Monseñor Elizalde se sale del guión con unos serios avisos sobre los jóvenes y sus educadores
Homilía Mons. Juan Carlos Elizalde

Homilía en la fiesta de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria.

Monseñor Elizalde se sale del guión con unos serios avisos sobre los jóvenes y sus educadores

Con ocasión de las fiestas de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria, el obispo Juan Carlos Elizalde ha alertado sobre el «preocupante panorama» de la juventud y ha asegurado que el reencuentro con Jesucristo es fuente de felicidad y esperanza.

(Agencias/InfoCatólica) La ciudad de Vitoria celebró el viernes su día grande, el Día de la Virgen Blanca, su patrona. Monseñor Juan Carlos Elizalde centró su homilía en la juventud de su diócesis. Apoyándose en la lectura del Evangelio de este día, afirmó que

«como les pasó a José y María, que perdieron a su hijo y por fin lo encontraron tres días después en el templo de Jerusalén, hoy también, en medio de la fiesta, muchos padres tienen miedo de perder a sus hijos. ¡Ojalá sea sólo por tres días o sólo por un periodo de su vida! ¡Ojalá los encuentren en el templo, en las raíces evangélicas de esta tierra y de este pueblo!».

Mons. Elizalde recordó que «los padres de Jesús hicieron todo lo que estaba en sus manos, sin escatimar esfuerzos ni recursos, en encontrarle, finalmente a los tres días en Jerusalén». Y alertó del «preocupante panorama juvenil»:

«Sin caer en grandes alarmismos pero ante las noticias que están llegando y que afectan a muchísimas familias vitorianas, muchos padres están perdiendo el sueño por el tipo de ocio en el que participan sus hijos ante una falta de alternativa sana y libre de peligros».

Una doble moral y la pérdida de sentido y raíces

El Obispo de Vitoria denunció que «este sistema socioeconómico que deshumaniza a tantísimas personas, también asfixia el descanso y el derecho a una infancia, adolescencia y juventud sanas y seguras, acordes a su edad».

En este sentido, calificó la actual moral o ética social como de «una doble moral», en la que

«nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos la violencia, las agresiones o los pinchazos en la noche de los jóvenes y a la vez hacemos la vista gorda a su exposición totalmente abierta al consumo de drogas, tabaco, alcohol o pornografía, mientras que en plataformas audiovisuales y redes sociales se les estimula a una hipersexualidad desvinculada de afecto y proyecto que, combinado con el acceso a la pornografía, supone una concepción errónea y perversa del amor, del sexo y del respeto a su propio cuerpo».

También rechazó la frase tópica referida a los jóvenes: «¡Ya tendrán tiempo de ser mayores, de vivir como mayores y de enfrentarse a los problemas de mayores!» y añadió: «No vale reducir el consumo de drogas en los jóvenes. Hay que combatirlo. No vale decir que en fiestas hay luz verde para emborracharse sin límite».

Y cuestionó a los padres y educadores: «¿Por qué callamos ante estos excesos? ¿Por qué renunciar a los valores de nuestros mayores, que tanto cosecharon para que nosotros seamos quienes hayamos recogido los frutos? ¿Por qué bajar el listón en el esfuerzo y el compromiso para una niñez y juventud libres de los vicios de los mayores? ¿Por qué desechar nuestra raíz, nuestro sistema de valores? La existencia de algo peor no convierte en bueno lo malo».

Consecuencias: consumismo, adicciones, hipersexualidad, violencia, suicidios...

Tras compartir datos sobre el acceso de los jóvenes a la droga o al alcohol, D. Juan Carlos afirmó que «estamos posibilitando y permitiendo romper con las raíces de nuestros mayores para quedarnos a la deriva, sin rumbo, a lo que venga y por si nos gusta», avisando que «el resultado es un aumento sin precedentes en problemas de salud mental, suicidios y depresiones en los jóvenes».

Ante esto, recordó que «rechazar las raíces por el hecho de ser antiguas es tan presuntuoso y torpe como cerrarse a lo nuevo por el hecho de ser nuevo. Privados de raíces, de sentido, de proyectos y de trascendencia, se entregan instintivamente a apurar el presente en una sexualidad de usar y tirar y en un consumo de alcohol, sustancias y experiencias fuertes en las que no se descarta la violencia física, verbal y virtual».

También se refirió al asunto educativo:

«Es posible una educación mejor. No dejemos que el monopolio de su educación y formación dependa de extraños intereses. Sabemos y conocemos los valores que han hecho de nuestra civilización la del progreso, precursora de los derechos humanos, del respeto al prójimo, de la paz entre distintos, de la tolerancia como forma de convivencia y de la democracia como sistema político. ¿Queremos renunciar a esto?» se ha preguntado.

