Douthat, el CIS y el futuro de la Iglesia

La semana pasada se publicaba un barómetro del CIS que incluía información sobre el número de católicos en España. Mi colega en esta página Juanjo Romero lo ha analizado en su blog. Existen dudas razonables en cuanto a la metodología y fiabilidad de los datos concretos, pero sin duda marcan una tendencia descendente y sostenida que a nadie sorprende. Las cifras concretas pueden variar, pero cuando se señala que el 46 % de los católicos practicantes en España tiene 65 años o más, mientras que solo un 3,9 % tienen entre 18 y 24 años, las cifras no se alejan mucho (con algunas notables excepciones) de lo que cualquiera puede observar en la mayoría de las parroquias españolas.

Sobre el declive del catlicismo y sus consecuencias ha escrito precisamente un interesante artículo Ross Douthat en el último número de First Things. Obviamente hay evidentes diferencias entre la situación en España y en Estados Unidos (por ejemplo, la clasificación de los católicos que no se resignan a contemplar impávidos el declinar de la Iglesia en populistas, integristas, benedictinos y tradinistas es francamente difícil de trasladar a nuestro país), pero también compartimos algunos rasgos y creo que algunas de sus reflexiones pueden ayudarnos.

Porque la Iglesia en los Estados Unidos, si bien cuenta con islas de vitalidad, experimenta un claro declinar en su conjunto. Allí también, los asistentes a misa son un conjunto envejecido, con una caída especialmente intensa entre los más jóvenes. Allí también la escasez de seminaristas y de sacerdotes jóvenes va a provocar turbulencias grandes en los próximos años. En Estados Unidos también se vive una creciente hostilidad hacia el catolicismo que, señala Douthat, “probablemente acelerará la secularización de las instituciones educativas y sanitarias católicas” y también está por ver cuál va a ser “el impacto de la suspensión temporal de la asistencia a misa a causa de la pandemia”.

Hay un elemento propio de los Estados Unidos que nos afecta de forma muy marginal pero que recojo aquí porque me parece importante para comprender el declinar de la Iglesia: “el efecto combinado de la ralentización de la inmigración procedente de América Latina, impulsada por el descenso de las tasas de natalidad en la mayoría de los países latinos, y el auge del pentecostalismo en América Latina y en todo el Sur Global, que hará que los nuevos inmigrantes tengan más probabilidades de ser protestantes que católicos”.

Douthat completa el panorama con algunos datos más:

  • A principios de la década de 2000, había casi un millón de bautismos católicos en Estados Unidos cada año. En 2015, esa cifra se redujo a unos 700.000.
  • La proporción de católicos que se casan por la Iglesia ha descendido un 55% desde principios de los años 90.
  • Las primeras comuniones y las confirmaciones siguen un patrón similar: 1 de cada 5 católicos bautizados no recibe la Primera Comunión, 2 de cada 5 no se confirman y el 85% de los católicos confirmados ya no practican su fe a los veintiún años.

La secularización es una tendencia constante desde los años 60 y esto tiene sus consecuencias. Escribe Douthat al respecto que “desde la década de 1960, el principal dilema del catolicismo estadounidense ha sido cómo llegar a una gran población de católicos bautizados y confirmados que se han alejado de la Iglesia, y para ello ha podido contar con la lealtad étnica y cultural de muchos católicos de cuna que ya no practican la fe pero que siguen apoyando a las instituciones católicas. Ahora la Iglesia está entrando en una era muy diferente, en la que los herederos de esos católicos culturales no han sido bautizados, no han sido confirmados, no se han casado por la Iglesia y no sienten ninguna lealtad hacia la Iglesia. Ya no son católicos culturales, sino simplemente no creyentes”. Un hecho que se asemeja bastante a lo que está sucediendo también en España.

Esta situación, que con matices a veces importantes es la generalizada en todo Occidente, tiene implicaciones. Empezando por lo que dice Juanjo Romero: “desconfío de quienes hablan de «primavera de la Iglesia» o «efecto no-se-qué/quien». Llegar a tener ese grado de desconexión con la realidad no solo es estéril, es contraproducente”. Como escribe Douthat, un primer paso es tomarse “en serio la crisis interna de la Iglesia” y dejar de insistir en hacer del mensaje católico algo presentable y que no incomode al entorno hostil en el que vivimos.

