Sin niños no hay futuro
Fotograma de la película distópica «Hijo de los hombres»

Sin niños no hay futuro

Es preocupante la caída de nacimientos en nuestra patria, una de sus causas, entre otras, es la crisis de la institución del matrimonio, fomentada por los más de treinta años de leyes que le son contrarias. También está la constante aplicación de políticas gubernamentales antinatalistas desde mediados de la década de los sesenta.

La prensa ha encendido las alarmas al informar el desplome de la natalidad en Chile, pues están naciendo en promedio 1,3 niños por mujer. Para que un país mantenga su población sin crecer ni decrecer, deben nacer 2,1 niños por mujer. Si el número es mayor, habrá un aumento de habitantes; si es menor, habrá una disminución.

Es preocupante la caída de nacimientos en nuestra patria, una de sus causas, entre otras, es la crisis de la institución del matrimonio, fomentada por los más de treinta años de leyes que le son contrarias. También está la constante aplicación de políticas gubernamentales antinatalistas desde mediados de la década de los sesenta.

En todas partes, las políticas antinatalistas afectan principalmente a los más pobres, porque el mundo liberal ilustrado está falsamente convencido de que para disminuir la pobreza hay que impedir que los pobres tengan más hijos. Pero esto no es así. Solo promoviendo una sociedad justa se logra superar la pobreza. Los culpables de la pobreza no son los niños. Al contrario, la riqueza de un país es su gente. La causa última de la pobreza injusta se esconde en lo profundo de la persona, en su egoísmo y avaricia. «Porque del corazón salen las intenciones malas: asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias» (Mt 15,19). Los antiguos y nuevos casos de corrupción son ejemplo de esto.

Un efecto del descenso de la natalidad es el envejecimiento paulatino de la población. Es lamentable constatar que, según la ciencia demográfica, este es un proceso que, al darse en períodos muy amplios de tiempo, en la práctica se vuelve irreversible. Sabemos que aquí está una de las causas de la crisis de la previsión social, porque cada vez hay menos jóvenes trabajando para mantener a cada vez más personas ancianas. La inmigración viene a suplir en parte esta falta de niños y de fuerza laboral.

El significado de la baja natalidad es una triste realidad: Sin niños no hay futuro. La disminución de los nacimientos no implica solo un descenso de la población, sino que también significa que estamos dejando de ser un país vigoroso, pujante, vital, lleno de esperanza y alegría, capaz de renovarse y crecer. Poco queda para que sean más los que mueren que los que nacen. Es una de las tantas expresiones de la decadencia de Chile.

No esperemos que las autoridades hagan algo para revertir esta situación. De todos modos, hay que pedirles que fomenten el nacimiento de niños, como ya lo están haciendo otras naciones.

En este oscuro panorama, agradezco y felicito a los matrimonios cristianos dispuestos a abrirse a la vida y asumir la hermosa misión de conformar una familia con numerosos hijos. Ellos son testigos de la providencia de Dios y de la alegría de los padres al ver nacer y crecer a los niños.

 

5 comentarios

Ricardo
Hola buenas, muy interesante y verdadero porque " SIN BBS SE ACABA TODA ESPERANZA DE VIDA. FELICITACIONES "
20/08/23 3:49 PM
Roberto Ibarra V
Que Dios lo Bendiga..
21/08/23 5:41 PM
maru
Tal parece que la falta de nacimientos abarca ya a todo el mundo occidental, lo cual dentro de muy pocos años, será algo tan grave como que occidente se diluirá o desaparecerá. En estos momentos, dónde sí hay nacimientos es en el mundo oriental, con lo cual , "el pastel está servido". Cuando occidente se de cuenta, será demasiado tarde
22/08/23 9:53 PM
Fernando Cavanillas
padre... me temo que una parte fundamental de la culpa la tienen los anticonceptivos y las familias supuestamente católicas practicantes que los usan para tener "la parejita" y luego van a misa los domingos y comulgan (gravísimo sacrilegio). No tengo datos estadísticos pero por mi experiencia personal creo que debwn ser muchísimos.

Pero ¿de quién es la culpa? ¿del que comete el gravísimo error o del que no les avisa? ¿pone la Iglesia de hoy el necesarísimo énfasis en este tema fundamental?

Las familias católicas deberían tener cuatro o cinco hijos de media (pudiendo espaciar nacimientos con técnicas bastante fiables y a la vez abiertas a la vida como el método Billings), pero para eso hay que predicarlo extensamente, y creo que llevamos muchas décadas de retraso, inexplicablemente porque la Doctrina está clarísima, que yo sepa. No es una predicación cómoda, y menos después de tantos años de silencios, pero creo que es vital.

Claro que es un tema altamente polémico después de tanto tiempo siendo el elefante en el salón, y a los matrimonios católicos les cuesta entender esta Verdad (a pesar de que Humanae Vitae está clarísima), pero hay que gritarlo con mil lenguas, para que el que se equivoque lo haga teniendo toda la Verdad y la Doctrina Católica bien explicada y a su alcance.

Esta es mi opinión en tan importantísimo tema, pero le agradecería mucho cualquier matización relevante al respecto, porque en cuanto a la crisis de la natalidad creo que es un fact
24/08/23 8:16 PM
Juan Mariner
Las mujeres con familia numerosa han sido tratadas de madreconejas...
27/08/23 9:04 PM

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