La razón de ser del celibato en la Iglesia. Entrevista al P. Jorge Luis Hidalgo

El P. Jorge Luis Hidalgo es licenciado en Educación Religiosa por la Universidad argentina de FASTA. En esta ocasión analiza en profundidad lo que es el celibato, sus razones teológicas y conveniencias, realizando un repaso pormenorizado de todo lo que la Iglesia ha dicho al respecto a lo largo de la Historia.

¿Qué entendemos por celibato en la Iglesia?

El celibato es la renuncia del uso de las potencias generativas por amor a Cristo y a su Iglesia, “por el Reino de los Cielos” (Mt. 19, 12). Es la “perla preciosa”, que “conserva todo su valor también en nuestro tiempo, caracterizado por una profunda transformación de mentalidades y de estructuras”, en palabras del Papa Pablo VI. En palabras de la Concordia discordantium canonum, o más conocido por Decreto de Graciano, consiste in non contrahendo matrimonio et in non utendo contracto (no contrayendo matrimonio y no teniendo contacto). Por eso, según San Juan Crisóstomo, “el sacerdote ha de ser tan puro como si se hallara en los cielos en medio de aquellas angélicas potestades”. Por esta razón, desde tiempos apostólicos, la Iglesia ha unido el sacerdocio al celibato, para que por la elevación de las cosas de este mundo puedan los sacerdotes dedicarse exclusivamente a las cosas de Dios, con un corazón indiviso. Es, como dice el Papa Pío XI, “aquella virtud que tenemos por una de las glorias más puras del sacerdocio católico y que responde mejor a los deseos del Corazón santísimo de Jesús y a sus designios sobre las almas sacerdotales”.

¿Cuál es el origen etimológico de la palabra?

La palabra celibato proviene del latín caelebs, caelibis, que quiere decir soltero, sin esposa. En la definición usual dada por la Real Academia Española se refiere particularmente a “quien ha hecho voto de castidad”.

Al comienzo de la predicación evangélica, si alguno estaba casado, siguiendo el ejemplo de San Pedro, debía dejar el débito conyugal. Este es el sentido de la definición ya citada de Graciano. Más adelante, sólo quien prometía para toda la vida la castidad perfecta recibía las Sagradas Órdenes, incluso a los subdiáconos, como lo interpretan San León Magno y San Gregorio Magno.

Dándole una explicación más espiritual, San Isidoro de Sevilla dice: “En un primer momento se denominó casto a los «castrados»; más tarde pareció oportuno a nuestros antepasados aplicar este nombre a los que habían hecho promesa de mantener perpetua abstinencia sexual. Caeles (celestial) se dice así porque orienta su camino hacia el cielo. Caelebs (célibe), significa el que no está casado, como son los bienaventurados del cielo, ajenos al matrimonio. Y se dice caelebs como si dijéramos caelo beatus (bendito en el cielo).”

Es algo que no forma propiamente parte del dogma, pero que la Tradición de la Iglesia ha tenido siempre en alta estima…

Exactamente, hasta tal punto que se lo ha ligado estrechamente al sacerdocio.

Pero que no sea parte del dogma no quiere decir que se pueda cambiar. Por ejemplo, el Cardenal Sticker, en «El Celibato Eclesiástico: Historia y Fundamentos Teológicos» sostiene, luego de un profundo análisis, que “un buen número de ellos [de canonistas] es del parecer que una dispensa de tal magnitud [general] sólo puede ser dada en casos singulares, y no para todos, porque ello equivaldría a la abolición de una obligación contra el estatus eclesial, cosa que ni aún al Papa le sería posible”.

No forma parte de la naturaleza intrínseca del sacerdocio pero es una gracia añadida por la Iglesia para su perfecto desempeño…

Como escribió el Papa Pablo VI, cuando muchos quisieron abolir el celibato, después de la crisis postconciliar: “Es, pues, el misterio de la novedad de Cristo, de todo lo que él es y significa; es la suma de los más altos ideales del evangelio, y del reino; es una especial manifestación de la gracia que brota del misterio pascual del redentor, lo que hace deseable y digna la elección de la virginidad, por parte de los llamados por el Señor Jesús, con la intención no solamente de participar de su oficio sacerdotal, sino también de compartir con Él su mismo estado de vida.” Por la firme voluntad del Pontífice en ese punto se mantuvo la praxis eclesial. De este modo, Pablo VI actuó como lo han hecho todos los Papas que lo han precedido, como demuestra el Cardenal Stickler en el escrito citado: “La Iglesia lo ha querido y lo quiere en el futuro”.

Y una norma de obligado cumplimiento en la Iglesia…

Así es, como toda norma en la Iglesia. Todos los que recibieron la Ordenación Diaconal, en la Iglesia latina, sabían que prometían libremente esta promesa, delante de Nuestro Señor.

La falta contra alguno de los mandamientos no exige que ellos deban ser abolidos. Más aún, ni siquiera si nadie lo cumpliera no querría decir que no fuera lo más conveniente.

Muchas veces nosotros escuchamos en la Iglesia: “Tal sacerdote realizó tal o cual acción”, magnificado por los medios de comunicación. Y entonces se cree falsamente que el problema está en el celibato. La realidad, por el contrario, es que hace más ruido un árbol que cae que todos los demás del bosque que permanecen de pie.

Para la perseverancia importa mucho, ante todo, tener la mente clara desde los primeros años de formación. Sostiene el Papa Pío XII: “Ilústrese a los seminaristas sobre la naturaleza del celibato eclesiástico, de la castidad que deben observar y sobre las obligaciones que ella comporta, e instrúyanse sobre los peligros que puedan salirles al paso.” Deben tener bien presente, como señala el ya citado Cardenal Stickler: “el sacerdocio católico no ha sido establecido por el Fundador de la Iglesia sobre los hombres, que se transforman y cambian, sino sobre el misterio inmutable de la Iglesia y del propio Cristo.” Por eso no se les debe inculcar que el celibato es una mera ley de la Iglesia, y que por ende podría ser revocada. Se necesita, además, como recomienda el Papa Juan Pablo II, que los candidatos sean educados en la sexualidad, pues “la madurez afectiva ha de saber incluir, dentro de las relaciones humanas de serena amistad y profunda fraternidad, un gran amor, vivo y personal, a Jesucristo”. De este modo se vivirá “la castidad con fidelidad y alegría”.

Por otra parte, es fundamental recurrir siempre a los medios que la Iglesia nos ha aconsejado. Como recuerda el Papa Pablo VI: “Nueva fuerza y nuevo gozo aportará al sacerdote de Cristo el profundizar cada día en la meditación y en la oración los motivos de su donación y la convicción de haber escogido la mejor parte. Implorará con humildad y perseverancia la gracia de la fidelidad, que nunca se niega a quien la pide con corazón sincero, recurriendo al mismo tiempo a los medios naturales y sobrenaturales de que dispone. No descuidará, sobre todo, aquellas normas ascéticas que garantiza la experiencia de la Iglesia, que en las circunstancias actuales no son menos necesarias que en otros tiempos.”

¿Desde qué años existe el celibato?

El celibato existe desde el Nuevo Testamento. Aunque hay alusiones veterotestamentarias (los profetas Jeremías y Daniel, por ejemplo), ya cuando despunta la aurora de la salvación vemos que María Santísima es Madre y Virgen, modelo de toda vocación en la Iglesia. De igual modo, se afirma en la Sagrada Escritura de San Juan Bautista y en la Tradición de San José. Es Cristo mismo quien se desposa únicamente con la Iglesia en las bodas de Sangre del Calvario. Y es Él que dice que para seguirle hay que renunciar a todo lo que uno posee, incluso esposa e hijos (cf. Lc. 18, 28-30). Así lo entendieron los mismos Apóstoles, como expresamente lo dice San Pablo (cf. 1 Cor. 7, 7-8).

La alta estima en la Iglesia antigua por la virginidad y el celibato, movidos por el ejemplo de numerosos mártires, que preferían morir antes que profanar su voto de castidad perpetua, dio origen al monaquismo, como cristalización de la vida consagrada, que existía desde el comienzo de la Iglesia. El desierto se convirtió en el destino de numerosas peregrinaciones de cristianos; en el lugar de refugio de los confesores de la fe, como San Atanasio. Sus vidas fueron consideradas ejemplares por los cristianos. No por nada los primeros escritos hagiográficos son las vidas de San Antonio y de San Martín de Tours, escritas por San Atanasio y Sulpicio Severo, respectivamente.

La primera norma escrita sobre la castidad aparece en España. Como dice el Papa Pío XI: “La primera huella del celibato eclesiástico la hallamos en el canon 33 del Concilio de Elvira, celebrado a principios del siglo IV, todavía en plena persecución, lo que prueba su práctica antigua. Y esa ordenación en forma de ley no hace más que añadir fuerza a un postulado que se derivaba ya del Evangelio y de la predicación apostólica”. Que se haya escrito en ese momento es un signo que había algunos que entonces faltaban a su promesa, no es algo que se haya promulgado en esa ocasión. Como dice el Cardenal Sticker: “Se manifiesta claramente, por el contrario, como una reacción contra la inobservancia, muy extendida, de una obligación tradicional y bien conocida a la que en ese momento se añade también una sanción: o bien se acepta el cumplimiento de la obligación asumida, o bien se renuncia al estado clerical.”

Muy cerca de esa época, los Concilios de Cartago (390 y 419), con la asistencia de todo el Episcopado africano, admiten su práctica. Lo mismo dígase del Sínodo Romano del 386 y del Concilio de Telepte del año 418; junto con las disposiciones de los Papas Siricio, San Inocencio I, San León y San Gregorio Magnos, con los otros testimonios patrísticos, tanto de Occidente (San Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín, etc.) como de Oriente (San Epifanio de Salamina, San Efrén, etc.).

¿Qué importancia tuvo al respecto el Concilio de Letrán?

Llegando a la Cristiandad y a la Edad Moderna tenemos los Concilios Primero de Letrán (1123) y de Trento (1545 – 1563).

En el canon 3 del Concilio de Letrán se dice: “Prohibimos absolutamente a los presbíteros, diáconos y subdiáconos la compañía de concubinas y esposas, y la cohabitación con otras mujeres fuera de las que permitió el Concilio de Nicea que habitaran por el solo motivo de parentesco, la madre, la hermana, la tía materna o paterna y otras semejantes, sobre las que no puede darse justa sospecha alguna”. El mandato está dado con ocasión de la Reforma de San Gregorio VII, en el contexto de la querella de las investiduras. Los príncipes colocaban a los Prelados favorables a sus intereses, muchos de los cuales no tenían vocación y que, por ende, vivían amancebados. San Gregorio, en su combate por la integridad del clero, murió en el destierro. Pero finalmente su reforma cristalizó en la Iglesia, como se ve en la citada norma.