   

 

 

11 comentarios

  
Ramón montaud
La tendencia es muy preocupante si la Iglesia sólo fuera una obra humana pero no lo es. Confiemos en el Espíritu Santo, pero como sabemos los designios del Señor son inescrutables.
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20/09/21 8:48 PM
  
Ecclesiam
La única solución, tan antigua como tan nueva:

"Si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo."
Lucas 13

De nada sirve absolutamente todo lo demás si no hay esto. Ya se puede enseñar la doctrina de santo Tomás, celebrar la Misa de Trento y predicar el credo de Nicea. Sin conversión por parte nuestra, no habrá frutos: Dios no convertirá a los infieles, no mandará santos sacerdotes, no erradicará las herejías, etc.

Por eso, la Virgen Santísima, en todas sus apariciones lo único que hace es repetir lo que he dicho y que es lo que dice NSJC: conversión. El resto viene por añadidura.

Mientras no haya esto, con toda justicia Dios nos envía estos y peores castigos: malos sacerdotes (cardenales, obispos, presbíteros), herejías en todas partes, apostasía, ineficacia en la predicación, pandemias, persecuciones, etc, etc. Hasta los exorcistas saben que un exorcismo dura cada vez más, y cada vez menos eficacia tiene la oración de hasta los más espirituales de los sacerdotes.

Mientras no nos convirtamos de nuestra mala vida, entonces no nos quejemos de esto y peores cosas que Dios nos enviará. Y el que crea que nada tiene de qué convertirse, ése ya tiene de qué convertirse, pues ni los más santos hombres han tenido tanta presunción y soberbia: “¿Quién conoce sus faltas? Absuélveme de lo que se me oculta” (Sal 19, 13) "Cierto que mi conciencia nada me reprocha; mas no por eso quedo justificado. Mi juez es el Señor." (I Cor 4, 3).

Por lo cual, a no ser que seas la Inmaculada Concepción, es ciertísimo y seguro que tienes de qué convertirte, de qué hacer penitencia y pedir perdón.
20/09/21 9:03 PM
  
Manuel d
Como católico raso apunto dos circunstamcias que pueden incidir en esta caida de la práctica religiosa:
1) la complacencia con los males que representan loa "avances" como aborto, eutanasia, etc. de la jerarquía eclesiástica no beneficia en nada la coherencia en la transmisión del mensaje
2) me considero limitado, pero no resulta gratificante que las homilías sean sermones. Es decir, que me recuerden mi condición pecadora en las homilías no resulta agradable y seria más constructivo que nos animaran a no pecar más y a levantarnos de la caída.
Gracias por sus artículos, que me parecen muy valiosos
20/09/21 9:40 PM
  
Pablo
A partir de los años sesenta. Empieza a extenderse la influencia de los medios de comunicación en todo el mundo; empezaron con la televisión y el cine y con la incorporación de las nuevas tecnologías mas la relajación de la moral de la sociedad. Se han atrevido estos medios a más en la desintegración de los valores tradicionales (Llegando a la blasfemia como el caso de neflitx). Unido a esto que también ha tenido su influencia en el clero; han desaparecido en su mayoría: Las misiones, los retiros, la disponibilidad del confesor en muchas parroquias; en definitiva el celo de los ministros. Que haya tenido algo que ver el concilio o el "espíritu" del concilio o la mala interpretación de este, sí, pero la mayor culpa es de los medios que han creado una nueva cultura; cientifista, hedonista, Darwiniana y que hace oir a nuevos sacerdotes diciendo que ya no hace falta la penitencia, ya no se toma muy en cuenta los pecados de la carne, pues la gran pantalla ha impuesto a las parejas de novios la convivencia prematrimonial, esto si llegan a casarse. Las exigencias laborales y profesionales de la mujer en el mundo de ahora; unido a ese libertinaje hace innecesario el matrimonio y contribuye al invierno demográfico y el alejamiento de la Fe
20/09/21 11:11 PM
  
África Marteache
Ciertamente la crisis viene de los años 60, pero no solo en América sino en todas partes. Los que vivimos esos años lo sabemos y más ahora cuando miramos hacia atrás.
20/09/21 11:17 PM
  
Luis Fernando
Se recoge lo sembrado. Ni más ni menos.
21/09/21 9:28 AM
  
Vicente
Necesitamos una Nueva Evangelización........
21/09/21 3:02 PM
  
María José Nazaret
Ver en Religión en Libertad el artículo:
magia-socialista-tezanos-cis-bajada-catolicos-multiplica-por-15.
22/09/21 6:09 AM
  
