Apaga la televisión en la cena de Nochebuena para vivir el misterio y no el frívolo espíritu mundano
¡Huye de la Televisión como de la peste!. Vivimos sumergidos en un ambiente creado por una televisión perversa y moralmente corrupta diseñada para destruir el alma de los fieles, proyectada para alejarlas de Dios Creador y Padre.