El P. Calvo Zarraute argumenta con todo detalle por qué la guerra de 1936 fue una verdadera Cruzada
Gabriel Calvo Zarraute es sacerdote de la diócesis primada de Toledo (2008). Diplomado en Magisterio, Licenciado en Teología Fundamental, Licenciado en Historia de la Iglesia y Grado en Filosofía. Es párroco rural en los Montes de Toledo después de haber servido en parroquias urbanas de Móstoles y Fuenlabrada. Fue profesor del Centro Diocesano de Teología de Getafe (2014-2018). En 2016 publicó su primera obra Dos maestros y un camino en la editorial Monte Carmelo. En la actualidad realiza su tesis doctoral en Historia de la Iglesia, en la Universidad de San Dámaso de Madrid que compatibiliza con la licenciatura en Derecho Canónico. Profesor del Instituto de Ciencias Religiosa de Talavera de la Reina. Crítico literario del portal de información religiosa Infovaticana, en el blog Criterio.
¿Como surgió en usted la idea de escribir este libro y que busca con él?
En primer lugar, lo considero como un deber intelectual del ministerio de enseñanza que le es propio al sacerdote1. En el sentido de que los documentos que he recogido, contextualizados históricamente y explicados pormenorizadamente desde la filosofía tomista, el Derecho natural, la filosofía jurídico-política clásica y la teología moral son absolutamente desconocidos para el gran público. Incluso, una buena parte de ellos nunca se habían publicado íntegramente, limitándose a ser citados por la historiografía -tanto civil como eclesiástica- de forma marginal y descontextualizada, luego mayoritariamente tergiversada y, cuando no, ningún investigador se había molestado en analizarlos orgánicamente en su conjunto y en detalle. Por consiguiente, la finalidad de mi obra es la de rehabilitar estos escritos pastorales de aquellos obispos, porque continúan siendo un criterio seguro de auténtica doctrina católica moral, política y jurídica, cuyos principios fundantes no pueden ser modificados por las circunstancias históricas. Además, apoyándome en la filosofía básica del principio de no contradicción, planteo si dichos teoremas son conciliables o discordantes con el discurso oficialista de la Iglesia desde 1965.
En segundo lugar, he escrito esta obra como un deber moral, al haber sido objeto de trueque la basílica pontificia del Valle de los Caídos, por parte del papa Francisco y la Conferencia Emasculada, con los herederos del Frente Popular para su posterior profanación y puesta al servicio de la institucionalización de la mentira, trocando la historia por la ideología. Se trata de un asunto crucial no pasional. El Valle de los Caídos es un templo dedicado a la reconciliación de la nación tras una guerra en defensa de la Religión católica y de la civilización cristiana que adquirió los rasgos de una Cruzada, lo cual no es una simple metáfora, sino una clave de comprensión espiritual. En el enfrentamiento se dilucidaba que España pudiera continuar o concluir la singladura histórica (esto es, su unidad católica), iniciada en el III Concilio de Toledo del año 589. El pasado es un instrumento de comprensión y confrontación crítica para evitar la absolutización del presente.