Urbel
Es verdad que todos somos pecadores y estamos siempre necesitados de conversión, oración y penitencia. Pero esa constante o invariable no puede explicar nada de la galopante secularización desde los años 60 del pasado siglo, ya que es común a todos los siglos, igual a los más fervorosos que al presente. ¿Ocurrió algo en la Iglesia en esos años 60 que tenga suficiente magnitud como para poder considerarse causa proporcionada, o al menos concausa, de semejante hundimiento? Déjeme pensar ... ¿quizá un cierto concilio ecuménico y las reformas que le siguieron? Sus defensores nos atizan siempre con la falacia post hoc ergo propter hoc. Pero qué habría ocurrido en la Iglesia si no se hubieran producido todas esas innovaciones, en la predicación y en la liturgia, en la vida religiosa y en los seminarios, es algo que no sabemos, materia de meras conjeturas. En cambio sabemos muy bien lo que en la realidad ha ocurrido: la hecatombe posconciliar.
22/09/21 8:04 PM
  
sofía
Me parece perfecto el análisis de Pablo. Nada q añadir respecto a las causas.

Aunque el concilio no creo q sea la causa de nada de esto, a pesar de que no haya tenido éxito su intento de reencauzar la sociedad actual hacia el cristianismo. Realmente puede q, en un primer momento, frenara un poco la apostasía tendiendo puentes de entendimiento, pero a la larga no parece haber servido de mucho y el "mundo" parece q va ganando la batalla de descristianización de la sociedad.

Estoy de acuerdo con Vicente en q necesitamos una nueva evangelización y con Ramón Montaud en q debemos confiar en el Espíritu.
Pero tenemos q empezar por recuperar lo q se está perdiendo, la formación católica, la disposición de los sacerdotes para el sacramento de la penitencia, fomentar la oración personal y comunitaria... Tenemos q convertirnos constantemente al evangelio para poder evangelizar.
En cambio no creo q la solución sea crear guettos de supuestos "perfectos", de los q se expulse a todo el q parezca "no ser de los nuestros" La acepción de personas y el rechazo a los otros no son la solución y no se debe rechazar con desconfianza a quien de buena fe intenta aportar su granito de arena.
Paz y Bien.
(Creía haber puesto un comentario hace tiempo, pero parece q algo falló)

Paz y Bien.
28/09/21 12:53 PM
  
JUAN NADIE
ECLESIAM
De acuerdo en lo de la conversión, de todos, pero creo que en este proceso tienen una altísima responsabilidad los prelados, especialmente Juan XXIII Y PAULO VI. De Bergoglio ya ni hablamos.
Considero a JUAN 23 Y A Paulo 6 dos errados bienintencionados.
Especialmente grave considero lo que Paulo 6 porque en esencia el y su secretario de estado consideraron que el Comunismo iba a triunfar materialmente en el mundo y decicieron realizar una ospolitik propia que como todas las ospolitik es una forma de rendición, sacrificando la propia esencia de la religión que es sobrenatural por una adaptación al mundo en ciertos aspectos que nos ha ayudado mucho a llegar hasta aquí. No entro ya en los prelados directamente corruptos y corruptores como Martini y sus secuaces preteritos o actuales. El panfilo por ser amable de PAULO 6 abrió la puerta a esta corriente.
No es la Iglesia la que tiene que adaptarse al mundo, porque no es Dios el que tiene que adaptarse al mundo, la Iglesia tiene que remar contracorriente para que el mundo se adapte a Dios. Lo demas es engañarnos y perder el tiempo miserablemente o algo peor perder el alma.
Desde el concilio Vaticano II se han escrito cientos de paginas inncecesarias en la Iglesia. Tendría que haber un artículo del derecho canónico que prohibiese escribir si no se es capaz de mejorar lo que ya existe. Activismo esteril en vez de ser vehículos atemporales de la gracia de Dios. Hacemos el trabajo de Dios, pero no somos Dios y mucho menos podemos cambiar la doctrina o la esencia de la buena nueva. Una cosa es mejorar el mundo como consecuencia de nuestra conversión y otra muy distinta es que nuestro objetivo último sea y solo sea mejorar el mundo. Y encima desde posiciones marxistas estupidas que solo conducen a la esclavitud y al expolio.
30/09/21 4:35 PM

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