Como es sabido, con ocasión del protestantismo la Iglesia convocó al Concilio de Trento. Emanó dos clases de decretos: dogmáticos y de reforma. Con los primeros, definió con claridad el dogma católico, con los segundos impuso la vida cristiana en todos los ámbitos. Por eso estableció la obligación de residencia de los obispos, reformó la vida del clero y estableció los seminarios. Como dice el padre Alfredo Sáenz: “Trento realizó así la síntesis de más de un milenio de contemplación”. Para un cristiano, en efecto, todos los temas deben ser solucionados desde Dios. Así lo hizo el Concilio Tridentino. Por eso tenemos su influjo benéfico en toda la vida de la Iglesia durante cuatro siglos, en todas las materias, también para los sacerdotes, en todos sus aspectos.

Parece lógico que el sacerdote (sacerdos) se dedique en exclusiva a lo sagrado…

Efectivamente, el sacerdote es el que se debe dedicar exclusivamente a lo sagrado. Su corazón debe ser íntegro para Dios. En cambio, en las personas casadas, su corazón está dividido, al decir de San Pablo (cf. 1 Cor. 7, 32-34), pues deben ocuparse necesariamente de su familia y de los asuntos terrenales. Por esa razón decía San Pío X, dirigiéndose a los sacerdotes: “Que en vosotros brillo con esplendor inalterable la castidad, el mejor ornato, de nuestro orden sacerdotal. Por el brillo de esta virtud el sacerdote se hace semejante a los ángeles, aparece más venerable ante el pueblo cristiano y es más fecundo en frutos de santidad”.

La palabra sacerdote, del latín sacerdos, sacerdotis, viene de sacer, esto es, sagrado. Con el celibato, su estado cuadra a la perfección con su ser y su misión en la tierra, tal como es continuar obrando in persona Christi Capitis (en la persona de Cristo Cabeza). Por eso decía el Papa Pío XI: “El increíble honor y dignidad del sacerdocio cristiano […] demuestra la conveniencia suma del celibato y de la ley que le impone a los ministros del altar”.

Igualmente los religiosos y personas consagradas…

Como ya hemos dicho, el alto ideal cristiano de los primeros siglos hizo surgir el monacato primitivo. Aunque existían personas consagradas a Dios desde un comienzo de la historia de la Iglesia, la vida religiosa cobró un impulso particular desde el fin de las persecuciones. Por ende, para parecerse más a Cristo, profesaron los tres votos de pobreza, castidad y obediencia. Por esa razón se lo llamó el estado de perfección. El abrazar esta vocación no se hace como repudio al matrimonio (actitud que la Iglesia siempre ha condenado), sino, como dice el Papa Pío XII: “para poder más fácilmente entregarnos a las cosas divinas, alcanzar con mayor seguridad la eterna bienaventuranza y, finalmente, dedicarnos con más libertad a la obra de conducir a otros al reino de los cielos”.

¿Por qué otras razones es conveniente el celibato?

El Papa Pablo VI propone en su encíclica sobre el celibato tres motivos para su permanencia: la dimensión cristológica, la eclesiológica y la escatológica.

Jesucristo, único Sacerdote (pues los otros actúan en su nombre, como dice Santo Tomás), en cuyo Corazón ardía el amor a Dios nuestro Señor y al prójimo, quiso para Sí este estilo de vida. Él se ha desposado con la Iglesia con un amor totalizante, que lo ha llevado a la muerte. Por eso sus discípulos, que hacen sus veces en la tierra, deben dejar esposa e hijos, por Él y por el Evangelio; para estar a solas con Él y poder ser enviados a predicar, donde Él lo requiera. Por ello decía el Papa Pío XII: “Cuanto más refulge la castidad sacerdotal, tanto más viene a ser el sacerdote, junto con Cristo, «hostia pura, hostia santa, hostia inmaculada».”

En segundo lugar, la Iglesia necesita almas orantes, que se dediquen a contemplar y a profundizar la Palabra de Dios, pues nadie da lo que no tiene. El rezo diario de la Santa Misa, la oración propia de la Iglesia tal como es el Oficio Divino, el desgranar los misterios del Santo Rosario, etc., es el motor de su apostolado. De esta fuente puede brotar la entrega total a las almas, que debe ser una inmolación continua. Por eso decía Juan XXIII: “Esta ascesis necesaria de la castidad, lejos de encerrar al sacerdote en un estéril egoísmo, lo hace de corazón más abierto y más dispuesto a todas las necesidades de sus hermanos: «Cuando el corazón es puro —decía muy bien el Cura de Ars— no puede menos de amar, porque ha vuelto a encontrar la fuente del amor que es Dios».”

En tercer lugar, el celibato es un signo de los bienes celestiales, donde toda la Iglesia anhela llegar. Allí los hombres serán como ángeles en el Cielo, sin casarse. Este estilo de vida, por eso, es un anticipo de la eternidad en el tiempo. Como dice San Gregorio de Nacianzo: La virginidad “induce a Dios a participar de la vida del hombre, da alas al deseo del hombre de ascender a los coros celestiales y es lazo de unión entre la naturaleza humana y Dios, armonizando con su mediación estos extremos tan dispares entre sí por naturaleza”.

Muchos objetan que al no ser parte del dogma se podría cambiar, pero se ve que las consecuencias serían nefastas…

Hoy, como tantas veces, se escuchan estas voces en la Iglesia. Muchos temen que así como la distribución de la Santa Comunión en la mano se impuso faltando a los deseos de Pablo VI y después se extendió por todo el mundo por un indulto de Juan Pablo II (indulto que quiere decir permisión, no voluntad expresa), del mismo modo ocurra ahora, con el Sínodo del Amazonas. Como ya decía el Cardenal Sticker: “No es menos clara la oposición de la Iglesia contra los intentos, constantemente renovados después del Concilio Vaticano II, de ordenar como sacerdotes a viri probati —es decir, hombres casados sin exigirles la renuncia al matrimonio—, o de permitir el matrimonio de los sacerdotes.”

La ausencia de vocaciones y de perseverancia en el estado sacerdotal es signo de la profunda crisis moral y de fe que afecta la Iglesia. Como dice el citado Cardenal: “Donde disminuye la fe, disminuye también la fuerza de la perseverancia, y donde muere la fe, muere también la continencia.” Ya nos advertía San Pío X, en su Encíclica Pascendi, condenando al modernismo, que “hay finalmente quienes, dando de muy buena gana oídos a los maestros protestantes, desean que se suprima en el sacerdocio el mismo sagrado celibato. ¿Qué dejan, pues, intacto en la Iglesia, que no haya de ser reformado por ellos y de acuerdo con sus proclamas?”

Con una falsa extrapolación, algunos dicen querer imitar la ley de la oikonomía de Oriente en Occidente, y así como se permite unas segundas nupcias, aunque sin solemnidad, en el matrimonio, sin haber muerto el verdadero cónyuge, hacer lo mismo con respecto al celibato. La verdad es que el Cardenal Sticker demuestra que el Concilio Trullano II o Quinisexto (691) cita a los mencionados Concilios de Cartago, tergiversándolos, dado que la inmensa mayoría de los Orientales desconocían el latín, como los Occidentales al griego. De este modo, cambian la doctrina apostólica sobre el celibato para los que recibían el sacramento del Orden. Es similar a lo ocurrido con respecto a las ya dichas segundas nupcias del matrimonio.

Muchos santos han luchado para mantener este alto ideal en el clero. Recordemos algunos ejemplos. Los primeros que se opusieron a la predicación de San Juan Crisóstomo fueron los pastores que no quisieron vivir según su estado. Hablando de ello, Paladio dice acerca de sus sermones y escritos: “Esto causó gran indignación en aquellos del clero que no tenían amor de Dios y ardían en pasiones”. San Pedro Damián, en su escrito Liber Gomorrhianus, dirigido al Papa San León IX, fustiga la homosexualidad y la pedofilia del clero, critica falsos cánones indulgentes para los reos y sostiene en este punto que “la iniquidad del alma cristiana supera el pecado de los Sodomitas”. El Cardenal Cisneros se quejaba ante los Reyes que parecía que el Arzobispado de Santiago de Compostela se heredara de padres a hijos, dado que había estado en manos de tres generaciones consecutivas.

El fastidio actual de nuestro tiempo debe llegar a ser una santa indignación por el celo por la gloria de Dios que los motivó, a estos y a otros santos, a luchar con todas sus fuerzas para que, como dice el salmo, sea “la santidad el adorno de tu casa, Señor, por días sin término” (Ps. 92,5).

¿Quiere añadir algo para acabar de redondear el tema?

Quiero terminar citando las palabras de un escritor argentino, Gustavo Martínez Zuviría (1883-1963), más conocido por su sobrenombre de Hugo Wast, para que todos oremos por los sacerdotes, y para que las familias católicas le pidan a Dios que brote este don para Dios, para la Iglesia y para ellos.

«Cuando se piensa que ni la Santísima Virgen puede hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que ni los ángeles ni los arcángeles, ni Miguel ni Gabriel ni Rafael, ni príncipe alguno de aquellos que vencieron a Lucifer pueden hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo en la última Cena realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores y fue el convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote.

Cuando se piensa en el otro milagro que solamente un sacerdote puede realizar: perdonar los pecados y que lo que él ata en el fondo de su humilde confesionario, Dios obligado por su propia palabra, lo ata en el cielo, y lo que él desata, en el mismo instante lo desata Dios.

Cuando se piensa que la humanidad se ha redimido y que el mundo subsiste porque hay hombres y mujeres que se alimentan cada día de ese Cuerpo y de esa Sangre redentora que sólo un sacerdote puede realizar.

Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese poquito de pan y ese poquito de vino.

Cuando se piensa que eso puede ocurrir, porque están faltando las vocaciones sacerdotales; y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes gritarán de hambre y de angustia, y pedirán ese pan, y no habrá quien se los dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos.

Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él.

Cuando se piensa que un sacerdote cuando celebra en el altar tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.

Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales.

Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal.

Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se refleja en las leyes.

Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación.

Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo.

Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable.

Uno comprende que más que una Iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado.

Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor.

Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio, es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la tierra y que todos los santos del cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.»

Muchas gracias, a Ud. y a todos, por su atención.

 

Javier Navascués Pérez

21 comentarios

  
Pablovelasco
En las iglesias católico orientales, en plena comunión con Roma se permite que haya sacerdotes casados. Son menos dignos o menos Santos que sus pares latinos???.
19/08/19 9:40 AM
  
Manoletina
Tengo una, si por favor alguien me la contesta...
Supongo que en la mayoria de casos que un sacerdote se seculariza, hay pecado de por medio, es decir, ha mantenido relacion con una mujer o se encuentra en tramites.
Pero si el sacerdote pide la reduccion al estado laical sin haber cometido ningun pecado, esa reduccion es un pecado?
19/08/19 9:53 AM
  
Pedro Amate
El celibato y la castidad ,son los dos pilares de la Iglesia ; que la han mantenido viva y firme a través de todos los siglos. Y las puertas del infierno nunca jamás prevalecerán sobre ella.