«Cada día vemos como en la escuela se relega la filosofía y la religión y nos conformamos o como se rebaja la capacidad de esfuerzo para pasar de curso y nos conformamos». Así, ha afirmado que «una juventud sin valores y sin esfuerzo corre peligro de quedar a merced de los poderosos y de hacerles sumisos a un sistema que, como estamos viendo estos tiempos, genera injusticia, violencia y miedo».

El ejemplo de la PEJ

En esta línea, Monseñor Elizalde ha denunciado «el claro e inusual desapego a la vida de fe que hay en los jóvenes de nuestra ciudad y que no se ve en provincias limítrofes», poniendo como ejemplo los «cientos de jóvenes de cada diócesis que han acudido estos días a la Peregrinación Europea a Santiago de Compostela frente a tan sólo un puñado de Vitoria», por lo que ha llamado a padres y educadores cristianos a tomar cartas en el asunto.

Es posible una mejor educación y formación de los jóvenes

Pese a los datos pesimistas, Mons. Elizalde quiso manifestar que «el corazón del joven es el más predispuesto a la autenticidad y a la generosidad» y que hay motivos para la esperanza porque «Quienes se han acercado a la fe han descubierto una nueva vida, una nueva experiencia de felicidad y amistad únicos».

Recordando que María «conservaba todo esto en su corazón», el Obispo de Vitoria aseguró que «el corazón de los padres es la condición de posibilidad del crecimiento de los hijos».

D. Juan Carlos afirmó que «el fracaso de una juventud sana es el fracaso de toda la sociedad, padres, colegios, instituciones, Iglesia, medios de comunicación…» por lo que animó a emprender acciones concretas cada cual en su ámbito.

Pidió a las familias, Administraciones Públicas, medios de comunicación, equipos docentes, empresas, que se involucren «en el proyecto de una juventud sana» y no renuncien ejercer su responsabilidad en este alarmante asunto social.

Hizo también un llamamiento relacionado con las fiestas a los padres y educadores bautizados: «Sin vuestra vida cristiana comprometida, los jóvenes pueden quedarse en el costumbrismo religioso de nuestras fiestas».

La Iglesia de Vitoria, dijo, «quiere sumarse a la solución y apuesta por un ocio alternativo, consciente de los riesgos pero basado en la no violencia, en el respeto y en la alegría propias de la edad que se tiene».

 

16 comentarios

jandro
Es noticia que un monseñor diga lo que cualquier monseñor debería decir a horas y a deshoras. Así estamos
9/08/22 9:18 AM
JuanM
Suscribo. Vamos a empezar dando ejemplo en las instituciones educativas de patronazgo católico.
Que levante la mano el que tenga hijos, sobrinos o nietos que hayan pasado por escuelas tipo jesuitas, maristas, vedrunas etc., que vayan a misa los domingos y lleven una vida medianamente católica, por ejemplo casándose por la Iglesia, bautizando hijos en la Iglesia o poniendo nombre a sus hijos de algún santo.
Eso sí, móntenles una "fiesta" del tipo que sea, y se apuntan a espuertas. Porque hasta la Iglesia a sucumbido a ese reclamo:.todo ha de pasar por la fiesta y la diversión.
9/08/22 9:39 AM
María R. G.
No me parece que se haya salido del guión en absoluto. Muy al contrario, las fiestas de la Patrona deberían ser para honrarla y dar gloria a Dios por habérnosla dado, para liberarnos de toda esa porquería que, en cambio, en torno a la impureza, prolifera, sin distinción, en todas las fiestas. OLÉ por Monseñor Elizalde y quienes, como él, lejos de callar y mirar para otro lado, ejercen sus funciones. Además, es todavía una obra de misericordia corregir al que yerra y enseñar al que no sabe. A los primeros que hay que amonestar es, efectivamente, a tantos padres irresponsables, incoherentes con la fe que han recibido. Qué culpa tienen los hijos, cuando andan a la deriva por la dejadez de quienes debieran darles ejemplo y educarles. Católicos de Babilonia, ¡despierten y enmiéndense!
9/08/22 11:02 AM
Blanca
Es difícil educar bien a un hijo, el demonio tiene mucha fuerza, yo en particular tengo una gran esperanza en el día en que Dios nos de "el toque de atención" a ver si esto cambia de golpe. Mientras tanto, rezar mucho por ellos, por su conversión. 🙏
9/08/22 11:45 AM
Juan Mariner
Trono a las causas, cadalso a las consecuencias. Apología institucional del sexo, prisión institucional a los infractores.
9/08/22 11:53 AM
Vicente
la Iglesia es la que ha de ofrecer esa alternativa.
9/08/22 12:59 PM
maru
Creo que ha hecho el guión adecuado. Felicidades a este obispo
9/08/22 1:27 PM
El gato con botas
Muy bien todo y aplíquese el cuento. Ordene que en su diócesis todos los colegios religiosos amplien el temario oficial y den 15 minutos diarios de temario real. ¡Mano de santo, oiga!
9/08/22 2:47 PM
Millán
Pues mucha razón tiene este obispo alavés. Una cosa me ha llamado la atención y es que el mal es general pero desde luego ciudades y regiones peores que otras. Como conocedor de alguna región limítrofe que dice Elizalde toda la razón, pues siempre veranearon en esas zonas limítrofes y siempre han tenido más libertinaje en el asunto del beber, los porritos y tal y pareciera ser que hasta es una cultura suburbana que parecen todos cortados por el mismo patrón. A esto sumamos la falta de respeto a los demás, el gamberrismo cubierto de mala sangre, la prepotencia creyendo que son el ombligo del mundo, subcultura llena de agresividad y cosas malas tendentes al grafitismo, a lo ordinario, al desorden horario.
No es bueno generalizar pero es un patrón por desgracia coincidente puesto que mientras se celebraban las fiestas de la Blanca en Vitoria hay miles de desplazados por esas provincias limítrofes haciendo lo mismo o peor en pequeñas fiestas de los pueblos o en camping donde dan bastante que hablar.
9/08/22 5:51 PM
rocamador
Juan Mariner:

