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12.12.22

Flavio Mateos analiza su libro sobre la relación entre el mensaje de Fátima y Rusia

Flavio Mateos es un seminarista argentino que estudia en Francia y además es escritor. Habiendo dejado atrás un largo pasado en el ateísmo y la militancia comunista, tras su conversión a la fe católica empezó a ajustar cuentas con aquello que había ocupado su vida en el pasado: el periodismo y el cine. Con libros como “El Libro Negro del Periodismo” (Ediciones Bella Vista, 2012) o su blog “Videoteca Reduco” y los libros “La Pasión de Cristo de Mel Gibson. El triunfo de la cruz”, “El mirar del cine”, “Lo esencial de Alfred Hitchcock”, “Vértigo. El enigma vertical”, “Videoteca Reduco” y “Avatar y el cine anticristiano de james Cameron” (casi todos editados por Ediciones Reacción), se ocupó de desnudar el liberalismo y el gnosticismo presentes en los medios de comunicación, a la vez que de rescatar los valores cristianos en el llamado “arte del siglo XX”. Difusor del mensaje de Fátima a través de su blog “Agenda Fátima”, en la presente entrevista nos habla de su libro “Fátima y Rusia”, disponible en la tienda de Amazon.

¿Por qué un libro sobre “Fátima y Rusia”?

Quizás se pueda explicar mejor el porqué del libro teniendo en cuenta el contexto en que surgió. Que no es otro que el del insoportable tiempo de confinamiento impuesto a raíz de la oficialmente llamada “Pandemia de coronavirus” que luego pasó a llamarse “Covid-19”. De un día para el otro el mundo se vio envuelto en una revolución que parecía poner en marcha acelerada el camino final hacia lo que la élite ha venido llamando “Nuevo Orden Mundial”, ahora rebautizado como “The Great Reset”. Vimos entonces a nuestro alrededor, no sólo a la gente habitualmente desnortada, sino a personas aparentemente lúcidas, sumirse en la mayor de las perplejidades, el desaliento y la desesperanza. Algunos parecieron despertar y darse cuenta que los enemigos del Cristianismo (y por tanto de lo que aún resta débilmente de la Cristiandad) controlan prácticamente todas las instancias y resortes del poder mundial y están dispuestos a aniquilarnos sin miramientos.

Cuando llegaron a la prohibición de las misas públicas, o a la imposición de la comunión en la mano y al cierre de santuarios –como el de Fátima, entre otros, por primera vez en su historia- y demás medidas vejatorias contra la Iglesia (con la complicidad de sus más altas autoridades, hay que decirlo), quedó más claro el terrible panorama ante el cual nos encontrábamos. Pero a la vez que surgían incontables analistas de la situación –muchos verdaderamente serios y valiosos, pero otros francamente poco fundados y “conspiranoicos”- había un tema que nadie mencionaba, y que para nosotros tiene que ver con todo lo que pasó, con lo que pasa y seguirá pasando. Nos referimos al mensaje que vino a traernos en 1917 una Señora que sí cree en las conspiraciones, porque vino para advertirnos contra ellas. Estoy hablando de la Virgen de Fátima. La salvación vendrá de su Corazón Inmaculado, y lejos de ser este un deseo piadoso, es algo que se sustenta en su mensaje, en sus propias palabras.

¿Cuál sería la relación entre Fátima y Rusia?

Es la misma Santísima Virgen quien hace la relación, desde su mensaje del 13 de julio de 1917 hasta el mensaje en la manifestación de la Teofanía trinitaria el 13 de junio de 1929. El mensaje de la Madre de Dios, por otra parte, no se circunscribe a advertir contra el comunismo soviético, y ya. Las apariciones y el mensaje total son la última manifestación del Cielo que forma parte del combate que desde el inicio se da entre la Serpiente y la Mujer del Apocalipsis, entre el Dragón y la Virgen, entre la Sinagoga de Satanás y la Iglesia de Cristo, entre la Masonería con las sociedades secretas que conforman el naturalismo organizado y el orden sobrenatural que defiende la Iglesia católica. Y ese combate es cada vez más claro, más encarnizado, más duro, a medida que se acerca a su final. Usted recuerda que San Ignacio habla en los Ejercicios Espirituales de “las dos banderas”. Pues bien: hay solo dos banderas, la de Cristo y la del Anticristo, no hay más.

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