Jesucristo es el Rey de reyes y el Señor de los señores de la tierra. El Dios de la Historia ,y el Señor Soberano Jehová del Antiguo Testamento, hecho Hombre. El Anciano de Días del profeta Daniel ,y el Primogénito de entre los muertos. Tiene la llaves de la muerte y del Hades ; es decir ,las llaves de las puertas del infierno ,para tener controlado al ángel del abismo : a Satanás el Diablo. Jesucristo es el Rey de Cielos y Tierra ; porque tiene todo el Poder de Dios ; y por tanto ,tiene controlado al Diablo ,porque fue derrotado ; por su Pasión y Muerte,libremente aceptada en la cruz del calvario ,y porque fue resucitado de entre los muertos.

Ser sacerdote de Jesucristo ,es el mayor galardón que pueda recibir un ser humano en esta vida ,y en la vida futura que no tendrá fin.

!!! VEN ESPÍRITU SANTO ,E ILUMINA
AL REMANENTE FIEL DE LA IGLESIA ,!!!.
19/08/19 10:06 AM
  
maru
Muy clarificadora esta exposición sobre el celibato y muy hermosa. Quién no pueda asumir ese estado, que no sea sacerdote, porque éste, tiene que estar entregado en cuerpo y alma a Cristo.
19/08/19 10:20 AM
  
Luis Fernando
Guste más o guste menos, un Papa puede cambiar la disciplina del celibato. No tiene el menor sentido sostener otra cosa siendo que la propia Iglesia ordena sacerdotes casados de rito oriental.

Obviamente estoy a favor de que todo se mantenga como hasta ahora.
19/08/19 10:35 AM
  
Joaquín
Como dice Luis Fernando, un Papa puede cambiar la disciplina del celibato. Es simplemente falso decir que no se puede cambiar.
El autor cita al card. Stickler, que dice: "una dispensa de tal magnitud [general] sólo puede ser dada en casos singulares, y no para todos, porque ello equivaldría a la abolición de una obligación contra el estatus eclesial, cosa que ni aún al Papa le sería posible”.
Sin embargo, aún asumiendo que fuese verdad, la cita Stickler no prueba lo que el autor quiere probar. De ella no se sigue la imposibilidad de cambiar la disciplina del celibato. De hecho, en esa misma cita, el card. Stickler está admitiendo que sería perfectamente posible mantener el celibato como norma general, unido a una dispensa especial para quienes deseen casarse y cumplan con los demás requisitos para el sacerdocio.

Los demás argumentos del autor están muy bien, pero son sólo razones de conveniencia que pueden ser superadas por razones de más peso de signo contrario en casos concretos. El autor no se hace cargo de las razones para permitir una dispensa especial del celibato, y por tanto, aporta poco al debate.
19/08/19 11:03 AM
  
Tomás Bertrán
Hay un párrafo que me ha sorprendido:
En el canon 3 del Concilio de Letrán se dice: “Prohibimos absolutamente a los presbíteros, diáconos y subdiáconos la compañía de concubinas y esposas, y la cohabitación con otras mujeres fuera de las que permitió el Concilio de Nicea que habitaran por el solo motivo de parentesco, la madre, la hermana, la tía materna o paterna y otras semejantes, sobre las que no puede darse justa sospecha alguna”.
Conozco hombres casados que han sido ordenados diáconos, y siempre he creído que para ser diácono no hacía falta ser célibe.
A modo de curiosidad, un sacerdote me aseguró que lo que más les costaba a los sacerdotes no era el celibato, sino que era la obediencia.
19/08/19 11:54 AM
  
Pablovelasco
Completamente de acuerdo con LF en su apreciación en las iglesias orientales, donde es cierto y desde hace siglos.
Tampoco cambiaría nada, y yo creo que más que razones teológicas son prácticas, viendo quienes quieren cambiar eso, lo siguiente es casar homosexuales, ordenar mujeres y toda la pléyade de estupideces apóstatas que parece que infectan la iglesia.
19/08/19 1:12 PM
  
José María Ruiz Tintoré
¿ Por qué entonces ordenan a los presbiteros anglicanos casados, que se pasan a la Iglesia católica y continuan casados? ¿ En qué quedamos? Jesús, no fundó ningun sacerdocio, el no era sacerdote del.Templo de Jerusalen, era judio de pies a cabeza y respetaba y cumplia las normas de su religión, todo eso, del sacerdocio de Melquisedec, del sacerdocio y de otros asuntos, son consecuencia de reflexiones posteriores y no tienen origen en Jerusalen sino en Roma.
19/08/19 4:14 PM
  
Monte Gurugú
La primera cita del Cardenal Stickler induce a confusión. Es algo engañoso decir:
'Por ejemplo, el Cardenal Sticker, en «El Celibato Eclesiástico: Historia y Fundamentos Teológicos» sostiene, luego de un profundo análisis, que “un buen número de ellos [de canonistas] es del parecer que..."'

No es una conclusión del Cardenal, sino un frase en medio de una discusión larga. La cita no responde a una doctrina general, se refiere a una opinión de buen número de canonistas medievales sobre la dispensa general de celibato a los que ya habían contraído una "obligación originada por un voto" en la Iglesia 0ccidental. No parece referirse a a quienes se ordenasen sacerdotes en el futuro.

Stickler, Alfons M. ""El celibato eclesiástico, su historia y sus fundamentos teológicos"". Scripta Theologica. Año 1994, vol. 26 (1), p. 13-78.

dadun.unav.edu/handle/10171/13014

En pp. 40-41 de la revista (28-29 del PDF), la cita en su contexto:

"De todos modos, como ya se ha dicho, no existÍa entre los canonistas medievales ninguna duda sobre la obligatoriedad, para la Iglesia occidental, de la continencia de todo el clero mayor [...].

Ninguno de los canonistas medievales dudaba, por otra parte, de que esta obligación vinculaba ilimitadamente desde el momento de su introducción. Es particularmente destacable también el hecho de que algunos glosadores hagan referencia explícita, como fuentes de la obligación de la continencia clerical, a normas meramente tradicionales, que ya existÍan antes de su prescripción legal, y a que una obligación originada por un voto no era dispensable ni siquiera por el Papa. Por este motivo se inclinaban por la teoría que ponía la causa eficiente de la obligación en una ley, pues el Papa sí podía dispensar de una ley general. De todos modos, un buen número de ellos eran de la opinión de que una dispensa de este tipo podía darse sólo en algunos casos particulares y no en general, porque eso equivaldría a la abolición de una obligación contra el status ecclesiae, cosa que ni para el Papa era posible 38".

Como dice Luis Fernando, el celibato es ley positiva de la Iglesia que podría modifcarse por el Sumo Pontífice; la conveniencia o no de tal medida es otra cuestión.

Saludos cordiales.
19/08/19 5:38 PM
  
ma. esperanza del carmen hernandez valdes
Este fin de semana, volví a enfrentar una realidad que es persistente en mi localidad, llegando a la conclusión que este periodo el enemigo tiene gran poder de manera temporal claro, una pequeña cúspide antes de su caída total.ES asi como permanesco al lado de la Siempre Virgen Maria, con Juan y Maria , viendo a Cristo agonizar y morir, llena de esperanza sin saber como todo resucitara, y el encumbramiento del enemigo, me anticipa su derrota, y la Victoria de Nuestro SR. les comparto el rezo del Jerico.ORACIONES PARA EL CERCO DE JERICÓ
CARACTERISTICAS DEL CERCO DE JERICO, En esta oración, se le permite a Dios intervenir directamente en los acontecimientos diarios de la vida del hombre, baja la Santísima Trinidad, La Sagrada Familia, los ángeles, toda la iglesia Triunfante, y la iglesia Purgante, para hacer una procesión en oración en la tierra, cambiando de manera más rápida y favorable para el mundo las dificultades diarias. Con otro tipo de oración, no se da porque Dios respeta el libre albedrio, pero en esta oración se derrumba de manera directa la acción de satanás y sus seguidores en el mundo. Esta es su finalidad. Es un permiso a la Santísima trinidad para intervenir en nuestro mundo, se debe indicar lugar, acción, y en quien se le invita a influir. Por eso se comienza diciendo por todos, en todo y en todos los lugares, recuerda que las mejores y más sabias intenciones las tienen el Sagrado Corazón de Jesús y el inmaculado Corazón de María.
Toda oración que hagáis hacedla en unión espiritual con mi Madre y mis Ángeles.
Decid: "Me uno en oración al Corazón Inmaculado de María y a los ejércitos Celestiales para repeler toda maldad de los demonios. Hago extensiva esta oración a mi familia, a mi cruz, hermanos y parientes y en general al mundo entero. Jesús, María y José sálvanos de todo mal".
Que mi paz os acompañe. Que mi Madre y mis Ángeles os asistan. La Fuerza de mi Espíritu os guíe. Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los tiempos. Soy vuestro pastor.
INTENCIONES PARA EL CERCO DE JERICO
por todos, por todo, y en todos los lugares, por las intenciones del Sagrado Corazón de Jesús, y del Inmaculado Corazón de María, (peticiones personales),por la jerarquía católica, los lugares públicos y privados de oración, los sagrarios, por los que hacemos esta oración y nuestra cruz , por nuestros familiares, bienhechores, amigos, enemigos, ahijados, por las personas a las que somos enviados a servir, por los que convivimos y laboramos, por nuestros vecinos, por todos por los que tenemos obligación de rezar, por la jerarquía católica, victimas de hechizos, brujerías, satanismo, o herejes, sacrílegos o en pecado mortal. Por nuestros hogares, lugares de trabajo, parroquias, templos de nuestra diócesis, empezando por el sagrario y la custodia permanente de Cristo Rey, catedral y templo expiatorio, por el gobierno de nuestra nación, los gobernantes, los edificios de las dependencias gubernamentales, por los lugares y las personas que hacen las leyes, por las leyes y reformas educativas, por los catequistas, catecúmenos, y los que elaboran los catecismos, seminarios y seminaristas, y sus familias, policías, presos, enfermos, sanatorios, cárceles, prostíbulos, antros, abortorios, por todos y sus familias, por todo lo que necesiten, y en todos los lugares, donde vivan, paseen o actúen. Por María Visión, ewtn, y esne.

