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3.01.24

El coronel José María Manrique analiza la edición crítica del libro Luz sobre la guerra de 1898 (SND)

Entrevistamos al coronel José María Manrique García sobre el libro Luz sobre la guerra de 1898, Manuscrito inédito y proscrito de Ramón Auñón, Ministro de Marina (SND Editores). Él ha participado en la edición crítica junto a María Balmisa y Enrique Rovira. Agradecemos al historiador Rafael María Molina, uno de los expertos en la Guerra de Cuba, por su asesoramiento técnico a la hora de elaborar las preguntas.

Se trata de una fuente histórica primaria, manuscrita por un protagonista de la guerra al más alto nivel, nada menos que por el Ministro de Marina titular durante la contienda con los Estados Unidos. El solo hecho de que esta magna obra de mil folios haya permanecido inédita durante 130 años, da idea de la repercusión histórica de la obra. Un libro condenado a no ser editado en 1898, porque apunta a una versión opuesta a la divulgada oficialmente. Esta versión era peligrosa en 1898 para el régimen, pero a la vez el manuscrito proscrito tenía suficiente trascendencia como para que fuera necesario conservarlo para la posteridad, aunque fuera en la oscuridad. Cuando se cumplen 130 años de la guerra que amputó a España sus provincias de Ultramar, la historia lo ha descubierto para reescribirse y dar Luz sobre la Guerra. Ya no hay una única voz, ahora hay dos versiones de primera mano sobre la guerra.

¿Qué documentación nueva exactamente es la que presenta este libro sobre la Guerra de Cuba?

Una obligada precisión: no es un libro “mío”, en el sentido de que lo nuclear y fundamental es que se trata de una obra de Ramón Auñón y Villalón (1844-1925), Ministro de Marina de mayo de 1898 a marzo de 1899, quien posteriormente ascendería a Contralmirante, llegando a mandar la Capitanía Marítima de Cartagena. Más exactamente, es la edición crítica de la misma, en la que hemos trabajado conjuntamente José Mª Balmisa, el “descubridor” del manuscrito en la Biblioteca Nacional, Enrique Rovira y yo mismo; entre los tres hemos transcrito las más de mil cuartillas, comentando el texto resultante con numerosas notas a pie de página y anexos, y completándole con más de 100 ilustraciones, planos/mapas incluidos.

Esta obra de Auñón (Luz sobre la Guerra en denominación original), seguramente escrita entre 1898 y 1905, nunca antes había salido a la luz.

¿Qué repercusiones puede tener este trabajo que acaba de publicarse?

Es difícil aventurarlas. Pero, dado que se trata de una fuente histórica de primer orden que rompe la uniformidad de la versión oficial imperante desde el “Desastre”, basada en la de Cervera, Concas, Muller, etc, y en general la del Gobierno del momento, deberían ser trascendentales.

Basándose en su visión de la situación y en las informaciones a las que accedió como ministro, así como en las que minuciosamente atesoró en los años posteriores, Auñón demuestra que muchos de los tópicos consagrados, como que la Escuadra de Cervera no tenía carbón ni víveres, y que sus cañones y municiones eran defectuosos, son falsos. Esas reveladoras cuestiones, y otras muchísimas más, quedan por primera vez a la luz después de 125 años. Las conclusiones que se pueden sacar de ellas son aterradoras.

Y esas revelaciones no las hace un exaltado enemigo del Gobierno de Sagasta (hoy lo asimilaríamos al PSOE), un carlista o un republicano, y ni siquiera un miembro del Partido Liberal-Conservador (“Conservador”) de Cánovas (el similar al PP). Las hace un ministro de Sagasta, miembro de su Partido Liberal-Fusionista (“Liberal”), por el que fue diputado en seis legislaturas (1893, 1896, 1898, 1899, 1901 y 1903), senador (1904-1905); finalmente fue senador vitalicio (1911-1914, desempeñando la Vicepresidencia del Senado en 1911, 1918 y 1923); el Marqués de Pilares también fue Gobernador Civil de Barcelona. Es decir, que tienen un marcado marchamo de veracidad.

¿Se confirman los rumores que siempre han existido de que el Gobierno de Sagasta propició la destrucción de la escuadra española por la de Estados Unidos, para poner fin a la guerra?

