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28.01.24

Paloma Hernández nos habla su canal Fortunata y Jacinta en defensa de la España y la Hispanidad

Paloma Hernández es licenciada en Bellas Artes y Máster en Estudios Avanzados de Filosofía por la Universidad de Salamanca, así como investigadora asociada de la Fundación Gustavo Bueno. Guioniza, dirige y presenta el canal de filosofía en YouTube conocido como «Fortunata y Jacinta» y organiza anualmente los Encuentros Forjados, congresos dedicados al análisis de la realidad política y social de nuestro presente.

¿Cómo y en qué circunstancias nace el canal de YouTube «Fortunata y Jacinta»?

El canal nace de una circunstancia política española muy concreta: el golpe al Estado que tuvo lugar en Cataluña el 1 de octubre de 2017 y mi convencimiento de que nuestras «izquierdas» iban a apoyarlo. He de decir que durante veinticinco años me dediqué profesionalmente a las artes plásticas y no hay que olvidar que dicho gremio está atravesado por el sistema de ideologías que hoy día funciona de manera hegemónica tanto en España como en las distintas naciones hispanoamericanas: un paquete de ideas, mitos y creencias que identificamos vulgarmente con «la Izquierda». Y entrecomillo la expresión «la Izquierda» porque habría muchísimo que matizar respecto a lo que son o dejan de ser estas autoproclamadas “izquierdas”. A ello he dedicado mi último libro El fin de la Izquierda. Análisis del desbordamiento de las izquierdas por el Globalismo oficial.

Lo cierto es que el sistema de ideologías que empuja a estos grupos es disolvente de la nación, es decir, son ideologías imprudentes (y no sabias) desde el punto de vista político. Dicho de otra manera, estos partidos políticos han perdido de vista la razón de Estado, la racionalidad política… su praxis política ya no está orientada hacia la conservación de la polis de referencia (España) sino que se han puesto al servicio de otras polis: los proto-estados vasco y catalán. De hecho, están derivando funciones propias del Estado para crear estados nuevos: fiscalidad, control de la inmigración, sistema educativo, diplomacia, etc. Pero también se han puesto al servicio, sabiéndolo o sin saberlo, de otras potencias externas que, como es natural, buscarán sacar el mayor provecho de nuestra debilidad como sociedad política.

Y al ver estos peligros de las izquierdas decides defender a España y la Hispanidad…

Exacto, exacto… tras los acontecimientos que tuvieron lugar en Cataluña el 1 de octubre de 2017, a mí me saltan todas las alarmas, temiendo (como de hecho ha ocurrido) que nuestras «izquierdas» apoyarían todos los delirios separatistas e hispanófobos. Y es que, trágicamente, nuestras autoproclamadas izquierdas son antiespañolas y tienden a condenar —por ignorancia, cobardía o mala fe— la acción histórica de España a excepción, claro está, del idealizado periodo de al-Ándalus, los ilustrados con Carlos III, las dos Repúblicas, los gobiernos socialistas del Régimen del 78 y pare usted de contar. Es entonces cuando decido aparcar los pinceles (no he vuelto a pintar) y abrir un canal en YouTube para emprender una defensa razonada de España y de la Hispanidad. Y no cejaré en mi empeño. A patriota no me gana nadie (risas), ni Don Benito Pérez Galdós, ni tampoco Unamuno, quien decía que él era español de oficio y profesión. Yo lo suscribo, de manera que seguiré plantando barricadas en YouTube para defender a todos los españoles: los que fueron, los que somos y los que serán.

¿Por qué era necesario el análisis filosófico para abordar las problemáticas históricas que dan forma a nuestro presente: España como sociedad política en crisis?

Porque el ámbito y materia que caracteriza la labor de la filosofía en sentido estricto es el análisis de las Ideas: la tarea de la filosofía crítica consiste en definir y clasificar las Ideas. Mi trabajo, por tanto, consiste en analizar de forma crítica las ideas que manejan nuestros políticos y politólogos, periodistas e historiadores, los profesores o las propias gentes del mundo de las artes cuando se les pregunta por temas políticos, los ciudadanos de a pie en redes sociales, etc. ¿Quiero decir con esto que los historiadores o los artistas están incapacitados para hablar de política? No, de hecho, muchos actores y actrices hablan continuamente de política y se posicionan a favor de ETA y ese tipo de cosas. Lo que digo es que al hablar de política siempre lo hacen como filósofos, aunque no lo sepan, y que, por ello, es necesario observar cuáles son las coordenadas filosóficas desde las que hablan. ¿Por qué? Pues porque filosofías no hay una, sino muchas. Voy a poner un ejemplo: cuando un politólogo como Íñigo Errejón habla de España necesariamente tiene que recurrir a ideas como la Idea de nación, la Idea de imperio, la Idea de unidad, de libertad, solidaridad, soberanía, etc., y estas son ya ideas filosóficas, son ideas que desbordan los límites de las disciplinas positivas de un historiador o de un politólogo. Son Ideas, por tanto, que hay que abordar a escala filosófica.

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