Trono y cadalso. Lo hubiera suscrito Juan Manuel de Prada, citando a Donoso Cortés. Completamente de acuerdo.

A lo que hay que añadir: Si Dios no existe, nada puede ser perdonado. Por eso nuestro tiempo es una época desesperada, porque no concibe, ni desea, ni implora, ni reciba el perdón que debía sanar sus faltas.

Quien desea este perdón, y sabe que Dios está pronto para otorgárselo, no se perturba ante las calamidades y ante sus futuras caídas.
9/08/22 5:56 PM
AJ
Esta muy bien salvo el tema de nombrar la democracia liberal. Es la democracia liberal la equipara el bien y el mal. El bien no depende de mayorías, ni de leyes votadas ni de lo que "nos parece bien a la mayoría".

rocamador: añado a su comentario: "Si Dios no existe, todo es permitido"
9/08/22 9:04 PM
Adamastor
Pues, con todo respeto, si la foto es auténtica más bien debería haber predicado sobre lo que pueden hacer los abuelos para mejorar la educación de los jóvenes...
10/08/22 3:09 AM
Lucía Victoria
«Rechazar las raíces por el hecho de ser antiguas es tan presuntuoso y torpe como cerrarse a lo nuevo por el hecho de ser nuevo.".

Para enmarcar.
10/08/22 10:35 AM
julius
Hablando de temas (casi) tabú para otros obispos. Todos ellos, a la vista de la imparable decadencia moral que presenciamos, y también los sacerdotes y abades, debieran tomar nota para incluirlos de cuando en cuando en las homilías.
10/08/22 12:20 PM
Mª Pilar
Las fiestas populares ya llevan muchas décadas siendo un factor de degradación, de descristianización y de embrutecimiento, especialmente de la gente joven. Se ha vaciado el sentido religioso de las fiestas y se han llenado de un culto al hedonismo, a los excesos de todo tipo (alcohol, drogas, promiscuidad sexual...) suciedad, mal gusto y al lado oscuro.
Hay mucho de mimetismo, pero no todo es expontaneo, las Comisiones de Festejos de muchos pueblos y ciudades han contribuido activamente a este fenómeno y lo hemos estado costeando con recursos públicos.
Haría falta un análisis riguroso de este fenómeno que es peculiar en España. Las fiestas populares de origen religioso, con una advocación religiosa, se han desvirtuado totalmente y se han convertido en un factor de descristianización y embrutecimiento humano y cultural.
Un estudio nos podría confirmar, lo que intuimos, que ha habido algo de ingeniera social en este proceso.
10/08/22 2:18 PM
MARIELA
Y el joven que va a la peregrinación, se encuentra con adoraciones eucarísticas donde el respeto a Jesucristo brilla por su ausencia con bailes "¿eucarísticos?" (No sé si lo llamarán así, porque no es tradición católica, pero se hizo) además de conciertos delante del altar.
La juventud no tiene nada serio y sólido a lo que agarrarse hoy en día, ni fuera de la Iglesia, ni dentro.
10/08/22 6:04 PM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.