De preferencia si se puede hablada. Se comienza cada día con la Señal de la Cruz, utilice agua exorcizada previamente obtenida con los mp3 del Padre Teo o Padre Wilson. Haga una aspersión en el lugar y persígnese con agua bendita en la punta de los dedos, y haga la Señal de la Cruz en la frente, en los labios y en el corazón y recite: "Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. Amén.
Diga con firmeza y en lo posible a viva voz el propósito de este Cerco de Jericó:
1.- La oración del Eterno Presente:
+En el Nombre del Padre y +del Hijo y+del Espíritu Santo.
Nos unimos en el Eterno Presente, en oración conjunta con la Iglesia Triunfante, Purgante y Militante; a la oración de todos los santos, rezadas a través de todos los tiempos; a la oración de los arcángeles y ángeles, principados, tronos y dominaciones, que alaban constantemente a la Santísima Trinidad; a todos los coros angélicos, legión angélica de María.
Pedimos la asistencia y la protección de la Santísima y Siempre Virgen María, de San José, de San Miguel Arcángel, San Rafael y San Gabriel, de San Benito Abad, del Santo Cura de Ars y del Santo Padre Pío. Para que por su intercesión seamos instrumentos de Nuestro Señor Jesucristo, para cumplir exitosamente el objetivo antes señalado como meta del Batallón de Jericó.
2.- Invocamos al Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu Creador y renueva la faz de la Tierra. Oh Dios que has iluminado los corazones de tus hijos, con la Luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
3.- Yo pecador.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.
4.- El Credo.
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su Único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día, resucitó de entre los muertos. Subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
5.- Petición
Rezamos este Cerco de Jericó por: (decir la intención…)
Sea quebrado, destruido todo poder de Satanás y sus ángeles apóstatas rebeldes sobre personas, familias, comunidades, seres vivos e inertes objeto del propósito de este Cerco de Jericó y por los méritos de Jesús y la Santísima Virgen María.
6.- Rosario de la Santísima Virgen (Rosario Tradicional)
Se reza el rosario con la mayor devoción y con los misterios correspondientes al día. Se especifica claramente que se reza por las intenciones del Cerco de Jericó.
Jaculatorias entre Misterios
V: María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia.
R: En la vida y en la muerte, ampáranos, ¡oh, Señora!
V: Ave María, Purísima.
R: Sin Pecado Concebida.
¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Divina Misericordia.
En las tres últimas cuentas del Rosario se reza:
+ Cuenta Nº 1
V: Virgen Purísima y Castísima, antes del Parto, haznos mansos, humildes, puros y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
V: Dios Te salve, María…
+ Cuenta Nº 2
V: Virgen Purísima y Castísima, en el Parto, haznos mansos, humildes, puros y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
V: Dios Te salve, María…
+ Cuenta Nº 3
V: Virgen Purísima y Castísima, después del Parto, haznos mansos, humildes, puros y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Dios Te salve, María…
Bajo Tu Amparo
Bajo Tu Amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que Te hacemos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh, Virgen, llena de gloria y bendición!

V: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R: Para que seamos dignos de alcanzar las Promesas y Gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria, por el Santo Padre el Papa, por sus intenciones, y para ganar las indulgencias de este Santo Rosario, aplicadas por las benditas almas del Purgatorio, especialmente por las más necesitadas.
Oración:
¡Oh, Dios! Cuyo Hijo Unigénito, por medio de Su Vida, Muerte y Resurrección, alcanzó para nosotros la Salvación eterna: Concédenos, a los que con veneración meditamos sobre estos Misterios, en el Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitar las Virtudes que ellos contienen y alcanzar las Gracias que prometen. Te Lo pedimos, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Bendita sea Tu Pureza
Bendita sea Tu Pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa Belleza. A Ti, Celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo Te ofrezco noche y día, alma vida y corazón. Míranos con compasión, no nos dejes, Madre mía, y danos Tu Santa Bendición.
En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
7.- Oración a la Sangre de Cristo y Renuncia
Señor, no quiero ser parte de nada que pueda ofenderte. Quiero ser tuyo/a, me entrego a Ti y confieso que Tú Jesús eres mi Señor. Revísteme con tu Sangre, Señor. Que tu Sangre sea barrera insuperable entre mi persona y el enemigo. Señor Jesús, que el enemigo sea sometido y se postre a los pies de tu Santa Cruz. Amén.
Señor Jesucristo, por tu Santa Cruz, por tus llagas, por tu Preciosísima Sangre, por tu Santo y gran Nombre renuncio de todo corazón:
- A Satanás, a todas sus seducciones, obras y a sus mentiras.
- A todo vicio del pecado, a toda esclavitud de los sentidos, al mal contra mí y contra mi prójimo.
- A todo espíritu de confusión, a los disturbios en mis sentimientos, a la agresividad, al odio y rencor, a la venganza y a la ira, a no creer en Dios y en su amor, a la decepción y a la desesperación.
- A todo espíritu de muerte y deseo de muerte de los demás, deseos de autoflagelación y suicidio, renuncio también a la angustia.
- Renuncio a todo espíritu de maldición, blasfemia, chismes y mentiras.
- A todo espíritu de promiscuidad, de prostitución y adulterio, a toda práctica homosexual, al vicio de la masturbación y a la excitación por la pornografía.
- A la brujería, espiritismo, adivinación, evocación de los muertos.
- A todos los espíritus que fueron evocados sobre mí o sobre mi familia.

Señor Jesús pido que rompas todo yugo hereditario que pesa sobre mí, todas las maldiciones, tendencias al mal. Que todo lo que recibí de mis antepasados sea tocado por tu sangre redentora.
Destruye, Señor, todas las consagraciones, pactos, bautismos y otras señales de consagración al espiritismo, a la magia o a cualquier secta. Renuncio a todos los beneficios o falsos beneficios obtenidos por esos medios. Un Gloria.
Oración.-
Señor Jesús, en Tu Nombre y con el poder de Tu Sangre Preciosa, sellamos toda persona, hechos o acontecimientos, a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno y en el mundo en el cual nos moveremos hoy.
Con el poder de la Sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen María, acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda la corte de Santos Ángeles.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la habitan, las personas que el Señor enviará a ella, así como los alimentos y los bienes que Él generosamente nos envía para nuestro sustento.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes y pisos; el aire que respiramos y en fe colocamos un círculo de Su Sangre alrededor de toda nuestra familia.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar este día y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia y los vehículos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar.
Señor, con Tu Sangre Preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes de nuestra patria, con el fin de que Tu paz y Tu Corazón reinen en ella.
Te agradecemos Señor por Tu Sangre y por Tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo. Amén
8.- Oración de Purificación
En el Nombre de Jesucristo, por el Poder de Dios y Su Espíritu Santo, corto de mí, de toda mi familia, de mi casa, de este lugar, cada contaminación espiritual, todos los dardos de Satanás, toda su furia contra nosotros.
Yo mando que el enemigo vaya a los pies de la Cruz de Jesús, para que Él lo juzgue. Y le prohíbo tocarme a mí y a mis hermanos, en el Nombre de Jesucristo.
Me lavo en la Preciosa Sangre de Jesús y tomo posesión de toda la armadura de Dios y que el Espíritu Santo renueve en mí toda Su Unción. Invoco la intercesión de la Virgen María, y de los Santos Ángeles de Dios en mi favor.
Renueva en mí, Señor, todo Tu Poder, para seguir haciendo Tu Santa Voluntad y alcanzar la Plenitud de Tu Espíritu Santo. Amén.

9.- Oración para romper las murallas
Jesús, rompe todos los muros de maldiciones venidas de mis antepasados hasta el día de hoy. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe todos los muros de egoísmo, de celos, de vicios, sean ellos del origen que sean. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe los muros de las peleas, contiendas, disoluciones de casamientos, de familias, de grupos parroquiales, de ministerios y de todo tipo de desunión. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe los muros de las dificultades financieras, falta de empleo, problemas en el trabajo, falta de dinero y todas las dificultades del tipo que sean. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe los muros de enfermedades, del tipo que sean, principalmente del cáncer, leucemia, depresión, SIDA, alcoholismo, drogas, prostitución, homo-sexualidad y enfermedades degenerativas. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe los muros de los malos pensamientos, iluminaciones, astucias de Satanás, en nuestra mente. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe toda acción de Satanás en nuestra vida espiritual y haz que sea totalmente renovado (a) por Tu Sangre derramada en la Cruz. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe todo ocultismo, en nuestro pasado y en la actualidad, sea este de magia, sortilegio, dependencia, pacto, entrega a entidades, sean estas del origen que sean. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe todos los muros que impiden la obra de Dios en mi vida. Te lo pedimos, Señor.
Señor, Te entrego mi vida a Ti, para que haya un nuevo Pentecostés en mí, yo creo en Tu victoria que es también la nuestra. Amén.
Oh Padre celestial en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, te pido que el poder que diste a Josué y a sus compañeros para que sean derribadas las murallas de Jericó, sea dado a mí y a los que hicieran esta oración. ¡Te lo pido Señor!
Jesús rompe las murallas de las plagas, por la boca o contaminación, en relación a nuestros antepasados y en los días de hoy. Jesús rompe todas las murallas de maldiciones venidas de nuestros antepasados y en los días de hoy. Jesús rompe todas las murallas del egoísmo, celos, vicios, de los orígenes que fueran. Jesús rompe todas las murallas de las intrigas, peleas, disoluciones de matrimonios, grupos de oración, ministerios, comunidades religiosas, y todo tipo de separaciones. Jesús rompe las murallas de las dificultades financieras, falta de empleo, falta de dinero, dificultades en los negocios, en el trabajo, y otras dificultades sean cuales fueran.
Jesús rompe las murallas de las enfermedades sean ellas cuales fueran, principalmente el cáncer, la leucemia y toda enfermedad de la sangre, de los huesos, de la piel, la depresión, VIH, alcoholismo, drogas, prostitución, y homosexualismo.
Jesús rompe las murallas de los malos pensamientos, iluminaciones y astucias de Satanás de todos los orígenes de nuestra mente. Jesús rompe toda acción de Satanás en nuestra vida espiritual, y haz que seamos totalmente renovados por Tu Sangre derramada en la Cruz. Jesús rompe todo ocultismo en nuestro pasado y ahora, sea magia, sortilegio, control mental, hechicería, dependencia, pacto, curanderismo, adivinación, trabajos hechos con la llamada santa muerte, entrega o transferencia a alguna entidad sea del origen que fueran.