Para el que quiera ver con ojos limpios de complejos, sí. Auñón, un marino experimentado e informado, al mando de todos los efectivos navales españoles, demuestra muchas cosas. No solo que Cervera pudo hacer y no hizo, sino que no dijo la verdad (repárese que no lo digo yo, sino Auñón). Y siendo esto así, se le concedió permiso para publicar documentos secretos que le “exculparan”, y se le premió, mientras se castigaba severamente a otros (Toral, etc). Si esto fue así, que lo fue, es una prueba más de que lo que buscaba el Gobierno, y el Régimen de la Restauración, era que Cervera actuara como actuó, para así tener la excusa para asumir las presiones sajonas y desprenderse de aquellos territorios, y aquellos compatriotas y súbditos, sin que se produjera una revolución popular en su contra.

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2.01.24

2 enero. La tradición de la Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza

La tradición de la venida de la Virgen a Zaragoza en carne mortal es el asunto central que da sentido a todo lo que rodea el mundo del Pilar. Se trata de una piadosa tradición, según la cual, el apóstol Santiago el Mayor se encontraba en Cesaraugusta, a las orillas del río Ebro, junto a un pequeño grupo de conversos que habían escuchado y creído su predicación. Pero los cesaraugustanos resultaban bastante duros de oído y de corazón, y el apóstol vio flaquear sus fuerzas y comenzaba a preguntarse si tenía sentido seguir predicando el mensaje de Jesús en esta tierra. Cuando su flaqueza, por el desánimo, le hizo perder su entereza, vio a María, la madre de Jesús, en una gloriosa aparición, rodeada de ángeles que, desde Jerusalén (aún no había muerto María), venían para confortarle y renovar sus ánimos. La Santísima Virgen entregó a Santiago el Pilar, la Columna de jaspe que hoy sostiene su imagen, como símbolo de la fortaleza que debía tener su fe. Esto sucedía en la madrugada del día dos de enero del año cuarenta del siglo primero. María conversó con Santiago y le encargó le fuera levantado un templo en ese mismo lugar.

Según la misma tradición, la Columna (Pilar) que la Virgen diera a Santiago permanece en el mismo lugar desde entonces. Esta tradición es el camino de la piedad del pueblo cristiano, el camino del misterio de lo escondido y lo que es oculto a nuestros ojos, lo que produce en nosotros una apertura a la trascendencia, un intento de aceptar con el corazón lo que ha resistido el paso de los siglos y que nuestra racionalidad no logra alcanzar. Nosotros vivimos unos años, unas décadas en el mejor de los casos, pero tradiciones como ésta perduran durante generaciones y generaciones. Y con la mínima humildad que a uno le exige la vivencia cristiana, acaba por reconocer que no es quién para negar el legado de sus padres y de sus antepasados, ni tampoco el de su comunidad cristiana. Finalmente, percibiendo el amor y la presencia de María en la propia vida personal y en la vida de la comunidad eclesial aragonesa, uno acaba dirigiendo una respuesta también de amor hacia nuestra Madre, la Madre de Dios, y, lleno de emoción y con lágrimas en los ojos, canta aquella jaculatoria cada día ante su camarín: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza.

El día 2 de enero de cada año tiene lugar en la Basílica del Pilar una Vigilia Eucarística, que suele presidir el Arzobispo de Zaragoza, y que conmemora la Venida de la Virgen a esta ciudad bimilenaria. En recuerdo también de esta fecha solemne, la imagen de la Virgen del Pilar se presenta sin manto ante los fieles cada día 2 de los doce meses del año.

Desde donde contemplamos a la Virgen, en el templo del Pilar, sólo podemos ver una de las chapas de plata que recubren la Sagrada Columna. Sin embargo, la propia columna de jaspe se muestra a los fieles y es venerada en la parte de atrás, donde se erige con la imagen gótica de Santa María. El propio papa Juan Pablo II besó el Pilar de la Virgen en sus dos visitas a Zaragoza, los años 1982 y 1984, respectivamente. El Papa Wojtyla se interesó personalmente en ver la Sagrada Columna y poder contemplar a la Virgen sin manto. En su primera visita lo dijo; en la segunda se le quiso complacer.

Hasta que el templo del Pilar llegó a ser la Basílica actual, han pasado muchos siglos, muchas actuaciones y muchas edificaciones. Según las investigaciones actuales, en el siglo I hubo una capilla dedicada a la Virgen María, por lo que sería el primer templo mariano del mundo, a orillas del río y que con toda probabilidad se encontraba en el interior de una casa romana. En el siglo IV pasó a ser un templo de veneración pública. Después fue una iglesia visigótica. Finalmente, el templo barroco de la actualidad sustituyó a un templo gótico anterior en los siglos XVI y XVII.

Cabildo metropolitano