El Señor consuela a aquellos que sienten soledad e incomprensión a nivel humano por ser fieles a Dios
En Agnus Dei Prod procuramos tratar también temas sencillos y cotidianos, que pueden ayudar a las almas. ¿Quién no ha experimentado soledad e incomprensión por ser fiel al Señor? Dios llena el corazón y merece la pena ser fiel. Él nos promete el ciento por uno ya en esta vida y lo más importante: la vida eterna.
5 comentarios
De todas formas, el testimonio es evangelizador. Y debemos pedir a Dios sabiduría para saber cuándo hay que hablar y cómo. Cada persona es un mundo. A algunos les viene bien la contundencia. A otros, la suavidad.
Y como bien dice Cristina, rezar, rezar y rezar.
Digo esto porque no se trata de formar una especie de contraofensiva contra los "ateos". No, no se trata de eso. No se trata de convencerles de nada. Ni de luchar contra sus intentos de que tú te conviertas. Para mí el modelo del ermitaño ha sido siempre el mejor. A partir de cierto momento me hice "ermitaño" mentalmente. No hay necesidad de usar palabras. Y se puede orar las 24 horas del día sin mover los labios (como bien saben los monjes ortodoxos del Monte Athos, a quienes admiro profundamente). Evangelizar no es hacer proselitismo (tal y como dijo nuestro bien amado Francisco) No son las ideas lo que se transmite, es la fuerza interior que da la oración.
Buen vídeo, Sr Navascues. Muy instructivo.
Y ahora el problema lo tengo con la familia biológica (hermanos, sobrinos). A ver, ellos se quejan de que de que yo no voy a sus "fiestuquis" pero es que yo me aburro, a mí me gustan otras cosas, me gusta ir a las procesiones, la Misa, rezar el Rosario, y a ellos les gustan otras cosas. Entonces yo sólo voy con ellos a tomar un café, o una cervecita fresca en verano, y un ratito porque enseguida empiezo a aburrirme porque hablan de temas en los que salimos discutiendo una buena parte de las veces. Por ejemplo, el último tema que recuerdo fue que querían que el Estado quitara la subvención a los colegios católicos. Lo último de lo último, ha sido negar la Unción de Enfermos a la madre de la mujer de mi sobrino, su propia hija se ha negado... entonces después de hablar con ella por teléfono y whasapp, un día me presente en el hospital y le dije, mira yo voy a llamar al capellán para que le dé la Unción a tu madre, me dio un empujón y me dijo márchate y no vuelvas más, y ha continuación todos mis sobrinos y sus cónyuges, excepto mi hermana y mi cuñado, me han bloqueado en el whasap. Y mi hermana y mi cuñado no me han invitado a su cumpleaños. Así pues muy mal para ellos, pero muy bien para mí y para el Señor con el que he podido dar gloria a Dios, no es mucho, pero no he merecido más.
2. La virtud de la devoción cristiana, el estado de Gracia movido por la Fuerza de la Caridad, también se da en la amistad o enemistad con el prójimo. No nos engañemos, pues sólo hay dos tipos de amistades: la amistad mundana, centrada y basada en el mundo, la carne y/o el demonio; y la amistad espiritual evangélica, la amistad de la reconciliación en la Santa Cruz, la amistad en, por y para Cristo. Cortad con las amistades mundanas como San Bonifacio cortó el árbol idolatrado, porque si no acabaréis idolatrando ese árbol. Pues, mi amistad creará falsa devoción a Dios si la amistad que profeso no está cimentada en la espiritualidad en Cristo y será mundana con palabras huecas y vanas que acrecientan el ego del prójimo y/o sin pudor y con arrumacos que conllevan a la deshonestidad con Cristo.
3. Hay que amar al enemigo, pero no al Enemigo. Amar al prójimo por su dignidad sagrada, rezar por él, pero rechazar su pecado personal.
4. Sólo la Divina Providencia sabe lo necesario para nuestra santificación en la ruta y años que nos ha dado. Dios es el Alfarero y no nosotros.
5. Aceptemos sin rechistar todo lo que venga.
6. Jamás entremos a defender nuestro honor por nuestras propias fuerzas, pues somos hijos de Dios y Dios es quien se encarga de defender el honor de los Suyos. Pues, tan solo la Divina Providencia sabe la medida exacta de buena reputación que me es necesaria para que cumpla bien la misión que Ella me ha confiado. Yo no debo querer ni más ni menos que lo que Ella quiera que yo tenga.
7. El católico debe saber en qué consiste la virtud de la devoción, para evitar un falso credo y falsa vida cristiana, que no es producto de amar a un falso dios cristiano y/o amar a un falso Cristo a la carta según nuestros gustos y preferencias; es saber que no es producto del personalismo o subjetivismo de cada uno: de mi verdad, de mi idea de santidad, de mi experiencia, de mi espiritualidad, de mi carisma, de mi oración, de mi consuelo, de mi ayuno, de mi limosna, de mi amistad, de mi perdón, de mi misión, de mi pastoral, de mi confesión, de mi profesión, de mi Misa, de mi frecuencia sacramental, de mi penitencia, etc., donde cada uno configura la devoción según su pasión y fantasía. Pues, mi idea de santidad provoca falsa devoción en quien cree que a Dios le hace falta que le den ideas, ¡al Creador¡, para ser santo. Con Dios no hay que hacer negocios y tratos, dame esto y hago aquello, pues no hay que juzgar de las cosas según nuestra preferencia, criterio o gusto, sino según el de Dios, porque si somos santos según nuestra voluntad, nunca lo seremos bien. Esto es, diseñar mi propia santidad es vanidad de vanidades, porque hemos de ser santos según la Voluntad, el Verbo y el Espíritu de Dios. El devoto acepta sin reserva y sin discutir con Dios el Camino que Él le ha diseñado y trazado.
PD: Una buena película católica...
https://m.youtube.com/watch?v=Zfx9IhUtFuk
Dejar un comentario