En tu Nombre, Señor Jesús, reclamo ahora toda propiedad física o psíquica que haya sido puesta bajo el poder del enemigo y te pido que sea restituida totalmente bajo tu Señorío, Jesucristo.
Jesús rompe las murallas que impiden la obra de Dios en nuestras vidas. Señor te entregamos nuestras vidas a Ti para que haya un nuevo Pentecostés en nosotros y acreditemos tu victoria que también es nuestra. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).
Diga con firmeza y en lo posible a viva voz
el propósito de este Cerco de Jericó:
El objetivo a combatir les será dado oportunamente por los coordinadores, para que todo el ejército rece durante los 7 días por el mismo propósito.
10.- Lectura Orada: Josué 6, 1-20 (el último día será orado 7 veces)
Jericó estaba bien cerrada y puestos sus cerrojos por miedo a los israelitas: nadie salía ni entraba.
Yahveh dijo a Josué: «Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a su rey. Vosotros, valientes guerreros, todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, (dando una vuelta alrededor). Así harás durante seis días.
Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo día daréis la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes tocarán las trompetas).
Cuando el cuerno de carnero suene (cuando oigáis la voz de la trompeta), todo el pueblo prorrumpirá en un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará al asalto cada uno por frente a sí.» Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: «Tomad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh.»
Al pueblo le dijo: «Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca de Yahveh.»
(Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo). Siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante de Yahveh pasaron y tocaron las trompetas; el arca de la alianza de Yahveh iba tras ellos; la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia marchaba detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas.
Josué había dado esta orden al pueblo: «No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces (que no salga ni una palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: "Gritad." Entonces gritaréis.»
Hizo que el arca de Yahveh diera la vuelta a la ciudad (rodeándola una vez); luego volvieron al campamento, donde pasaron la noche. Josué se levantó de mañana y los sacerdotes tomaron el arca de Yahveh.
Siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh, iban caminando y tocando las trompetas según caminaban. La vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia detrás del arca de Yahveh, desfilando al son de las trompetas.
Dieron (el segundo día) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Se hizo lo mismo los seis días.
El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.)
La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: «¡Lanzad el grito de guerra, porque Yahveh os ha entregado la ciudad!»
«La ciudad será consagrada como anatema a Yahveh con todo lo que haya en ella; únicamente, Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos.
Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la codicia, con algo de lo que es anatema, porque convertiréis en anatema todo el campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia.
Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, están consagrados a Yahveh: ingresarán en su tesoro.» El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz de la trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de ella. Un Gloria.
11.- Efesios 6, 10-20
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.

Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, del cual yo soy embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de él, como debo hacerlo.
12.- Salmo 91
Tú que vives bajo la protección del Dios Altísimo y moras a la sombra del Dios Omnipotente, di al Señor: "Eres mí fortaleza y mí refugio, eres mi Dios en quien confió". Pues Él te librará de la red del cazador, de la peste mortal; te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas. Su lealtad será para ti escudo y armadura.
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela en el día, ni a la peste que avanza en las tinieblas, ni al azote que asola el mediodía. Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra; a ti no te alcanzarán. Te bastará abrir los ojos, y verás que los malvados reciben su merecido, ya que has puesto tu refugio en el Señor y tu cobijo en el Altísimo.
A ti no te alcanzará la desgracia Ni la plaga llegará a tu tienda, pues Él ordenó a sus santos ángeles que te guardarán en todos tus caminos, que te llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece con piedra alguna, andarás sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.
Porque Él se ha unido a mí yo lo libraré, Lo protegeré pues conoce mí nombre; si me llama, yo le responderé, estaré con Él en la desgracia. Lo libraré y lo llenaré de honores, le daré una larga vida, le haré gozar de mí salvación.


13.- Oramos: El Magníficat (Lc. 1, 46-55)
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la humildad de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre». Un Gloria.
14.- Salmo 67
¡Se alza el Señor! Sus enemigos se dispersan y sus adversarios huyen delante de Él. Tú los disipas como se disipa el humo; como se derrite la cera ante el fuego, así desaparecen los impíos delante del Señor.
Pero los justos se regocijan, gritan de gozo delante del Señor y se llenan de alegría.
¡Canten al Señor, entonen un himno a su Nombre! ¡Ábranle paso al que cabalga sobre las nubes! Su Nombre es “el Señor”: ¡griten de alegría en su presencia!
El Señor en su santa Morada es padre de los huérfanos y defensor de las viudas: Él instala en un hogar a los solitarios y hace salir con felicidad a los cautivos, mientras los rebeldes habitan en un lugar desolado.
Señor, cuando saliste al frente de tu pueblo, cuando avanzabas por el desierto, tembló la tierra y el cielo dejó caer su lluvia, delante del Señor –el del Sinaí– delante del Señor, el Dios de Israel. Tú derramaste una lluvia generosa, Señor: tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste; allí se estableció tu familia, y tú, Señor, la afianzarás por tu bondad para con el pobre. ¡Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra Salvación! Él carga con nosotros día tras día; él es el Dios que nos salva y nos hace escapar de la muerte.
Sí, Dios aplastará la cabeza de sus enemigos, el cráneo de los que se obstinan en sus delitos.
Dice el Señor: “Los traeré de Basan, los traeré desde los abismos del mar, para que hundas tus pies en la sangre del enemigo y la lengua de tus perros también tenga su parte".
¡Canten al Señor, reinos de la tierra, entonen un himno al Señor, al que cabalga por el cielo, por el cielo antiquísimo! Él hace oír su voz poderosa, ¡reconozcan el poder del Señor! Su majestad brilla sobre Israel y su poder, sobre las nubes.
Tú eres temible, Señor, desde tus santuarios. El Dios de Israel concede a su pueblo el poder y la fuerza. ¡Bendito sea Dios!. (Gloria).
15.- Oración de liberación
Sea destruido, exterminado, neutralizado, el poder del príncipe de las tinieblas que viene persiguiendo, perjudicando, esclavizando, dominando esas personas, deseando su ruina espiritual, material, sembrando odio, orgullo, discordia, envidia, celos, y heridas. Sea destruido y exterminado, neutralizado todo espíritu de desunión en los hogares de estas personas que viene provocando discordias , odio, heridas, desentendimiento, orgullo, chisme, difamación, maldición, juicios. Sea también quemado, destruido, deshecho todo y cualquier trabajo escrito, hecho contra estas personas.

Sea también quemado y destruido todo su conocimiento anterior y actual con espiritismo , ocultismo, quimbandas, umbandas, control mental, rosacruces, masonería, mensana, ocultismo, y todo tipo de supersticiones. Sea también quemado y destruido, exterminado y eliminado todo tipo de molestias corporales y mentales, físicas y espirituales, opresión, persecución diabólica sobre nosotros y nuestras familias. Sea destruido, aniquilado, quemado, neutralizando todo el poder del príncipe del mundo sobre nosotros que viene provocando discordia, opresión, tristeza, depresión, angustia, soledad, aislamiento, pánico, desánimo, envidia, odio, rebeldía, egoísmo, desentendimiento, ahora y para siempre. Un Gloria.
16.- Oración de petición a María desatadora de nudos
Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, Tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos…
(pida aquí la petición),
y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra y desata los nudos, que impiden nos unamos a Dios, para que libres de toda confusión y error, los hallemos en todas las cosas, tengamos en El puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. Amén.
17.- Alma de Cristo
Alma de Cristo santifícame, cuerpo de Cristo sálvame, sangre de Cristo embriágame, agua del costado de Cristo lávame, pasión de Cristo confórtame.
Oh mi buen Jesús óyeme, dentro de tu llagas escóndeme, no permitas que me aparte de ti, del maligno enemigo defiéndeme y en la hora de la muerte llámame y mándame ir a ti, para que con tus ángeles y santos te alabe por los siglos de los siglos, Amén.
18.- Oración a San Benito (abad)
La Cruz Sagrada sea mi luz, no sea el demonio mi guía, retírate Satanás, no me ofrezcas cosas vanas, lo que me ofreces es malo, bebe tú esos venenos. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).
19.- Oraciones a los tres Arcángeles
A.- A San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio, que Dios humille su soberbia.
Y tú príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

B.- A San Gabriel Arcángel
Ángel de la Encarnación, fiel mensajero de Dios, abre nuestros oídos para que estén atentos a las más leves advertencias o toques del Corazón amoroso de Nuestro Señor.
Permanece siempre junto a nosotros, te lo suplicamos, para que comprendamos debidamente la Palabra de Dios, la sigamos y obedezcamos y cumplamos dócilmente aquello que Dios quiere de nosotros. Haz que estemos siempre disponibles y vigilantes para que el Señor, cuando llegue, no nos encuentre dormidos.
C.- A San Rafael Arcángel
Tú, que eres lanza y bálsamo de Amor de Dios, hiere, te lo suplicamos, nuestro corazón con el Amor ardiente de Dios. Deja que nunca sane esta herida, para que perseveremos cada día en el camino de la caridad y que todo venzamos por el amor.
¡Ayúdenos santos y poderosos hermanos, siervos ante Dios!
Defiéndanos de nosotros mismos, de nuestra cobardía y tibieza, de nuestro egoísmo y ambición, de nuestra envidia y desconfianza, de nuestras ansias de riquezas, bienestar y fama.
Desátenos de las cadenas del pecado y del apego a las cosas temporales. Quítenos las vendas de los ojos que nosotros mismos nos pusimos para no tener que ver las necesidades de nuestro alrededor y poder así, tranquilamente, ocuparnos y compadecernos de nosotros mismos. Traspasen nuestro corazón con la santa ansiedad de Dios para que no dejemos de buscarlo con ardor, contrición y amor.
20.- Súplica a los Santos Ángeles:
¡Dios, Trino y Uno, Omnipotente y Eterno! Antes de acudir a tus siervos, los Santos Ángeles, para implorar su auxilio, nos postramos ante Tu Presencia y Te adoramos Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Alabado seas y glorificado por toda la eternidad!
¡Todos los ángeles y los hombres que creaste Te adoren, Te amen y Te sirvan, Dios Santo, Fuerte e Inmortal!
¡Y Tú, oh María, Reina de todos los Ángeles, acepta benigna nuestros ruegos que les dirigimos a tus siervos y preséntalos al Altísimo, Tú que eres la omnipotencia suplicante, la medianera de las gracias, a fin de que obtengamos gracia, salvación y auxilio! Amén.
21.- Levántate
Levántate oh Dios! por medio de la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María, de San Miguel, San Rafael y San Gabriel arcángeles y de todos los santos de la milicia celestial a destruir a todos los enemigos malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas, humildemente te lo pedimos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
22.- Oración para sellar la Liberación y la Sanación.
(Con el dedo pulgar de la mano derecha hacemos la señal de la cruz en la frente)
Con la Sangre preciosa de Jesús sellamos esta liberación y sanación que tú Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu, acabas de hacer en mi vida, en mi familia, en mi comunidad y en donde tu misericordia actuó, para que no vuelvan más estos males ni espíritus, ni de la misma clase, ni de naturaleza parecida.
Te rogamos, Padre Dios, que el Espíritu Santo ocupe todo nuestro ser y restaure las virtudes que estos males han destruido en nosotros.
Desata en nosotros todos los dones y frutos de tu Santo Espíritu.Envíanos tus ángeles portadores de paz, unidad, salud, protección y prosperidad.
Espíritu Santo de Dios recibe la consagración perfecta y absoluta de todo nuestro ser, de nuestras familias y comunidades.
Dígnate ser en adelante nuestro Director, nuestra Luz, nuestro Guía, nuestra Fuerza y todo el Amor de nuestros corazones. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).
23.- La Coraza de San Patricio
Me levanto hoy…Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad. Por medio de creer en sus Tres Personas. Por medio de confesar la Unidad, Del Creador de la Creación.
Me levanto hoy…Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo. Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro. Por medio de la fuerza de Su resurrección y ascensión, Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.
Me levanto hoy…Por medio de la fuerza del amor de Querubines. En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles. En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa. En oraciones de Patriarcas, en palabras de Profetas, en prédicas de Apóstoles, en inocencia de Santas Vírgenes, en obras de hombres de bien.
Me levanto hoy… Por medio del poder del cielo, Luz del sol, Esplendor del fuego, Rapidez del rayo, Ligereza del viento, Profundidad de los mares, Estabilidad de la tierra, Firmeza de la roca.
Me levanto hoy…Por medio de la fuerza de Dios que me conduce, Poder de Dios que me sostiene, Sabiduría de Dios que me guía, Mirada de Dios que me vigila, Oído de Dios que me escucha, Palabra de Dios que habla por mí, Mano de Dios que me guarda, Sendero de Dios tendido frente a mí, Escudo de Dios que me protege, Legiones de Dios para salvarme, De trampas del demonio, De tentaciones de vicios,
De cualquiera que me desee mal, Lejanos y cercanos, Solos o en multitud.
Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado, Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma, Contra conjuros de falsos profetas, Contra las negras leyes de los paganos, Contra las falsas leyes de los herejes, Contra obras y fetiches de idolatría, Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros, Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.
Cristo escúdame hoy…Contra filtros y venenos, Contra quemaduras, Contra sofocación, Contra heridas, De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo…Cristo frente a mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra, Cristo al descansar, Cristo al levantar, Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí, Cristo en la boca de todos los que hablen de mí, Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que me escucha.

