escrito uno o varios libros de poesía, aunque aparezcan publicados así. Lo que intento siempre es escribir un poema, un solo canto, compuesto por muchos poemas, epígrafes y apartados independientes que van relacionándose entre sí, abriendo dimensiones y conformando un único conjunto. Aunque esto no obsta para que también su contenido pueda leerse como poemas independientes, cada uno con un sentido, unidad temática y ritmo propio. El jugar con estos elementos estructurales es una de las posibilidades más fascinantes del género poético, tanto para el compositor como para el lector u oyente.

En anteriores obras como Una barca, ya está presente esa atracción por el mar…

Efectivamente, el mar suele ser una imagen muy recurrente en mi obra poética. Al contrario de lo que se pueda pensar, yo no soy hombre de mar; en cambio sí de montañas. Pero, como digo, la potencia simbólica y evocadora del mar siempre me ha cautivado y aparece con frecuencia en mis versos. Bajamar nació de una experiencia de contraste. Fue en mi ciudad de origen, Caracas, hace doce años. Allí estábamos viviendo los embates políticos y sociales que estaban llevando a Venezuela a su peor tragedia histórica. Uno de los países más bendecidos por la Providencia, tanto en recursos naturales como en la profunda fe y el sentido de excelencia de su gente, se estaba viendo asolado por las consecuencias de una ideología antihumanista que parecía arrasar con todo. Entonces coincidió con que vine a vivir a España y conocí la costa gallega. Una mañana, mi amigo y antiguo profesor de literatura, José Javier Míguez Rego, me llevó a ver la bajamar. Ese fue un fenómeno que yo nunca hubiera imaginado. El mío es un país con un millar de kilómetros de costa del Caribe, un mar exuberante y siempre abundante. Nunca se nos ocurriría pensar que se puede retirar y dejar al desnudo su profundidad. Al caminar cientos de pasos por el lecho del mar sin lograr atisbar donde se había marchado, relacioné todo lo que estábamos viviendo como venezolanos. Es como si el mar, por muy difícil de creer que sea para nosotros, se hubiera retirado y dejado solo sequedad y desierto. Entonces sentí de la necesidad de explorar esa metáfora, y la mejor forma era empezar a componer este gran poema.

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6.11.23

P. Doñoro: «Los pobres nos llevan al cielo». Conozca el Hogar Nazaret y sus necesidades

Ignacio María Doñoro de los Ríos. Licenciado en Teología Dogmática, fue ordenado presbítero en 1989. Siete años más tarde ingresó en el Servicio de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas como capellán, donde participó en misiones especiales de ayuda humanitaria internacional en Bosnia y Kosovo. En julio de 2001 fue destinado como capellán a la Comandancia de la Guardia Civil de Inchaurrondo, donde permaneció durante varios años. Tras haber fundado una ONG para salvar a niños en riesgo de extrema pobreza, abrió casas de rescate en Tánger, Mozambique, Colombia, El Salvador y otros países, hasta que en 2011 decidió pedir la excedencia para irse con los más pobres de los pobres. Desde hace unos años vive en la selva del Amazonas, en Perú, donde sigue rescatando de situaciones límite a niños y adolescentes.

¿Cuáles son las principales necesidades que tiene actualmente el Hogar Nazaret?

Son las mismas necesidades que puede tener cualquier niño: comida, vestido, educación y, sobre todo, hambre de muchísimo amor. Por eso procuramos que cada niño sepa lo importante e imprescindible que es, que sienta que sin él el Hogar Nazaret no es lo mismo.

En cada niño está Jesús y a cada uno le tengo que tratar como trataría al mismo Jesucristo si viniera a mi casa; bueno, en realidad, no como si viniera, porque verdaderamente es Jesús quien viene a mi casa en cada niño.

¿Por qué siguen siendo necesarios los apoyos para la continuidad del Hogar Nazaret?

Desde un principio, el Hogar Nazaret nació como una oportunidad para amar, para abrir el corazón, para pensar en los demás… No tiene detrás ninguna institución, no hay ninguna ONG ni una orden religiosa. Está abierto a cualquiera que desee amar a los últimos de la tierra y cumplir esas palabras de Jesús, que dice: «Lo que hicisteis con uno de estos, mis pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis»; «ven, bendito de mi Padre… porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber…».

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