Perú: Una familia misionera responde a la llamada de Nuestra Señora de Champion
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De Wisconsin a Perú

Perú: Una familia misionera responde a la llamada de Nuestra Señora de Champion

Después de casi dos décadas de espera, Nuevo Piura, una aldea enclavada en las montañas de Perú, ha recibido por fin la visita de misioneros católicos, encabezados por el matrimonio Taylor y Katie Schmidt, marcando un hito en la vida de esta comunidad católica tan alejada.

(NCRegister/InfoCatólica) Nuevo Piura es una aldea de las montañas de Perú. Se encuentra en un valle tan remoto que durante 18 años sus habitantes nunca vieron a un sacerdote. De vez en cuando llegaban grupos religiosos no cristianos, pero los aldeanos eran católicos. Esperaron fielmente, seguros de que alguien de la Iglesia acabaría llegando.

En 2018, Taylor y Katie Schmidt fueron los misioneros católicos que finalmente aparecieron. Al año siguiente, llevaron a la aldea a un sacerdote que celebró la Eucaristía y los demás sacramentos a los lugareños preparados convenientemente en Nuevo Piura: bautismo, penitencia, primera comunión, confirmación y matrimonio. Ese mismo año, los Schmidt fundaron las Siervas del Buen Socorro, una organización misionera católica. El matrimonio y sus siete hijos, siguen regresando a Nuevo Piura todos los domingos, caminando 10 km por la selva, para rezar y estudiar la Biblia.

La misión de la familia Schmidt

Los Schmidt no siempre caminan por la selva para llegar a la gente a la que sirven. En 2023, los habitantes de ocho remotos pueblos de montaña comenzaron a acudir también al centro multiusos de los Schmidt, casi terminado, para celebraciones y retiros. El centro, situado en Tarapoto (Perú), también empezó a albergar clínicas gratuitas con médicos y dentistas visitantes. Una noche a la semana, niños de dos comunidades locales caminan hasta allí a través de la selva, y en la oscuridad, para reunirse con otros jóvenes.

«Su misión beneficia a muchas personas que no son atendidas pastoralmente debido a la falta de sacerdotes y a la dificultad geográfica de llegar a estos pueblos lejanos», dijo Mons. Rafal Escudero López-Brea, obispo de la diócesis de Moyobamba, en una reciente carta de apoyo.

El Santuario de Nuestra Señora de Champion en Wisconsin y en Perú

El pasado agosto, más de 100 lugareños viajaron al centro misionero de las Siervas para asistir a su segunda misa y a la procesión anual en la fiesta de la Asunción de la Virgen María. Era la tradicional fiesta y procesión, celebrada desde hacía 164 años,  que los Schmidt trajeron consigo desde Wisconsin.

En 1859, Nuestra Señora de Champion (antes Nuestra Señora del Buen Socorro) se apareció a una campesina belga llamada Adele Brise en lo que hoy se conoce como Champion, Wisconsin. En 1861, Brise inauguró allí la celebración anual del Día de la Asunción. El pasado año, 2.500 peregrinos acudieron el 15 de agosto al Santuario Nacional de Nuestra Señora de Champion, según Chelsey Hare, directora de comunicaciones del santuario.

El mandato misionero: enseñar lo que es necesario para la salvación

El obispo de Green Bay, David Ricken, que aprobó las apariciones en 2010, ve a Nuestra Señora de Champion como el «manantial» del que nace y crece el ministerio de los Schmidt, y por esa razón, están profundamente conectados a su diócesis.

«La Virgen le dijo a Adele: 'Sal a este país salvaje y enseña a los niños lo que es necesario para la salvación'. Los Schmidt van al país salvaje de las montañas de Perú y llevan el mensaje de Nuestra Señora del Buen Socorro a la gente de allí».

En 2022, los Schmidt mandaron pintar un mural de 2,5 metros de Nuestra Señora de Champion en el lateral de su casa de retiro en honor a su patrona. La mayoría de las personas a las que atienden los Schmidt son campesinos pobres, que tienen poco o ningún acceso a los sacramentos, al igual que los colonos belgas a los que Adele Brise atendía en Wisconsin en 1861. Cuando Brise recibió el encargo de «enseñar a los niños», sólo había un sacerdote atendiendo a 2.000 belgas repartidos en 70 millas de densos bosques. Sin iglesias y con las escasas visitas de un sacerdote, la fe católica agonizaba en los asentamientos belgas.

Donde la familia misionera Schmidt sirve ahora, la fe también corre peligro de desaparecer. Su misión se encuentra en una región que fue el centro del Sínodo para la Amazonía, convocado por el Papa Francisco y celebrado en 2019. Es una región que todavía necesita desesperadamente misioneros y sacerdotes. En la década de 1990, los cárteles de la droga proliferaban en Perú, y un movimiento guerrillero marxista llamado «Sendero Luminoso» luchaba por el control del país. Al igual que durante la crisis ruandesa de 1994, muchas familias se enfrentaron entre sí.

 

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