Me levanto hoy…Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad, Por medio de creer en sus Tres Personas, Por medio de confesar la Unidad, Del Creador de la Creación. Rezar un Gloria.
Vuelva a decir con firmeza y en lo posible a viva voz el propósito de este Cerco de Jericó:
24.- Oración de la Coraza de la Sangre del Redentor
Oh coraza de la sangre del redentor; protégeme en todos mis caminos y batallas espirituales; cubre mis pensamientos, potencias y sentidos con tu coraza protectora; reviste mi cuerpo con tu poder.
Que los dardos incendiarios del maligno, no me toquen ni en el cuerpo, ni en el alma; que el veneno, ni el hechizo, ni el ocultismo me hagan daño; que ningún espíritu encarnado o descarnado me perturbe; que Satanás y sus huestes del mal, huyan de mí al ver la coraza de tu sangre protectora.
Libérame de todo mal y peligro gloriosa sangre del redentor, para que pueda cumplir la misión que me ha sido encomendada y dar gloria a Dios. Me consagro y te consagro mi familia voluntariamente al poder de tu sangre redentora.
“Oh mi buen Jesús, libérame a mí y a mi familia y seres queridos de todo mal y peligro.”Amén
25.- Oración Final de alabanzas y Acción de Gracias
¡Oh, Padre Celestial! En Nombre de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, Te agradezco la Fuerza y el Poder del Espíritu Santo, como Se lo diste a Josué y a sus compañeros ante las murallas de la ciudad de Jericó.
¡Te agradezco por darnos a mí y a quienes hacemos esta oración, el mismo Amor y la misma Unidad en Tu Santo Espíritu!
Gracias, Jesús, por romper todas las murallas de las maldiciones venidas de nuestros antepasados y de los días presentes.
Gracias, Jesús, por romper todas las murallas de egoísmo, envidias, tristeza, depresión, angustia, soledad, miedos, desánimo, odio, rebeldía, discordia, violencia, orgullo, mentira, intriga, juzgamiento, celos y resentimientos; sean cuales fueran sus orígenes.
Gracias, Jesús, por romper las murallas de peleas, contiendas, disoluciones de matrimonios, de familias, y de todo tipo de desunión.
Gracias Jesús, por romper las murallas de las enfermedades sean cuales fueran; principalmente de cáncer, leucemia, lupus, diabetes, SIDA, enfermedades del sistema nervioso, sistema circulatorio, sistema renal, sistema digestivo, sistema respiratorio, sistema reproductivo, de la piel, de todo tipo de molestias y dolores en el cuerpo, así como de cualquier otra enfermedad física, sea cual fuera.
Gracias, Jesús, por también romper las murallas de enfermedades como depresión, dependencias de vicios, alcohol, drogas, prostitución, homosexualismo, enfermedades de la mente, del alma y del espíritu.
Gracias, Jesús, por romper las murallas de las dificultades financieras, falta de empleo, dificultades en los negocios, dificultades en el trabajo, falta de dinero, y otras dificultades materiales; sean cuales fueran.
Gracias, Jesús, por romper todo ocultismo pasado y presente, sea de magia, sortilegio, dependencia, pacto, o de entrega con entidades; sean los orígenes que fueran.
Gracias, Jesús, por romper las murallas de los malos pensamientos, malas pasiones, y de las injurias de Satanás, originados en nuestra mente.
Gracias, Jesús, por romper, derribar, destruir, arrasar y anular toda acción de Satanás y de los ángeles caídos en nuestra vida. Te Damos las gracias por renovarnos totalmente en Tu Preciosísima Sangre y en Tus Llagas.
Gracias, Jesús, nuestro Único Señor y Rey, por Romper y Derribar todas las murallas que impidan se realice la obra de Dios en nuestra vida.
Te agradecemos por este Nuevo Pentecostés en nosotros, creemos en Tu Victoria, que es nuestra.
Como María, y con María, nuestra Madre Santísima, Te entregamos nuestras vidas por completo para que Tú, Señor, seas eternamente, Adorado, Exaltado y Glorificado.
¡Como Uno, nos unimos en el Amor y la Paz; al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!
¡Amén!
19/08/19 6:19 PM
  
Jordi
Monte Gurugú:... el celibato es ley positiva de la Iglesia que podría modifcarse por el Sumo Pontífice; la conveniencia o no de tal medida es otra cuestión... Yo no estoy de acuerdo. Por lo leído, el celibato es absolutamente inmodificable por siempre jamás para todos, absolutamente todos sin excepción, los seminaristas de estatuto personal latino (Iglesia latina u occidental). Cabe la dispensa, sólo única y exclusivamente para la primera generación, si es un sacerdote anglicano, por razón del estatuto personal anglicano. Quizás podría extenderse a los Pastores de estatuto personal luterano, presbiteriano... Por razones históricas, los católicos de estatuto personal Oriental-Ortodoxo, gozaron del privilegio de extender la dispensa del celibato más allá de la primera generación de sacerdotes, como un favor que se hizo a los católicos del cisma de 1054. ..... El sacerdocio exclusivo para los hombres con celibato obligatorio para los de rito latino y con el deber de ser viri theologicus (con estudios sacerdotales y vida en seminario durante años), procede de la Jesús-Sacerdote eterno, único y santo. En la Ultima Cena, Cristo instituyó los sacramentos, del Sacrificio Eucarístico y del Sacerdocio de la Nueva Alianza, ambos entrelazados, relacionando el celibato y virginidad de Jesús-Sacerdote con el casto matrimonio de José y María. En el sacramento eucarístico, cuando Cristo entrega a los Apóstoles la patena con su propio Cuerpo bajo la especie de pan, implica que Cristo recibe su Cuerpo de su Madre Virgen Inmaculada, como Hijo de Dios. Cuando Cristo entrega a los Apóstoles el Cáliz de su propia Sangre bajo la especie de vino, es la Sangre que animaba el Cuerpo de Cristo recibido de la Virgen Madre. Esta Sangre debía ser derramada para llevar a cabo el misterio de la Redención, para que el Cuerpo recibido de la Madre pudiese ser sacramento de vida eterna. Puede verse el argumento en la Audiencia General de Juan Pablo II del 17 de julio de 1993. ..... Por tanto, la Iglesia Latina tiene un grado superior de conocimiento de la verdad irreformable del celibato sacerdotal obligatorio por siempre, que procede de la Tradición, respecto de la Iglesia Oriental, más atrasada y rezagada. ...... Es un gravísimo error decir que el celibato obligatorio sacerdotal es sólo disciplinario, como si fuera un interruptor sometido al capricho pontificio o conciliar: - Ahora sí, ahora no, ahora lo cierro, ahora lo apago, ahora a medias, quiero, no quiero, sí es no pero no es sí... Con semejante concepción de sacerdocio velibatario obligatorio, se comete una gravíssima injusticia con millones de sacerdotes de ayer y hoy: - Ahora resulta que eso de que los curas podemos casarnos depende del antojo, gusto, deseo, manía, voluntad, querencia, afición, arbitrariedad, extravagancia, desvarío fantasía, ocurrencia e inspiración de un Papa por qué sí. Un Papa caprichoso puede decir que todos nos podemos casar, luego lo restringe a los seminaristas, después lo limita a los Pastores procedentes del protestantismo, y al final, lo vuelve a prohibir. ..... La idea de que el Papa puede por caprichito que los curas sean casados o solteros, hace además un daño tremendo por parte de la Iglesia fiel y sana frente a la falsa, negra, demoníaca y apostatica Iglesia, en la cuestión del Sínodo del Amazonas y Alemania. ..... Conclusión: Juan Pablo II estableció que sólo en la Iglesia Latina está la verdad del irreversible e irreformable sacerdocio celibatario obligatorio, y que la dispensa se hace para la primera generación de católicos procedentes del anglicanismo... Por ello, es ilícito e inválido el sacerdocio de laicos viri probati casados del Sínodo del Amazones y de Alemania, y si se aprobara, serían falsos sacerdotes que no consagran, y por ello, es causa de cisma en la Iglesia por ir contra la Sagrada Tradición. Basta ya, no pasarán.
19/08/19 11:01 PM
  
Monte Gurugú
Jordi:

Los obispos católicos de ritos orientales son tan católicos como los del rito latino, y ordenan a hombres casados con asiduidad. Independientemente de cuál sea el origen de tal disposición, esos son verdaderos sacerdotes.

La alocución de Juan Pablo II de 1993 que cita Ud. está aquí:

w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1993/documents/hf_jp-ii_aud_19930717.html

Esas mismas razones, más extensas, se recogen en el documento de 2007 de la Congregación para el Clero:

REFLEXIONES DEL CARDENAL CLAÚDIO HUMMES CON MOTIVO DEL XL ANIVERSARIO DE LA CARTA ENCÍCLICA «SACERDOTALIS CAELIBATUS» DEL PAPA PABLO VI
La importancia del celibato sacerdotal

www.vatican.va/roman_curia/congregations/cclergy/documents/rc_con_cclergy_doc_20070224_hummes-sacerdotalis_sp.html

que hace referencia a esa encíclica de Pablo VI:

w2.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_24061967_sacerdotalis.html

Y cita el decreto Presbyterorum Ordinis del Vaticano II:

www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.html

En los dos primeros documentos que he nombrado se cita el punto 17. del Presbyterorum Ordinis

"17. Ciertamente, como ha declarado el Sagrado Concilio Ecuménico Vaticano II, la virginidad «no es exigida por la naturaleza misma del sacerdocio, como aparece por la práctica de la Iglesia primitiva y por la tradición de las Iglesias Orientales»[4], pero el mismo sagrado concilio no ha dudado confirmar solemnemente la antigua, sagrada y providencial ley vigente del celibato sacerdotal, exponiendo también los motivos que la justifican para todos los que saben apreciar con espíritu de fe y con íntimo y generoso fervor los dones divinos".

