El periodista Salvador Aragonés presentó recientemente el libro Mis artículos en Aleteia

Salvador Aragonés. Periodista y profesor emérito de la Universitat Internacional de Catalunya. Ex director de Europa Press de Cataluña. Director del programa Economia i Valors de Ràdio Estel. Presentó su libro recientemente en el oratorio de Bonaigua de Barcelona.

¿Cómo nace la idea de recuperar en un libro sus mejores artículos en Aleteia?

La idea salió de mi esposa, María Luisa. Escribí unos 300 artículos en Aleteia (es.aleteia.org) y publico unos 70 en el libro. Son artículos de política internacional, donde se ve el prólogo de lo que pasa ahora. Publico además unos reportajes de contenido humano y religioso, y una defensa –entrevista a Miguel Dionis del colegio Viaró, del Opus Dei—de la educación diferenciada, que en España el gobierno la ha prohibido vulnerando el principio constitucional de la libertad de enseñanza y el derecho que asiste a los padres e elegir el tipo de educación que quieran para sus hijos.

¿Por qué además de temática religiosa trata actualidad política?

Hablo de política internacional, porque la paz es un bien universal, y sigo la línea de la Santa Sede, sin ser un órgano oficial ni oficioso. No lo es Aleteia.

¿Por qué siempre son escritos bajo una clara cosmovisión católica?

Primero, porque soy católico y fue corresponsal en Roma, y segundo porque trabajaba en un medio católico, que encajaba con mi modo de ver el mundo.

¿Cómo la Iglesia influye en el mundo?

La Iglesia influye mucho en el mundo. Es más, como decía Benedicto XVI, el mensaje de la Iglesia al mundo no es solo de la Iglesia católica, sino que de alguna manera recoge el sentir de las otras iglesias cristianas. Hoy el Papa es una persona escuchada en los foros internacionales, la plaza de San Pedro está llena, y creyentes o no creyentes escuchan la voz del Papa.

¿Ha perdido influencia en los últimos años?

No, por lo que he dicho antes. En un mundo dividido por las tensiones ideológicas o de poder, donde las guerras siguen muy presentes en nuestra tierra, muchos escuchan la voz de la Iglesia siempre pacificadora, esperanzada, caritativa hacia todos y en especial hacia los pobres… No ha perdido influencia. Tal vez en España y en partes de Europa, pero no en el resto del mundo donde emos una iglesia floreciente en África, en Asia y hasta en América Latina. No olvidemos que Cristo ha vencido al mundo y que las puertas del infierno no prevalecerán. Lo dice mucho el papa actual León XIV.

¿En qué medida muchos de sus artículos no han perdido vigencia?

Como he dicho antes, he recogido los artículos de los últimos años porque la historia no es una continuidad a saltos, sino una continuidad lógica. De ahí, si se conoce lo que pasó hace poco, se descubre lo que pasa hoy.

¿Cuáles han sido los artículos que más repercusión internacional han tenido?

No lo sé con certeza, o mejor no me acuerdo, pero he leído artículos mío en árabe, en ruso y hasta en chino, además de todas las lenguas en las que se editaba Aleteia: italiano, francés, polaco, inglés, alemán y portugués. Para mí ha sido una satisfacción. Normalmente eran temas de interés humano y no de política internacional.

¿Le preocupa la nueva deriva que ha tomado el periodismo con las noticias falsas y el sensacionalismo o en cierta medida si siempre ha sucedido esto?

¡Claro que me preocupa! Vivimos en una sociedad crispada, a ver quién la dice más gorda. En el periodismo ha entrado el germen de aquella frase italiana. “se non è vero è ben trovato” (si no es verdad, es un buen tema). Después, vivimos en el mundo de la post-verdad, es decir la veracidad de la información se mide or los sentimientos y no por los hechos en sí. En fin, esto preocupad. Para mí, toda información debe tener, de modo imprescindible, interés humano, fuentes de toda credibilidad y el contexto (no se puede hablar de hecho de hace 100 años con el contexto cultural actual, ni valorar lo mismo que pasa en Madrid con lo que pasa en Shanghái), además de responder a las famosas w’s (qué, quién, dónde y cuándo) y a veces el porqué.

¿Qué libro está escribiendo ahora?

Ahora estoy escribiendo mis memorias profesionales, que pasan entre los años 1966 hasta hoy. Es decir, la transición española (trabajo en Madrid en la agencia Europa Press), seguí en Roma como corresponsal de Europa Press, donde me encontré en el postconcilio y toda la contestación religiosa, y finalmente la transición en Cataluña, desde la llegada de Josep Tarradellas hasta todo el mandato de Jordi Pujol y sucesores.

Por Javier Navascués

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