Francisco: «La fe en Cristo no es un paquete de ideas en las que creer, sino un camino a recorrer»

Hay que «amar a Jesús, el camino, convirtiéndose en señales de su amor»

Francisco: «La fe en Cristo no es un paquete de ideas en las que creer, sino un camino a recorrer»

Durante el Regina Caeli de ayer domingo el Papa Francisco recordó las palabras del Evangelio del día e indicó la brújula para llegar al lugar preparado por Dios para nosotros: amar a Jesús, creer en Él, imitarlo con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás

(Vatican.news/InfoCatólica) Cuando el miedo atenaza la garganta, cuando se está agotado por la enfermedad, por el dolor de la pérdida de un ser querido, o turbado por las tormentas de la vida, cuando se experimenta el cansancio y el fracaso, a menudo se emprende el camino equivocado, se buscan recetas inútiles, se encierra uno en la soledad incapaz de afrontar ese mal que parece más grande y más fuerte que todo. En cambio, hay un Camino y es Cristo.

Dios no abandona a nadie

El Santo Padre se hizo eco de aquel «no tengan miedo» que Jesús dirige a los discípulos poco antes de su muerte. Palabras tranquilizadoras – dijo – que imprimen en los corazones perdidos, certeza y esperanza. En efecto, prosiguió diciendo Francisco:

«Él no los está abandonando, sino que va a preparar un lugar para ellos y los va a guiar hacia aquella meta. De este modo, el Señor nos indica hoy a todos nosotros el maravilloso lugar al que debemos ir y, al mismo tiempo, nos dice cómo ir hasta allí, mostrándonos el camino que debemos recorrer»

Jamás olvidar la belleza de la meta

Jesús – agregó el Santo Padre al comentar el Evangelio de hoy – va a preparar un lugar, «una casa», la del Padre, donde hay espacio para todos, donde todos son acogidos, amados y consolados por el calor de un abrazo. Él no se separó de nosotros, sino que nos abrió el camino anticipando el destino final: el encuentro con Dios.

«Entonces, cuando experimentemos cansancio, desconcierto e incluso fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No debemos perder de vista la meta, incluso si hoy corremos el riesgo de olvidarlo, de olvidar las preguntas finales, las importantes: ¿Adónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir?»

«Sin estas preguntas sólo exprimimos la vida en el presente, pensamos que debemos disfrutarla lo máximo posible y terminamos por vivir al día, sin un objetivo, sin una finalidad. Nuestra patria, en cambio, está en el cielo (cf. Fil 3, 20), ¡no olvidemos la grandeza y la belleza de la meta!».

El Pontífice añadió:

«Una vez descubierta la meta, también nosotros, como el apóstol Tomás en el Evangelio de hoy, nos preguntamos: ¿Cómo ir? ¿Cuál es el camino? A veces, sobre todo cuando hay grandes problemas que afrontar está la sensación de que el mal es más fuerte y nos preguntamos: ¿Qué debo hacer? ¿Qué camino debo seguir? Escuchemos la respuesta de Jesús: «Yo soy el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6). «Yo soy el camino». Jesús mismo es el camino a seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia. Él es el camino y, por tanto, la fe en Él no es un «paquete de ideas», en las que creer, sino un camino a recorrer, un viaje que cumplir, un camino con Él».

La brújula para alcanzar el Cielo

«He aquí la brújula para alcanzar el Cielo: amar a Jesús, el camino, convirtiéndose en señales de su amor en la tierra, dijo el Obispo de Roma.

«Hermanos y hermanas, vivamos el presente, tomemos con nuestra mano, tomemos con la mano el presente, pero no nos dejemos arrasar por él; miremos hacia arriba, miremos al Cielo, recordemos la meta, pensemos que estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios. Y, desde el cielo al corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ya llegó a la meta, sostenga nuestra esperanza»

 

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