7.09.24

6.09.24

J. Ignacio Apoita: “Los presos no quieren voluntarios curiosos sino personas que se integren en sus vidas”

Juan Ignacio Apoita Gordó es licenciado en Derecho, con la especialidad jurídico-económica, por la Universidad de Deusto (Bilbao), posgrado en Integración Europea por la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) y P.D.G. por el IESE. Ha sido Director de RRHH y Miembro del Comité de Dirección del Grupo BBVA hasta Marzo 2015. Desde entonces ha participado como Asesor y Consejero en diversas empresas. Actualmente se desempeña como Presidente de IT&People (desarrollo de software para RRHH) y Miembro del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), entre otras colaboraciones. Casado desde hace 37 años y con dos hijos, viene colaborando con la Parroquia de Nuestra Señora de La Moraleja, Alcobendas-Madrid, como servidor del grupo de Emaús, catequista de Confirmación para adultos y miembro del Consejo Pastoral y del Consejo Económico Parroquial. Colabora en la pastoral penitenciaria de la Diócesis de Madrid, a través de la organización CONCAES, en un programa semanal de evangelización para internos en Centros Penitenciarios.

¿Cómo decidió entregarse al apostolado en las cárceles?

Hace poco más de cinco años, en una reunión del grupo de Emaús hombres de la parroquia se presentó Mariano, invitado para compartir con nosotros una experiencia personal. Era alguien que había cumplido condena en la cárcel madrileña de Estremera y quería trasladarnos su agradecimiento por las visitas que a ésa y otras cárceles hacían voluntarios de CONCAES (Confraternidad Carcelaria de España). Se trataba de una organización sin ánimo de lucro, que nació en Estados Unidos y estaba expandiéndose por todo el mundo. En España desarrollaban varios programas en el acompañamiento a presos (“internos”, en el argot más oficial) y uno de ellos era “La Peregrinación del Prisionero (L.P.P.)”, un programa para ayudar a conocer a Jesucristo y para vivir la fe en el seno de la Iglesia Católica.

Tras escuchar a Mariano y ver lo importante que estas visitas de voluntarios y la profundización en su fe habían sido para su etapa en la cárcel, la llama en mí estaba ya encendida. Un rato de oración en días posteriores y la decisión de tocar la puerta de CONCAES estaba tomada. Me recibieron (fuimos varios los que, a título individual, sentimos la llamada a ese servicio), me formaron sobre los principales usos y costumbres carcelarios y solicitaron los permisos de entrada a Centros Penitenciarios. Algunos meses después comenzó la actividad.

Leer más... »

5.09.24

La superiora de las Clarisas de Cantalapiedra explica cómo viven su consagración al Corazón de Jesús

Entrevistamos a Sor María Aleluya, superiora del monasterio del Sagrado Corazón de Jesús de las Hermanas Pobres de Santa Clara de Cantalapiedra, que nos habla sobre su vocación, de la historia del monasterio y de cómo viven en plenitud la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús.

¿Cómo nace en usted la vocación a la vida contemplativa?

Creo que sería más correcto hablar de cómo despierta la conciencia de la vocación a una vida contemplativa pues, por experiencia personal, sé que mi vocación, como cualquier otra, es algo que no ha “nacido” en un momento, sino que se ha tejido conmigo desde las entrañas maternas. Dios es un gran artista: su proyecto de amor es único para cada uno, tiene una forma concreta y la llamada es a dejarle hacer realidad su sueño en nosotros.

Yo tuve que dar muchas vueltas para ir descubriendo el plan que Dios tenía para mí. Fueron necesarios muchos toques de su gracia. Había una inquietud muy grande en mi corazón, una necesidad enorme de encontrar el sentido de mi vida, una conciencia clara de que lo que el mundo me ofrecía no podía satisfacer la sed de mi alma. Al no contar en mi familia con un ambiente de fe que pudiera responder a mis interrogantes, ni recibir educación religiosa en el colegio, emprendí una búsqueda intensa de la verdad, pero sin orden ni concierto.

Leer más... »

4.09.24

Elena Arderius habla del Centro de Acompañamiento Integral a la Familia (CAIF) de la UFV de Madrid

Elena Arderius Sánchez. Directora General del Centro de Acompañamiento Integral a la Familia (CAIF) de la Universidad Francisco de Vitoria. Perito del Tribunal de la Rota de Madrid y del Tribunal de Alcalá de Henares. Codirectora del Programa de Sexología Clínica y Terapia Afectivo Sexual de la UFV. Profesora del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la UFV.

