(CWR/InfoCatólica) La película, producida y protagonizada por Mark Wahlberg en el papel del Padre Stu, fue bien recibida por su auténtico retrato del sacerdocio y la Iglesia Católica, pero provocó las iras de algunos por su lenguaje fuerte, que le valió la calificación R. Wahlberg se tomó muy en serio estas críticas y decidió adaptar la película a una versión PG-13 para un público más amplio en «Father Stu: Reborn», que llegó a los cines en diciembre.
«Padre Stu: Renacido» se basa en la historia real del padre Stuart Long, sacerdote de la diócesis de Helena, Montana, que murió en 2014 a los 50 años de un raro trastorno muscular progresivo. Fue ordenado sacerdote por el obispo George Leo Thomas en 2007, después de que Dios tomara los renglones torcidos de su vida y le trazara un camino hacia el sacerdocio.
Thomas es ahora obispo de la diócesis de Las Vegas, pero Long es alguien a quien llevará en su memoria el resto de su vida.
«Mis recuerdos son bastante consistentes desde su tiempo en el seminario hasta su ordenación», dijo el obispo Thomas al Denver Catholic. «Era un chico muy inteligente, de carácter fuerte y con mucho sentido del humor».
«Creo que su boca sucia probablemente se había domado en el momento en que lo conocí, porque nunca oí ningún tipo de lenguaje. Pero sé que tuvo una vida en las calles de Helena», dijo Thomas. «Era boxeador, sin duda. Algunos amigos de mi familia le enseñaron en el instituto. Yo era muy amigo de uno de sus profesores de historia, y lo describían como discutidor y obstinado».
Ese profesor de historia era el padre Jeremiah Sullivan, a quien Thomas atribuye haber plantado una semilla en Long que acabaría cambiando la trayectoria de su vida.
«El padre Jeremiah Sullivan era profesor de historia en el Carroll College y también un boxeador de los Guantes de Oro emparentado con Evel Knievel en su linaje familiar. Fue él quien vio inicialmente lo que describió como esa ira indomable en su vida», recuerda Thomas. «Le llevó aparte después de clase y le dijo: “Tienes que llegar al fondo de esto. Está llevando tu vida en una dirección que no quieres”».
«Así que lo llevó al ring de boxeo, le puso los guantes. Y además de enseñarle a boxear, creo que fue el responsable de descubrir el epicentro de su ira, que era la muerte de su hermano pequeño, fallecido a los 4 años. Era una rabia no resuelta tanto para Stu como para la familia. Creo que eso fue casi como una trayectoria que le llevó [en] una dirección diferente en su vida y que realmente dio un giro a esa vida».
Poder en el sufrimiento
Como muestra la película, Long tardó un tiempo en encontrar el rumbo de su vida. Pasó de ser boxeador en Helena a actor en Hollywood y, finalmente, a discernir la llamada al sacerdocio. Cuando estaba en el seminario, le diagnosticaron una rara enfermedad muscular degenerativa que empeoró a medida que avanzaba en el seminario. Cuando llegó el momento de su ordenación, el seminario no recomendó que Long fuera ordenado sacerdote.
«Recibí la evaluación de Stu por parte del seminario, y como su enfermedad estaba tan avanzada en esa etapa del juego, desaconsejaron correctamente su ordenación», explicó Thomas. «El sacerdocio es muy exigente físicamente y mentalmente, y él ya llevaba muletas. En aquel momento estaba muy débil. Así que desaconsejaron su ordenación. Me entristeció mucho recibir la recomendación. Y durante casi dos semanas enteras, recé mañana y noche para que me guiaran y el mismo tema en mi vida de oración volvía una y otra vez: que hay poder en el sufrimiento, sácalo adelante».
Tras mucho rezar y discernir, Thomas decidió finalmente que ordenaría sacerdote a Long. Recuerda que, en el momento de la ordenación, Long estaba demasiado débil para postrarse en el suelo antes de la imposición de manos, pero aun así siguió adelante.
«Al final de la ordenación, después de la comunión, dio un discurso muy conmovedor y dijo a la gente: “Me presento ante vosotros como un hombre roto”», recuerda Thomas. «Pero suplicó las oraciones de la gente y prometió que lo haría lo mejor que pudiera. Le dieron sólo dos años de vida, y vivió casi seis años completos. Vivió un sacerdocio maravilloso en esos seis años como director espiritual, como confesor, como celebrante de la Misa».
Uno de los momentos más memorables del sacerdocio de Long se produjo cuando su padre fue recibido en la Iglesia, hacia el final del mandato de Thomas en Helena. Thomas recordó cómo Long estaba demasiado débil para ser quien recibiera a su padre en la Iglesia, y aunque estaba confinado a una silla de ruedas, se aseguró de asistir a la Vigilia Pascual para ver a su padre entrar en la misma Iglesia de la que se enamoró.
«Algo hermoso para la Iglesia»
A medida que la enfermedad de Long avanzaba, se debilitaba cada vez más, demasiado débil incluso para levantar el peso de la hostia en la consagración, dijo Thomas. Sólo podía hacerlo con la ayuda de los monaguillos, que le cogían de la mano mientras sostenía la hostia y le levantaban la mano durante la elevación.
Con historias como éstas, no es de extrañar que Wahlberg se interesara por hacer una película sobre la vida de Long. Cuando Wahlberg, católico él mismo, se acercó a Thomas para hablarle de la película, se hizo evidente que la única razón por la que Wahlberg quería hacer la película era por amor a la Iglesia.
«Lo que me sorprendió fue que me contó lo que tenía en mente y me dijo: “Obispo, la Iglesia ha sufrido tanto, quiero hacer algo hermoso por la Iglesia'», recuerda Thomas. «Y yo le dije: “Bueno, acabas de vender el producto. Para mí, eso vale todo el tiempo y el esfuerzo que puedas dedicarle”. Le dije que me encantaría estar entre bastidores, para poder aconsejarle sobre algunas cuestiones de hecho. Me pareció un hombre muy sincero. Ama a la Iglesia».
Mark Wahlberg se dirigió al obispo George Leo Thomas para pedirle su bendición y consejo en el rodaje de «El padre Stu».
Tras ver el primer corte de la película, el obispo Thomas dijo que Wahlberg «lo hizo genial»; su única crítica fue la cantidad de lenguaje grosero que contenía la película. Expresó su preocupación a Wahlberg, y aunque en el estreno inicial se mantuvo el lenguaje, Wahlberg acabó haciendo caso a las palabras del obispo, lo que motivó el reestreno de la película como «Father Stu: Reborn».
«Me llamó [un día] y me dijo: (…) “He decidido tomarme tus palabras a pecho y vamos a hacer una versión desinfectada que se estrenará en diciembre sin el lenguaje”», dijo Thomas.
No es frecuente que un obispo tenga la oportunidad de trabajar tan estrechamente con un gran actor de Hollywood para contar una historia como la de Long, y Thomas se alegró de apoyar la visión de Wahlberg sobre la película.
«Si hace que una persona vuelva a la Iglesia o inspira una vocación al sacerdocio o a la vida religiosa, merece la pena todo lo que ha invertido en ella y todo nuestro apoyo», dijo.
Con el renovado entusiasmo por el reestreno de la película, Thomas también ha escrito en inglés una guía de estudio para la película, destinada a ser utilizada en el entorno parroquial, como en las clases de confirmación o en grupos de secundaria o bachillerato.
