
Somos templos de Dios
La Santísima Trinidad y el misterio de la inhabitación
La Trinidad divina habita en la Iglesia y en cada uno de los cristianos. No sólo la Iglesia es templo de Dios, como cuerpo que es de Cristo, sino cada uno de los cristianos es personalmente «templo del Espíritu Santo». Y ambos aspectos de la inhabitación, el comunitario y el personal, van necesariamente unidos. No se puede ser cristiano sino en cuanto piedra viva del Templo de la Iglesia. Ahora las tres personas divinas habitan en cada cristiano que vive en gracia.