(Agencias/InfoCatólica) La AN, de 167 miembros, casi todos afectos al Gobierno “revolucionario” del presidente venezolano, Hugo Chávez, invitó el martes pasado al cardenal Urosa para que explicara sus denuncias de que el Ejecutivo violaba la Constitución al intentar imponer una “dictadura comunista” en Venezuela.
Flores señaló este jueves que los parlamentarios no quedaron “satisfechos para nada con las respuestas” del cardenal, y que en la reunión del martes “lo único que quedo ratificado es” que el prelado asume “una posición política” contra al Gobierno “en nombre de la jerarquía católica”.
Esa situación, explicó la diputada “chavista”, viola el convenio suscrito en 1964 entre Venezuela y El Vaticano, porque el documento establece que la jerarquía católica no puede inmiscuirse en política.
“Ellos (los prelados) no pueden incursionar ni asumir posiciones políticas, y el cardenal las está asumiendo. Hay un completo incumplimiento de lo que es este convenio que fue firmado (...) y, por lo tanto, nosotros vamos a exhortar para que el Gobierno lo revise y revise la designación del cardenal Jorge Urosa Sabino”, afirmó Flores.
Por su parte, el arzobispo de Mérida y primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Mons. Baltazar Porras, aseguró que el pedido de revisión del acuerdo con la Santa Sede y del nombramiento de Urosa como cardenal “no tiene ningún asidero jurídico”.
Desvío de atención de los verdaderos problemas del país
A juicio de Mons. Porras, el oficialismo insiste en un conflicto con el Vaticano “que de parte de la Iglesia es totalmente inexistente”, para supuestamente desviar la atención pública de los problemas del país.
“Ojalá que esa misma diligencia que pone la Asamblea Nacional para un asunto tan secundario como éste, lo pusieran en lo que son las prioridades y las necesidades más sentidas de la población venezolana”, afirmó Porras en declaraciones que reproduce la página web del periódico Universal de Caracas.
Tras la reunión del martes pasado, el cardenal Urosa dijo a la prensa que explicó a los parlamentarios que él no estaba vinculado a la oposición política al presidente Chávez y que reivindicó el derecho de la Iglesia a criticar aquellos aspectos de la gestión gubernamental con los que no está de acuerdo.
El cardenal también sostuvo entonces que a “su parecer”, la “revolución” de Chávez se dirige hacia el establecimiento de un “socialismo marxista, que es un equivalente a comunismo” en Venezuela, lo que, dijo, no es del interés de los venezolanos.