Indemnizaciones por la esclavitud: una pésima idea

Entre las ideas enloquecidas que pululan por nuestro desquiciado mundo, una francamente peligrosa es la de las peticiones para que se paguen indemnizaciones colectivas por acciones cometidas hace varios siglos. Por ejemplo, por la esclavitud.
Me imagino que no hace falta que subraye mi rechazo a la esclavitud, a rebajar a un ser humano a la categoría de objeto. Pero cuando hay quien declara que determinado país occidental debería pagar una millonada en indemnización por haberse lucrado de la esclavitud, no puedo evitar ciertas reflexiones.
Seguramente este tipo de planteamientos sólo sea posible en un mundo que ya no es cristiano. Un mundo que ha recuperado los conceptos de culpa colectiva y de culpa heredada. Igual que eres culpable por ser hombre o blanco y, en consecuencia (con independencia de tus acciones personales) eres parte del sistema patriarcal o racista, entonces si tu patria permitió la esclavitud, eres culpable sin haber hecho nada. Es una culpa que se hereda, un poco como aquellos pecados de los padres que tenían efectos no sé cuántas generaciones después y del que nos habla el evangelio (¿de quién fue la culpa de la ceguera de aquel hombre?). Una culpa, además, inextinguible, pues sabemos bien que el mundo woke no concibe el perdón.
Con esto de la responsabilidad colectiva se produce la paradoja de que el castigo, que es el pago de una indemnización, recae sobre el Estado, que ya decía Hacienda que somos todos, no solamente los descendientes de quienes se lucraron con la esclavitud. En efecto, el importe de la indemnización se socializa por la vía de los impuestos y el presupuesto del Estado. De este modo la indemnización la pagan también los descendientes de quienes combatieron la esclavitud o incluso los descendientes de los mismos esclavos. Y es que la realidad es más complicada que esa peli de buenos y malos a la que la intentan reducir. Por ejemplo, cuando quienes propugnan el pago de indemnizaciones aborda el tema de los pagos a Haití, se olvidan siempre de recordarnos que Toussaint Louverture, el héroe de la liberación haitiana, siguió teniendo esclavos propios toda la vida.
Otro tanto sucede con los receptores. ¿Quiénes calificarían para recibir esas indemnizaciones? ¿Y qué ocurre si, como es el caso en numerosas ocasiones, alguien desciende a la vez de quienes se lucraron y quienes salieron perjudicados por la esclavitud? Escribía recientemente al respecto el periodista Patrick West esta reflexión: «Mi madre es irlandesa y mi padre inglés. Entonces, ¿debo exigir una compensación por la Hambruna de la Patata o se me debe exigir que la expíe? ¿Soy una víctima o un villano?». Las últimas propuestas identifican como beneficiarios a los países de donde procedían muchos de los esclavos que acabaron en los Estados Unidos. Una idea brillante: quitar dinero de ingleses de todo tipo (incluidos los estratos más modestos) para dárselos a gobiernos corruptos con sátrapas a su cabeza. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?
Otro punto muy sospechoso: ¿por qué este tipo de reclamaciones va dirigida a países occidentales, principalmente Estados Unidos, el Reino Unido o ahora Portugal, y nunca contra, por ejemplo, los países árabes que se lucraron tanto o más con el tráfico de esclavos?
¿Y por qué acotar el problema a un periodo de tiempo y una etnia concreta y no aplicarlo a todo fenómeno esclavista?. ¿Por qué nadie reclama indemnizaciones por las prácticas esclavistas en vigor hoy en día en China? Comunidades enteras, como los uigures, se ven sometidas a trabajos forzados y se calcula que 5,8 millones de personas viven en condiciones de esclavitud en China. Por no hablar de la esclavitud en nuestra propia casa, muy relacionada con la prostitución y la trata de personas.
