InfoCatólica / Caballero del Pilar / Archivos para: Diciembre 2022, 28

28.12.22

Tomar las 12 uvas es un sinsentido supersticioso y pagano que dejé de hacer porque no me aporta nada

Se acerca el día 31, pero deseaba comentarlo hoy, para que tengan unos días para reflexionar, como antes de las elecciones de esta partitocracia liberal. No hay obligación de votar y tampoco de tomar las 12 uvas. Piensen si tiene algún sentido hacerlo, al margen de no dar la nota, por abstenerse lúcidamente de este convencionalismo absurdo.

Casi nadie sabe muy bien el verdadero origen de esta tradición pagana y supersticiosa, pero casi todo el mundo participa en esta farsa cada año fiel a la costumbre, dando por hecho que hay que hacerlo, un precepto laico de la modernidad.

Buscando el origen de este sinsentido me ha entrado un profundo bostezo, que si un excedente de una cosecha de uva, que si unos chulapos madrileños que se rebelaron contra una costumbre burguesa…Hay muchas teorías, ninguna con fundamento sólido y mucho menos con raigambre católica.

Y no vale decir que es una tradición familiar o española, pues eso no garantiza per se que sea algo bueno o que tenga algún sentido, dado como se ha venido deteriorando la vida familiar en la modernidad y como ha degenerado la sociedad española.

Es en realidad una costumbre pagana y mundana, hoy tan asociada a la televisión y los bodrios infumables que se traga de manera acrítica la mayoría de españoles cada fin de año. Ya he condenado abundantemente la incongruencia de ver la pútrida televisión en estas fechas tan sagradas para los católicos.

Yo hace años que dejé de tomar las uvas, porque no me aportan nada, no le veo sentido y porque no tengo que seguir de manera borrega a la masa.

Querido lector, le invito a hacer lo mismo. Apaguen la televisión e ignoren olímpicamente este paripé. El que quiera tomar las uvas, allá él…y que por cierto tenga mucho cuidado en no atragantarse, pues ya ha habido varios fallecimientos por este motivo. Una triste forma de acabar el año y de acabar con la vida. 

Por Javier Navascués