Se embala Vd. diciendo:

"Es un gravísimo error decir que el celibato obligatorio sacerdotal es sólo disciplinario, como si fuera un interruptor sometido al capricho pontificio o conciliar".

Yo no he afirmado tal cosa. No digo nada contra la conveniencia general del celibato sacerdotal, que reconozco y agradezco.

Pero construir un hombre de paja, como hace Vd. al hablar de "caprichito", "interruptor", etc. y dicendo "es ilícito e inválido el sacerdocio de laicos viri probati casados" (si se aprobase)... eso sí que es peliagudo.

Si el papa aprueba la ordenación de varones casados para la Iglesia latina en determinadas circunstancias, tales ordenaciones serán legítivas y válidas. Negarlo sí que paraece ser "causa de cisma en la Iglesia por ir contra la Sagrada Tradición", como dice Ud.

No haré más comentarios. Saludos cordiales.
20/08/19 12:59 AM
  
Tulkas
La ordenación de varones casados no viudos ha dejado de ser excepcional también en la Iglesia Latina, aunque es infrecuente: procedentes del anglicanismo o del protestantismo.

El celibato es un bien para el célibe, pero para la Iglesia es sólo un bien accidental.

Si la Iglesia volviese a tener la intención de primoducir conversiones numerosas de clérigos anglicanos o protestantes, como en Inglaterra en el XIX, veríamos un panorama diferente.

Pero claro, eso de traer hombres a Cristo es “proselitismo”.
20/08/19 3:26 AM
  
Tulkas
Conviene NO desligar el celibato de las “comunidades presbiterales” reunidas alrededor del obispo u obispos, tan frecuentes a lo largo de la historia y tan poco frecuentes actualmente.

El celibato tiene una dimensión de vida comunitaria que no puede y no debe obviarse, y se olvida muy frecuentemwnte.
20/08/19 3:31 AM
  
José Luis (OFS)
En esta entrevista se puede aprender muchas cosas buenas, en defensa del celibato, la castidad una perla preciosa, que el alma debe custodiar, no ponerla en peligro. Pues muchos ha perdido esta perla, y no se han preocupado en recuperarla, y les han ido de mal en peor.

Ser célibe por el amor a Cristo y por el Reino de los cielos, es un don de Dios, pero no todos comprenden este regalo de Dios.
Para los que buscan un camino de más perfección, tenemos estas palabras del Señor.-

Hoy día, son muchos los que se oponen al celibato, pero es que resulta que es un don de Dios, y no todo el mundo son capaces de llevarlo a la práctica. Los tibios se imaginan, --Se puede cambiar la opción del celibato, para que los sacerdotes o religiosos, puedan contraer matrimonio”, no está de acuerdo Juan Pablo II, y de las personas consagradas, que habían prometido a Dios, fidelidad, castidad, cuando se familiarizan con mujeres, terminan perdiendo completamente la fe, se casan, y creyendo haber encontrado: “el amor de su vida”, renunciar al verdadero amor de Dios, resulta, que no son felices. Para nada.

• Jesús le dijo: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.» (Lc 9, 62)
• «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. » (Mt. 10, 37- 38); Mc 10, 29-30).
• «Este hombre comenzó a edificar y no pudo terminar» (San Lucas 14,30) Había comenzado por una vocación, poner la mano en el arado, la renuncia al mundo, a las concupiscencias, pero la tibieza le dominó, hasta separarle de Dios. Su amor a Dios se desvaneció, por amor a la criatura, al margen de las enseñanzas de Cristo Jesús.
• Algunas veces he leído, y oído, “si yo naciera de nuevo, me haría sacerdote”.

Tanto es el amor al mundo, que ya algunos están desafiando a Dios, para cambiar las enseñanzas de Jesús, lo están haciendo, pero ya están avisados, no son aptos para el Reino de los cielos.

Para saber más:

• « El celibato sacerdotal y la virginidad consagrada son signo luminoso de esta caridad pastoral y de un corazón indiviso. En el himno de san Ambrosio hemos cantado: «Si en ti nace el Hijo de Dios, conservas la vida inocente». «Acoger a Cristo» —«Christum suscipere»— es un tema que vuelve a menudo en la predicación del santo obispo de Milán; cito un pasaje de su Comentario a san Lucas: «Quien acoge a Cristo en la intimidad de su casa se sacia con las alegrías más grandes» (de la homilía del Santo Padre Benedicto XVI, Sábado 2 de junio de 2012)

Viviendo en castidad se puede caminar con Cristo sin perderle de vista, pues Él ha vencido al mundo, y nosotros en Él, también vencemos, porque el Señor debe serlo todo para nosotros. Que solamente es el Señor quien nos da fuerza para ello, se ve las cosas más claras. Pero el que vive en la oscuridad, en las tinieblas, desea satisfacer sus concupiscencias ya anda perdido.

San Juan Pablo II también dedicó en algunas de sus catequesis, los valores de la castidad, el celibato por el Reino de los cielos,

Tenemos tambien:
_________________
• Pío XII, «Sacra Virginidad» Carta encíclica. (25 de marzo de 1954)
_________________

Ya terminando, pues para permanecer en unión con Cristo, debe el alma, ser fiel a la llamada del Señor. Pues romper con la promesa dada al Señor, los votos pobreza, castidad, obediencia. Especialmente es la obediencia a la Voluntad de Dios, no se puede obedecer si en algo nos manda nuestros superiores, que está contra la Voluntad de Dios, pues hay obediencia que arrastra a la corrupción del pecado, y que debemos rechazar este tipo de obediencia, y hay obediencia que no es pecado y necesitamos obedecer como al mismo Cristo Jesús para salvarnos.

Siempre a mayor gloria y alabanza a Yahvé nuestro Señor, y Salvador Jesucristo.
20/08/19 6:13 AM
  
Luis Piqué Muñoz
Los dogmas, aparte del Credo, son contados. La Doctrina, Magisterio y Tradición milenaria de la Iglesia no puede ser cambiada y permanece Eternamente. Es verdad, como insiste un Amigo mío Santo ¡pero herético! ¡Ay! el Papa ata y desata ¡Pero hasta San Juan Pablo II ¡y sobretodo este errático y confuso Francisco I, quizá Santo pese a todo! se había mantenido incólume la Doctrina de la Iglesia sin cambiar una Coma ¡pues un Papa no puede desatar lo que otro antes ha atado legítimamente, justamente! Lo de ata y desata no es sólo para el útlimo Papa ¡el Afán de Novedades! sino para todos. Además, en el Evangelio se habla también de los discípulos que atan y desatan ¡así que lo que Importa es defender la Verdad, a Cristo, por encima de jerarquías! El sacerdote, con la Sagrada Eucaristía y Perdón de los Pecados, es otro Cristo, un ser divino, celestial, no tiene por encima más que a Dios, Cristo ¡como Bien dice es más Importante incluso que los Angeles y la Santísima Virgen, ya está en el Cielo con ellos al ordenarse Sacerdote aunque permanezca en la Tierra, y es amado apasionadamente por Dios como su Elegido! La Pureza ¡la Purísima! es una Virtud esencial y necesaria ¡dulcísima y Bellísima! sólo la Supera el Amor, la Caridad y la Humildad ¡pero quizá sea la Más Tanscendental pues eleva de tal manera el Alma, el Espíritu, que el Gozo del Espíritu Santo sólo lo alcanzan los limpios de Corazón ¡la Purísima! es Amor Puro angelical, virginal, a Dios y a los Hombres! ¡necesario para los purísimos sacerdotes que sin esa maravillosa Virtud ya no recibirían la ordenación auténtica sino rebajada, falseada¡ ¡sus Manos divinas ya no estarían Limpias ¡Puras! para levantar la Hostia y Perdonar! ¡Viva la Pureza! ¡Viva la Virgen! ¡Viva Dios!
20/08/19 6:26 PM
  
Jordi
Monte Gurugú, ante la gravedad de la situación, y viendo que hay católicos que saben incompletamente, voy a argumentarlo in extenso, pues se debe de entender la idea básica fundamental, que es a vida o muerte, para mí, para tí y para la Iglesia dentro ya de 60 días, con motivo del Sínodo del Amazonas:


1. Un Papa nunca jamás, NUNCA JAMÁS, puede cambiar la disciplina del celibato en la Iglesia Latina porque es una TRADICIÓN apostólica, y por ello, es una verdad de la Revelación Divina, pues la Tradición es Revelación, primero porque el presbítero es imagen de Jesús uno, santo y eterno Sacerdote, segundo porque es nacido de María Virgen, célibe, continente y casta que le dio su Cuerpo y Sangre, tercero porque tuvo por padre al casto, célibe, virgen y continente José, y cuarto tal como dijo Brandmüller aquí en Infocatólica (¡léanselo los de la Iglesia mala!):

"RESPUESTA DEL CARDENAL AL HISTORIADOR WOLF SOBRE EL CELIBATO SACERDOTAL

Cardenal Brandmüller: el Sínodo para la Amazonia es una estratagema para la «reestructuración radical» de la Iglesia".

«Si [el celibato] cae», explica, «entonces la Iglesia también está terminada, como ya habían dicho los enemigos de la Iglesia a finales del siglo XIX»

«Debe quedar claro que el celibato obligatorio para los candidatos a la ordenación no se basa simplemente en una ley de la Iglesia, que podría ser omitida o modificada por un acto jurídico por parte del Papa o un Concilio»

«el celibato es una parte genuina de la tradición apostólica». La tradición, agrega, es «aquello que los apóstoles, por tradición oral, con el ejemplo y mediante sus enseñanzas han transmitido lo que han recibido directamente del mismo Cristo, al tratar con Él, y a través de Su propio trabajo, o lo que han aprendido bajo la inspiración del Espíritu Santo».

«Esta tradición, agrega el prelado, «tiene la misma naturaleza vinculante que la Sagrada Escritura. Ambos contienen la Revelación Divina»


2. Un Papa sí puede cambiar la disciplina del celibato opcional en las Iglesia orientales, pues éstas están atrasadas y obsoletas en el reconocimiento de la verdad del celibato obligatorio sacerdotal... y espero que lo haga pronto, eliminando definitivamente el primitivo, desfasado y anacrónico matrimonio sacerdotal facultativo, privilegio dado en el cisma 1054 para los católicos orientales que querían pertenecer a Roma.


3. Un Papa sí puede cambiar la disciplina del celibato en la Iglesia Latina, y sólo mediante dispensa por una sola generación, para los pastores provenientes del protestantismo, como pasa con el ordinariato anglicano. Los sacerdotes que se han casado no pueden ser dispensados de ninguna de las maneras, han de asumir su actual condición de casados cuidando sus hijos si los tienen: el cuidado de la familia parroquial, para los curas célibes y no casados.