¿O por qué no pedir indemnizaciones a Turquía por los numerosísimos esclavos cristianos que capturó durante siglos? Entre los siglos XVI y XVII fueron capturados más esclavos europeos que esclavos negros fueron conducidos a América. Se calcula que 1,25 millones de cristianos europeos fueron sometidos a esclavitud entre 1530 y 1780 por parte de Túnez, Argel y Trípoli. Y no fue sólo un fenómeno mediterráneo: en el mar Negro, entre 1450 y 1700, fueron esclavizadas 2,5 millones de personas, capturados por los tártaros y enviados a Estambul. Por cierto, ¿dónde ponemos el límite en esto de las reclamaciones? ¿Pueden reclamar una indemnización a Italia los habitantes de Soria por lo sucedido en Numancia? Me parece que resulta obvio que es todo un sinsentido.
Lo decía al principio: seguramente será imposible evitar este tipo de desvaríos en un mundo que ha dado la espalda al mensaje del Evangelio, pero no me resigno a tragar con tanta propuesta absurda, por mucho que me arriesgue a que me llamen todo tipo de cosas poco bonitas.
8 comentarios
2)De todas formas se puede matizar que aunque penalmente las responsabilidades son individuales, cuando se trata de demandas civiles sí puede haber responsabilidades colectivas.
Y esto no es ningún invento woke sino que existe desde siempre.
Por ejemplo Alemania estuvo pagando reparaciones por la Primera Guerra Mundial hasta el año 2006 y todavía se siguen pagando indemnizaciones a las víctimas del Holocausto.
Si un funcionario o un departamento del gobierno causa un daño a una persona, el Estado (en última instancia todos los ciudadanos que pagamos impuestos) se hace responsable de pagar.
Igual pasa con un empresa que aunque unos pocos metan la pata al final pagan todos los trabajadores y accionistas.
3)No conozco casos de reivindicación de países contra otros países en el tema de la esclavitud.
Conozco peticiones en los EEUU de parte de colectivos afroamericanos contra su propio gobierno.
En ese caso algo de razón tienen porque el país legalizó la esclavitud y se benefició de la explotación laboral de la mano de obra esclava y sigue existiendo un colectivo que sigue padeciendo las consecuencias de la esclavitud.
Porque para justificar una institución tan terrible se desarrolló una ideología, el racismo.
Y aunque desapareció la esclavitud el racismo sigue existiendo.
En España no continuamos sufriendo la dominación romana o la piratería berberisca pero en EEUU las consecuencias de la esclavitud se siguen notando.
4)Por cierto, si no es evangélico una culpa penal colectiva ni la herencia de las faltas de los antepasados, entonces coincidirán conmigo en que la acusación de pueblo deicida contra los judíos que soportaron por milenios por la muerte de Jesús era injusta ¿no?
Todo esto me recuerda a esos fariseos que decían que no hubieran sido como quienes mataron a los profetas, y sin embargo organizaron todo para acabar con el Rey de Reyes, nuestro Salvador. Con sus actos demostraron que no vieron lo que tenían delante, como sus antepasados. Tenían a Dios Hijo y ni se enteraron. Quienes quieren hacer pagar por la esclavitud niegan ser los nuevos esclavistas. Y lo son. Pero ellos creen estar haciendo lo correcto. ¡Vaya, igual que los esclavistas de antaño que también se sentían en lo correcto! Quienes están aposentados en el error, no lo ven hasta que viven una conversión del corazón. Siempre es igual.
En lo que no estoy de acuerdo es en negar los dos grupos, no tanto de 'buenos' y 'malos', sino de personas que se dejan redimir y personas que no se dejan redimir, como los dos ladrones juntos a Jesús, en la crucifixión. Los redimidos no viven como los otros y viceversa. Todos conocemos personas transformadas y sus vidas no son como las de otras personas más en el fango de la corrupción.
Dios nos asista. Nos proteja del mal.
2. ¿Alguien niega que en el pecado personal va la penitencia y que tiene consecuencias en el prójimo? ¿Para qué un Juicio universal si con el Juicio personal ya sería suficiente?
3. El pecado personal no lo hereda la descendencia o generación, sino que puede tener consecuencias "espirituales y/o corporales -epigenética y/o genética". ¿Quién niega por lo corporal lo congénito en el descendendia? Pues, un cáncer puede ser heredado.
4. Luego, por qué se niega la puerta abierta en la generación -descendencia- por el motor de generación -padre- para que ataque Satanás y sus demonios a cometer el mismo pecado o 7 veces mayor.
