29.10.15

Clericalismo, Ralliement y la intromisión en el ámbito de lo prudencial

En el último número de la revista Verbo, como siempre muy rico y sugerente, Bernard Dumont reflexiona sobre la Doctrina Social de la Iglesia. Entre sus muchas y sugerentes apreciaciones, me ha llamado la atención lo que señala sobre la intromisión indebida del clero en ámbitos propios de las decisiones prudenciales de la autoridad civil, un fenómeno que lejos de pertenecer a un pasado muy lejano es cada vez más común y que incluso me atrevería a decir que goza de una preocupante salud. Estamos acostumbrados a denunciar lo contrario, las reiteradas intromisiones del poder político en la esfera de autoridad de la Iglesia, pero esta otra intromisión inversa, aunque no provoque habitualmente la protesta de los católicos, también existe. Intromisión clerical que es compatible con una condena formal del clericalismo e incluso con reiteradas apelaciones a la “hora de los laicos”. Así, la denuncia externa del clericalismo convive con un clericalismo real cada vez más expansivo.

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22.10.15

Católicos de Segunda División en el Sínodo

Todos estamos llamados a la SantidadSigo con mi propósito de no escribir sobre el Sínodo; me limito a leer, rezar y esperar. No me está resultando fácil. A lo que no me resisto es a hacerme eco de algunos escritos que me parecen que arrojan algo de luz a esta cuestión. Es por ello que reproduzco aquí lo que escribió George Weigel el pasado15 de octubre en el Catholic Herald, dentro de su sección “Letters from the Synod”, bajo el título“¿Católicos de segunda división?”:

“La “llamada universal a la santidad” identificada y explicada en la Constitución dogmática del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia, Lumen Gentium, es ampliamente considerada como una de las ideas más convincentes del Vaticano II. Es también uno de los pilares de lo que el Papa san Juan Pablo II llamó la “Nueva Evangelización": el redescubrimiento por parte de la Iglesia católica de sí misma como una comunidad de “discípulos misioneros” (en feliz expresión de Francisco).

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15.10.15

Un tweet del Vaticano que no entiendo

Me llega el mensaje que aquí reproduzco desde la Sala de Prensa de la Santa Sede (la que publica las noticias oficiales del Vaticano). Y por mucho que lo intento, no logro entenderlo.

No entiendo que se asuma acríticamente un neologismo, “Dorantes” (divorced remarried), que es conceptualmente engañoso y que sólo sirve para extender la confusión, al mezclar planos diferentes (matrimonio sacramental/matrimonio civil) y normalizar una situación irregular e injusta: se trata de casados sacramentalmente que han abandonado a su cónyuge, y se han divorciado y vuelto a casar civilmente, un vínculo que entre bautizados la Iglesia no reconoce.

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13.10.15

Porqué resucitar a las diaconisas no es una buena idea

Diaconisas anglicanasNo he escrito nada sobre el Sínodo de las Familias que se está desarrollando estos días en Roma. No creo que lo que pudiera escribir consiguiera tener el más mínimo impacto positivo en los asistentes al Sínodo, así que me estoy dedicando a rezar, que me parece una estrategia mucho más eficaz. No me evita unos sustos de muerte, pero al menos alimenta mi esperanza.

Pero sí quiero detenerme un momento en la argumentación que Dwight Longenecker ha escrito a propósito de la sugerencia del arzobispo Paul-Andre Durocher de Gatineau, en el Quebec, a favor de la ordenación de mujeres diaconisas. Lo que ha escrito Longenecker en Crux me ha hecho bien, me ha enseñado y lo ha hecho con argumentos sólidos y razonados.

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7.10.15

Cuando el problema es el Estado: el caso argentino

Está de moda echarle la culpa de todos nuestros males (especialmente en el ámbito económico y social, pero alcanzando casi hasta el último rincón de nuestras vidas) a una especie de espectro que emponzoñaría nuestras vidas y que recibe diversos nombres, según quien sea el denunciante: neoliberalismo, finanzas globales, capitalismo ciego, economía asesina… Por desgracia, términos todos ellos poco precisos, demasiado etéreos, válidos para soflamas, denuncias y panfletos, pero muy poco útiles para resolver los problemas a los que realmente nos enfrentamos (que sí, son graves y reales).

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