4. El Papa Francisco, vulnera la verdad procedente de la Tradición apostólica, quiere cambiar la disciplina del celibato en la Iglesia Latina mediante el Sínodo del Amazonas y Alemania, entre otros cambios de fe, moral, liturgia y eclesiología.


5. Es un total error, gravísimo, decir que un Papa puede cambiar la disciplina del celibato en la Iglesia Latina (pero sí puede hacerlo en la Iglesia oriental, aboliéndolo irreversiblemente). Ello da a entender que el celibato obligatorio NO ES TRADICIONAL Y QUE NO PROCEDE DE LA REVELACIÓN DIVINA. Y que cualquier Papa o Concilio puede cambiar como quiera el celibato por puro y auténtico capricho personal, sin base en la Tradición, que es Revelación divina, por mera conveniencia u oportunidad. El Papa o el Concilio toma el puesto de Jesús, y eso es inválido de radice.


6. O la sana Iglesia tiene claro, clarísimo, totalmente y plenamente, que el celibato obligatorio procede de la Tradición y de la Revelación divina, o la Iglesia está perdida del todo y condenada a muerte. Y no será por culpa de los malos, sino de la ignorancia de los buenos.


7. Lo que viene es terrible:

a) Primero, el apostático sínodo de Amazonas derogará el celibato obligatorio para un territorio (Amazonas) y para unas personas (mayores de 50 años, laicos casados, boni viri probati).

b) Luego -atentos a lo que digo-, cuando estos curas-laicos casados se divorcien, entonces interviene Amoris laetitia: los curas podrán divorciarse y recasarse teniendo relaciones sexuales con su nueva mujer, teniendo nuevos hijos, por el hecho de ofrecer una atenuante moral a su daño adulterino.

c) Y si hay algún cura que tenga relaciones homosexuales, entonces entra Amoris laetitia por analogía, y si hay una atenuante moral, entonces esta relación homosexual es lícita y moral, y tendrán un cura homosexual declarado explícitamente, e incluso casado por esta modalidad.


8. Y ello es y será así, porque Amoris laetitia es una bomba atómica contra la moral católica como dijo Seifert.

En efecto -y vuelvan a estar atentos, por favor-, Amoris laetitia destruye totalmente la moral católica de los actos intrinsece malum per se semper et pro semper in omnibus locis (homosexualidad, adulterio), que están (tomen nota los de la Iglesia malvada) explicados en [1], y que lo sustituye (vuelvan a tomar nota) por el principio moral luterano de los actos bonum imperfectum et incompletum, por el que un acto intrinsece malum (homosexualidad, adulterio) es un bonum imperfectum porque contiene una serie de bienes parciales que son moralmente buenos.

Por ejemplo, un matrimonio homosexual u adulterino se convierte de intrinsece malum a bonum incompletum porque tiene en la parte subjetiva del acto moral (culpa, imputabilidad, responsabilidad) una atenuante o una justificación suficiente, en forma de bienes que son bondades parciales:

a) hay un cuidado mutuo
b) hay fidelidad
c) hay respeto
d) hay educación y cuidado de los hijos
e) hay ayuda
f) hay asistencia


10. Lo repito: la Iglesia sana debe de comprender que el celibato obligatorio en la Iglesia Latina, como dice Brandmüller, es una verdad que procede de la Revelación Divina a través de la Tradición Apostólica, que el celibato obligatorio en la Iglesia Latina NUNCA JAMÁS puede ser derogado ni por el Papa ni por los Concilios BAJO NINGUNA RAZÓN (y si lo hace es inválido), excepto la dispensa por una generación porque el pastor procede de una comunidad evangélica cismática, que el celibato optativo en la Iglesia oriental sí puede ser abolido definitivamente por el Papa y esta abolición es definitiva e irrevocable.

O la Iglesia sana comprende esto, o la Iglesia mala nos va a ganar definitivamente en el Sínodo del Amazonas y de Alemania por pura y simple ignorancia. De ninguna manera, a estas alturas, se puede ir diciendo que el celibato obligatorio es una ley eclesiástica modificable al antojo del Papa o del Concilio: "Hoy sí, mañana no, pasado mañana sí para unas cosas, no para otras". Eso es suicida hoy en día, es liquidar a la Iglesia, y es dar argumentos a la Iglesia mala, como dice Brandmüller... y puede pasar este Octubre...


11. Y como dijo Müller

- Eminencia, una última cosa, a menudo se refiere Usted a “ellos” que quieren cambiar la Iglesia. ¿Pero quiénes son estos “ellos”?

- No depende de una sola persona o de un grupo específico de personas. Es un sistema, un pensamiento en el que, por ejemplo, participan quienes dirigen al Sínodo. Los que se quieren adaptar al mundo: el matrimonio, el celibato, las mujeres sacerdotes, todo debe cambiarse en la convicción de que así habrá una nueva primavera de la Iglesia. Como si no bastará el ejemplo de los protestantes para desmentir esta ilusión. No ven que, en cambio, destruyen la Iglesia, son como los ciegos que caen en el pozo. Pero si alguien dice algo, queda inmediatamente marginado, calificado como enemigo del Papa.


12. Conclusión: el celibato obligatorio en la Iglesia Latina es indisponible e irreformable para el Papa y el Concilio. Si se reforma, es un acto inválido contra la Sagrada Tradición que procede de la Divina Revelación. No se debe de obedecer nunca jamás.

......

[1] Francisco aprobó la herejía, entre otras, de la comunión y absolución de adúlteros atenuados en el Capítulo VIII de Amoris laetitia, n. 305, notas 336 y 351, contradiciendo el Catecismo en sus numerales 1650 y 1665 del Catecismo: los adúlteros no pueden comulgar; el n. 1756: el adulterio es un intrinsece malum per se semper et pro semper in omnibus locis (Gaudium et spes n. 27, Veritatis splendor nn. 79-83 y 95-97); el n. 2381: el adulterio es injusto; los nn. 2384 y 2400: el divorcio es una ofensa grave a la ley natural; el n. 2528: el que desea a una mujer, comete adulterio de corazón. También viola el Código de Derecho Canónico en sus cánones 915 y 916: sin comunión si hay perseverancia en el pecado grave manifiesto; deber de previa confesión.

Amoris laetitia DEBE DE IMPLEMENTARSE con el Rescriptum ex audientia SS.MI. (firmado el 5 de junio 2017, publicado en el AAS de 7 octubre 2016), por el que se eleva la herejía a Magisterio Auténtico, amparado por los cánones 752 (deber de asentimiento religioso del entendimiento y voluntad, sin que llegue a ser de fe) y 1371 (sanción de pena justa contra quien rechaza pertinazmente el Magisterio Auténtico: EXCOMUNIÓN, SUSPENSIÓN, ENTREDICHO) del Código de Derecho Canónico.

Hoy, este Rescripto está suspendido en su ejecutividad "erga omnes", pero esto pende como la Espada de Damocles: un día menos pensado, se dirá: "U obedecéis, o se os excomulga". Y entonces, ¿qué hará la Iglesia sana? ¿llorar como niñas y obedecer al Papa, aún sabiendo que es una herejía, pero engañarse diciéndose "obedecer es no equivocarse"?.

La Iglesia se muere por falta de conocimiento...
21/08/19 1:53 AM
  
Jordi
OBISPOS CASADOS

Una última cuestión, cuando la Iglesia tenga asumido que los curas pueden casarse, y también divorciarse y recasarse con una nueva mujer conviviendo more uxorio (relaciones sexuales) con anticonceptivos, esterelización, aborto y reproducción asistida (el principio del bonum imperfectum et incompletum de Amoris laetitia se aplicará a Humanae vitae), entonces plantearán los obispos casados (y divorciados recasados con relaciones sexuales, anticonceptivos, etc.).

Los obispos casados serán argumentados con más éxito aún si cabe que el sacerdocio con celibato optativo, pues los obispos casados se encuentran en la Escritura:

“pero es preciso que el Obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, cortés, hospitalario, capaz de enseñar” 1 Timoteo 3,2

Entonces habrá otra polémica, y si la Iglesia fiel y sana no ha sabido hoy defender el celibato obligatorio de los presbíteros, menos sabrá defender el celibato obligatorio de los obispos teniendo a I Timoteo 3, 2. Obispos y sacerdotes van de la mano...

......

Y es que la indisolubilidad del matrimonio y el celibato obligatorio de los presbíteros y obispos van de la mano, y por eso, Amoris laetitia y el Sínodo de las Amazonas y los Amazonos también va tomados de las manos, en coordinación.

Y lo mismo el sacerdocio reservado sólo para hombres aptos: diáconos, presbíteros y obispos.

Y lo mismo pasa con el matrimonio entre un hombre y una mujer y el sacerdocio y obispado sólo para hombres. Y también el matrimonio homosexual y el sacerdocio femenino, sus antagónicos...

Y lo mismo la prohibición de anticonceptivos, esterelización y aborto en el matrimonio, y de otro lado, el celibato, continencia y castidad del sacerdocio. La fecundidad biológica y espiritual del matrimonio y los sacerdotes es imprescindible.

Y como dijo Fátima, la última batalla de satanás será contra la familia y el matrimonio... y por lo que se ve, también contra el sacerdocio, la eucaristía y la confesión...

No he visto en la Historia tal virulencia contra la Iglesia católica por parte del pecado interior de la misma Iglesia...
21/08/19 3:40 AM
  
Tulkas
Jordi:

Lo que se niega es que el celibato sea intrínseco al Sacramento del Orden, porque ls Iglesia PUEDE ORDENAR VÁLIDAMENTE a hombres casados, pero no a mujeres, por ejemplo.

Lo que yo creo es que sacramentalidad del orden implica el ejercicio de la función. Sería absurdo ordenar a un varón para que no ejerza el sacerdocio.
El Matrimonio pone un obstáculo muy muy muy grave al ejercicio del Sacramento del Orden, y en este sentido, lo merma o impide su plena sacramentalidad.
Por lo tanto, sí, el Matrimonio en cierto modo no es compatible con la Sacramentalidad plena del Orden, que incluye su ejercicio de santificar a otros, AL MENOS en muchísimas ocasiones.
21/08/19 3:41 PM
  
Josepe
Poco se ha hablado Aquí de la dimensión pastoral del ministerio; ni de las comunidades cristianas sin eucaristía por falta de presbiteros. Tampoco de la ausencia galopante de vocaciones. Ni del "sensus fidelium" a respecto del celibato obligatorio. Ni se ha hablado de la VR, ordenes y congregaciones, monjes, etc donde el carisma abrazado es celibatario. Pero en el caso del sacerdocio ministerial, por que no aceptar un celibato opcional ?
Me temo que llegamos tarde !!!
25/08/19 6:53 PM

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