5. La culpa de un padre -motor de generación- afecta a la unión con Dios -comunidad-, a la familia -cabeza- y al pueblo -rey-.
6. En el Bautismo se olvida con mucha frecuencia que el bautizado es hijo espiritual del bautizante (Sacerdote-Parroquia, Obispo-Diócesis). Por ello, no es lo mismo ser bautizado por un católico que por un protestante -por la intención y la formación-.
7. Claro que tiene consecuencias un mal epíscopoco en su diócesis (Ez 33): comunión a los divorciados vueltos a casar y LGTB, aborto cupichiano, Jubileo gay, bendición parejas en pecado mortal, ...; un mal padre de familia: borracho, drogadicto, adúltero, ladrón, mal gobernante, mal juez, ...; y un mal rey -gobernante o juez- pues si aprueba el divorcio o el aborto, tiene consecuencias en su comunidad o pueblo partícipe del mismo sistema normativo, donde muchos divorciados lo serán sin la culpa no heredada de aprobar el divorcio y todos los abortados sin la culpa del gobernante.
PD:
- La Misa por los difuntos sería una tontería -antepasados y Purgatorio-, por lo de las generaciones-, y el día de los Fieles difuntos también.
- El mal uso de justicia social recupera el concepto de culpa colectiva (impersonal), necesitamos una ley contra esto.
- La culpa nunca es heredada, se hereda la puerta que abre al demonio el ataque. Por ej. en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas si el Partido -padre rey- decía que de padres comunistas convencidos sus hijos nacían ya comunistas era falso porque es genético. Pero, por el pecado -Comunismo- de sus padres si podían ser comunistas y pecar como comunista por la acción del demonio por la puerta abierta a éste. ¿Alguien niega que ser del Barça no es heredado? Pues eso, será por culpa del padre -modo ironía off-.
Por tanto, el evangelio no fue el que lo propuso, ni el que lo alentó, ni el que lo aprobó. Entonces, ¿quién o quiénes acusaron alguna vez de pueblo deicida a los judíos? Porque la Iglesia Católica, como tal, no lo hizo nunca. El Concilio de Trento (siglo XVI) afirmó que "La Iglesia sostiene que es por el pecado de todos los hombres que Cristo, en su inmenso amor, se sometió a su pasión y a su muerte para que todos obtengan la salvación". Y Benedicto XVI escribió que “las palabras "Su sangre caiga sobre nosotros y nuestros hijos" (Mt 27,25) de ninguna manera pueden leerse como una incitación a oponerse a los judíos: la sangre de Jesús habla un idioma mejor que el de Abel (Heb 12, 24): no pide venganza ni reconciliación". Por lo tanto, es comprensible que la acusación de "deicidio" no encuentre justificación en las Escrituras y no pueda aplicarse a los judíos de hoy. Esta es una verdad que debe repetirse incansablemente” (cf. Jesús de Nazaret (Palabra y Silencio); Deconstruyendo el antijudaísmo cristiano, cap. 7).
Así que, aunque los judíos se habían autoacusado, el cristiano comportamiento acusador antievangélico fue de determinados individuos acusadores donde los hubo, quizá para tratar de justificar su antisemitismo o sus ilícitas acciones antijudías.
Por otra parte, ¿habrá que buscar a los descendientes de aquellos africanos que 'cazaban' a sus enemigos y los comerciaban con extranjeros?
Las generaciones actuales no deben nada a las generaciones antiguas en materia de sus costumbres y prácticas que, nuevas generaciones fueron cambiando en un progreso moral humano que hoy se pretende mercantilizar.
Confunde usted costumbre, legalidad y legitimidad.
Y son tres cosas distintas.
La esclavitud era algo acostumbrado y legal pero no legítimo.
Por ejemplo en Atenas la pederastia también era costumbre y legal pero no legítima.
Desde luego no tiene mucho sentido protestar por la esclavitud en el Egipto faraónico, pero es llamativo que en naciones civilizadas y cristianas la esclavitud fuera legal hasta la época contemporánea.
Por ejemplo EEUU (1865), Brasil (1881) y España (En Cuba hasta 1886).
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