Netanyahu vuelve al gobierno de Israel donde jugará un papel destacado el partido sionista religioso
Benjamín Netanyahu tras ganar las elecciones de noviembre del 2022 ©ILIA YEFIMOVICH/PICTURE ALLIANCE VIA GETTY IMAGES

La izquierda retrocede en las elecciones generales israelíes

Netanyahu vuelve al gobierno de Israel donde jugará un papel destacado el partido sionista religioso

Triunfo personal y partidario en las elecciones generales celebradas en Israel para Benjamín Netanyahu, el ex primer ministro que vuelve al poder tras un paréntesis de casi un año; gran afirmación para la extrema derecha y los ultraortodoxos

(Asia News/InfoCatólica) Las elecciones han supuesto una clara derrota para la izquierda y han sido un paso en falso para el primer ministro saliente, Yair Lapid, cuyo partido, sin embargo, logró resistir el choque, obteniendo una buena cantidad de apoyos.

Los comicios, celebrados el pasado 1 de noviembre, han sido la quinta votación en poco más de tres años, marcada por una gran afluencia de votantes y una participación del 71,3%, la más alta registrada desde 2015.

Al frente de un gobierno por casi cinco lustros de su carrera política, Netanyahu reconquista el liderazgo del país tras un año de oposición contundente y juegos de poder entre bastidores, y un juicio por corrupción que todavía continúa. Supo aprovechar el consenso de gran parte del electorado y las tensiones internas de la anterior mayoría. Pero también se benefició de un gobierno que estuvo siempre en la cuerda floja, en cuyo seno se congregaban partidos árabes, la derecha nacionalista y el resto de la izquierda israelí.

El escrutinio definitivo otorga 32 escaños al Likud de Netanyahu, que alcanza los 64 diputados junto al Partido Sionista Religioso (14) y los ultraortodoxos Shas (11) y Judaísmo Unido de la Torá (7). El bloque del primer ministro saliente, el centrista Yair Lapid, obtuvo 51 escaños.

Esto lleva a pensar que Ben Gvir, lider del partido sionista, podría labrarse un rol destacado en el nuevo ejecutivo. El abogado y activista de extrema derecha se ha vuelto famoso en el último tiempo por sus posiciones radicales, violentas y racistas. En el pasado, exigió en numerosas oportunidades la anexión de toda Cisjordania sin otorgar ninguna concesión a los palestinos. También pidió un mayor margen de maniobra para el ejército en los Territorios y restricciones a la Corte Suprema, hasta ahora uno de los pocos poderes independientes del ejecutivo y baluarte de la Constitución. Desde sus primeras palabras, relanzó la política nacionalista: dijo que era «hora de volver a ser dueños del país», subrayando la necesidad de «garantizar la seguridad» de los ciudadanos.

Más moderadas fueron las primeras palabras del líder in pectore del próximo gobierno, que desde el cuartel electoral prometió «cuidar de todos», porque Israel «respeta a todos sus ciudadanos» sin distinción. De momento, parece que pasa por alto las posiciones más radicales y extremistas de sus aliados. Pero no pasará mucho tiempo antes de que la extrema derecha y los ultraortodoxos tengan un papel destacado en el futuro ejecutivo.

Algunos analistas, como el columnista político Lahav Harkov, del Jerusalem Post, creen que Netanyahu podría buscar el apoyo del centrista Benny Gantz, ministro de Defensa saliente y antiguo aliado del Gobierno, antes de lanzarse a los brazos de la ultraderecha. Por otra parte, aunque Gantz ha negado reiteradamente nuevas alianzas o apoyos externos a Netanyahu (y viceversa), hay que subrayar que las posiciones entre ambos líderes -o sus respectivos partidos- no son tan disímiles. Incluso a nivel internacional, el relanzamiento de los «Acuerdos de Abraham» y las alianzas regionales con los países del Golfo pueden resultar más fáciles con un aliado centrista y moderado. A diferencia de las relaciones con el frente de Ben Gvir, que presentan más de una incógnita, sin mencionar el descontento que provocan, y que ya se filtra desde Abu Dabi.

 

 

Esta noticia no admite comentarios.