Licenciada en Psicología por el CES San Pablo CEU. Máster en Psicología Clínica y de la Salud en la UCM y Experta en Orientación y Mediación Familiar. Ha sido docente en de Grado y Posgrado de la UFV. Ejerce como psicóloga sanitaria desde hace más de 25 años en terapia individual, pareja y de familia. Coautora del capítulo del libro: Arderius Sánchez, E. Prevención y detección del Abuso sexual en la infancia, ¡Pide ayuda, estoy aquí!, en “Aprendamos a Amar".

¿Cómo nace el Centro de Acompañamiento Integral a la Familia (CAIF) , vinculado a la Universidad Francisco de Vitoria?

Es Centro de Acompañamiento Integral a la Familia (CAIF), es un centro de atención integral de psicología, psiquiatría y nutrición de la Universidad Francisco de Vitoria. Se encuentra ubicado en el Campus de Pozuelo (Madrid) la Universidad y también realizamos atenciones online, garantizando la confidencialidad y una práctica clínica satisfactoria y de calidad.

Nace en 2015, desde el deseo de poder aplicar las ciencias desde las que atendemos: psicología, psiquiatría y nutrición, con una mirada antropológica adecuada, entendiendo que la persona es mucho más que la sintomatología que padece en ese momento de su vida. Este modelo es diferencial y único, ya que no existe otro centro universitario de psicología en España que acompañe terapéuticamente de este modo.

¿A quiénes va dirigido especialmente?

Nos sentimos llamados a atender a niños, jóvenes y adultos, parejas y familias, que estén vinculados a la Universidad, pero también que no pertenezcan a ella. Lo que queremos es dar una atención personalizada e integral, a todas las personas que necesiten sanar sus heridas afectivas, padezcan o no una sintomatología psicopatológica.

Leer más... »

3.09.24

Mónica del Río habla del P. Sanahuja y de Notivida, una de las grandes referencia provida en Argentina

Mónica del Río. Casada y madre de 4 hijos. Computador Científico por la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Conferencista y columnista de varios medios gráficos y radiales. Fue miembro fundador y secretaria del Centro de formación “Madero de la Cruz” y conductora del programa radial “Cultura de la Vida”. Presidente del “Movimiento Cívico de Mujeres”, Asociación Civil; Miembro de la Junta Ejecutiva y Delegada por la Capital Federal de la “Red Federal de Familias”; Miembro de Número de la Academia del Plata y editora del boletín electrónico Notivida.

Los boletines se pueden consultar en https://notivida.org/

¿Qué supuso para usted conocer al P. Juan Claudio Sanahuja?

El P. Sanahuja era un apasionado por la causa de la vida y la familia y tenía por ella un entusiasmo que contagiaba. Su interés por la causa tuvo varios disparadores, por un lado, lo que había recibido en la casa paterna y no me refiero sólo al ejemplo edificante de una familia cristiana. Muchas veces decía “mi papá me hablaba de lo que ahora está haciendo Naciones Unidas” o “conozco por mi padre el efecto nocivo de los anticonceptivos”. Su papá era un académico, doctor en Bioquímica y Farmacia, que se había dedicado a la docencia universitaria y a la investigación. De él heredó muchos conocimientos. El P. Sanahuja manejaba con fluidez todos los aspectos médicos que conciernen al área de Familia y Vida.

Por otro lado, era un sacerdote del Opus Dei y la Prelatura le ha dado siempre un papel destacado a esa temática. Buena parte de las ONGs provida que iniciaron el trabajo en el país estaban dirigidas por personas vinculadas al Opus Dei. La tercera cosa que lo marcó -como a todo el movimiento provida- fue el pontificado de San Juan Pablo II, gran defensor de la Vida y la Familia. En su trabajo, el Padre Sanahuja aunó ese entusiasmo por la causa de la Vida y la Familia y su profesión: había estudiado periodismo en la Universidad de Navarra.

Me vinculé a él a mediados de los 90, en la época en que Naciones Unidas hizo esas dos grandes conferencias internacionales que dispararon muchas leyes locales antivida. Me refiero a la la V Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994) y a la IV Conferencia Internacional sobre la Mujer (Beijing, 1995). Con ellas la ONU plantó las “agendas” internacionales: primero el Plan de Acción de El Cairo, después los Objetivos para el Desarrollo del Milenio de cumplimiento en 2015 y finalmente la Agenda 2030.

Leer más... »